Sistema Europeo de Supervisión Financiera

La primera contribución en un blog no resulta sencilla en la medida en que implica la elección de un tema de estreno. Sin embargo, dado que mis comentarios en esta sede estarán dirigidos a aproximar al lector a las novedades jurídicas de la Unión Europea, el tema de este primer post viene impuesto por la actualidad más inmediata y, como no podía ser de otro modo, por las reformas que se están llevando a cabo en el contexto actual de la crisis financiera.

Desde octubre de 2008, el foco de atención en la Unión Europea se ha dirigido especialmente a la cuestión de saber cómo regular la actividad de las instituciones financieras a fin de evitar crisis como la presente. Asimismo, se han examinado cuidadosamente las distintas vías para establecer un sistema de supervisión común vinculante para todos los Estados miembros. A este respecto, el argumento que en más ocasiones se ha hecho valer es el de que, si bien existe un mercado único donde los bancos operan de manera transfronteriza, la supervisión de sus actividades ha sido llevada a cabo hasta el momento de un modo ciertamente descoordinado por parte de las autoridades nacionales y sobre la base de normas cuyo contenido era bien distinto a pesar de las iniciativas europeas de armonización.

Por ello, el pasado 1 de enero se puso en marcha el denominado Sistema Europeo de Supervisores Financieros (SESF), cuya función principal es la de adoptar una normativa técnica que haga converger en una misma dirección a todos los Estados miembros en este ámbito, así como la de establecer un mecanismo eficaz para asegurar el acuerdo y la coordinación entre los supervisores nacionales. Este sistema parte de la iniciativa y de las propuestas realizadas por la Comisión Europea en septiembre de 2009, las cuales se han ido nutriendo posteriormente de aportaciones y modificaciones del Parlamento Europeo y del Consejo. El nuevo marco normativo para la regulación y supervisión financiera en Europa pretende ser vinculado igualmente a los compromisos adoptados en las distintas reuniones del G-20 y guarda evidentes paralelismos con el sistema establecido en Estados Unidos en la Dodd Frank Act.

La estructura institucional del SESF se articula a través de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS) y de tres autoridades europeas de supervisión: la Autoridad Bancaria Europea (ABE), la Autoridad Europea de Pensiones y Seguros de Jubilación (AEPSJ) y la Autoridad Europea de Valores y Mercados (AEVM).

Por lo que respecta a la Junta Europea de Riesgo Sistémico, este organismo está encargado de prever y evaluar los riesgos potenciales que para la estabilidad financiera pudieran derivarse del devenir macroeconómico y de la actividad conjunta del sistema financiero (« macro prudential supervision »). A tal fin, se encuentra concebido para alertar con suficiente antelación sobre la acumulación de riesgos excesivos en el sector financiero y para adoptar las recomendaciones necesarias a fin de mitigar los efectos de este tipo de situaciones. En este sentido, la Junta Europea de Riesgo Sistémico pretende poner remedio a uno de los fallos que ha sido puesto en evidencia en mayor medida durante la crisis actual; esto es, la vulnerabilidad del sistema financiero ante riesgos complejos e interconectados de carácter sistémico.

Por su parte, las autoridades europeas de supervisión vienen a sustituir los tres comités dedicados a los servicios financieros que operaban en la Unión Europea hasta diciembre del año pasado y que tenían solamente la facultad de emitir recomendaciones y directrices no vinculantes para los Estados miembros. En esencia, las funciones de estas autoridades son las de controlar y detectar los riesgos de la actividad acumulada de las instituciones financieras a título individual (« micro-prudential supervision »). Todas estas actividades se conciben en el marco de la colaboración con las autoridades nacionales de supervisión. Las tres autoridades coordinan su acción a través de la creación de un comité conjunto.

Todavía es pronto para hacer una valoración del funcionamiento y eficacia de este sistema, si bien el Comisario europeo de mercado interior y servicios no ha dudado en proclamar que se trata de un hito en la Unión Económica y Monetaria. Queda comprometido en este mismo blog, cuando haya pasado un tiempo razonable, un comentario a este respecto. Por el momento, más información puede encontrarse en el siguiente link: http://europa.eu/rapid/pressReleasesAction.do?reference=MEMO/10/434&format=HTML&aged=0&language=EN&guiLanguage=en

Las opiniones expresadas en este blog corresponden a su autor y no vinculan en ningún modo al Tribunal de Justicia de la UE

2 comentarios
  1. Rodrigo Tena
    Rodrigo Tena Dice:

    Sería conveniente saber si la Autoridad Bancaria Europea, además de poder “recomendar” lo que considere oportuno, podría obligar al señor Fernández Ordoñez a coger de una vez el toro de las cajas españolas por los cuernos y hacer sus deberes. Si es así, que habrá que verlo, bienvenida la nueva estuctura de la denostada “burocracia de Bruselas”. Mejor que la nuestra seguro que es.

  2. Paco Echávarri
    Paco Echávarri Dice:

    ¿Pero realmente es posible evitar las crisis económicas o financieras? El intento de la UE parece loable pero la historia económica nos demuestra que siempre ha habido crisis de las que se ha aprendido algo nuevo (o no).
    Y por otra parte todas la cuestiones relacionadas con el riesgo se mueven en términos sumamente vagos e imprecisos, además de impredecibles: ¿invertir en el sector inmobiliario español hace cuatro o cinco años era arriesgado en aquel momento?
    Por tanto, parece que lo que único que puede hacer la Junta Europea de Riesgo Sistemico (el nombre parece sacado de una novela de Orwell)es como mucho señalar si a ella le parece que determinada entidad financiera está sometida a demasiado riesgo, lo cual no impedirá que esta entidad si lo considera conveniente para sus intereses y el de sus clientes se arriesgue todo lo que quiera.
    En resumen, habrá que ver si esto al final vale para algo o una nueva burbuja económica hará que volvamos a invertir en operaciones arriesgadas, que, por otro lado, suelen ser las más rentables y por tanto las que más buscan los mercados.

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