La digitalización de los fondos de la Audiencia Nacional y la crisis de nuestro sistema de Justicia

Por eso se me ponen los pelos como escarpias cuando de habla sobre “evaluación del rendimiento” y “productividad por cumplimiento de objetivos”. ¿Alguien que no sabe cómo se hace algo va a valorar cómo los demás lo han hecho y de qué forma han podido esforzarse? ¿Cuál es el objetivo? ¿Eficacia y eficiencia? O ¿Efecto propagandístico?

Lo del sistema judicial de este país es un síntoma-indicio de lo que hemos ido haciendo y de lo que nos espera en un futuro no muy lejano. Comenzando por la suspensión de la oposición al acceso a la carrera y siguiendo con la excesiva carga de trabajo (que genera una lentitud antijurídica de por sí), la paradójica situación de los magistrados/jueces/fiscales sustitutos, etc. Por suerte, la profesionalidad de sus actores es muy alta (todavía).Lo que sigue siendo bastante curioso es que, teniendo un supuesto instrumento previsor como se le supone al Derecho, estas cosas sigan pasando y los chapuceros hayan gestionado/sigan gestionando realidades públicas sin tener que pasar una revisión exhaustiva. Y no me refiero a “esto ya está acabado, Pepe, ¿nos vamos a tomar unos calamares?”, sino a algo más perfeccionado, tipo la revisión por pares que se hacen en las revistas científicas, pero en el ámbito público.Habría que ver cuáles son los criterios, los índices y las medidas de valor tomadas cuando una Administración decide invertir en algo y cómo es posible que del presupuesto original se pase a 5, 6 ó 9 como el primero. Me refiero a más allá de la utópica, risible y poco práctica teoría jurídica, claro está.Saludos.

Todo el proyecto de modernización de la Administración de Justicia es un magnífico ejemplo de un proyecto pésimamente gestionado, sin que, por una vez, parezca que además de la mala gestión haya alguna otra “desviación” de fondos públicos tan frecuente cuando de megaproyectos públicos sin control alguno se trata. Simplemente es un ejemplo de como gente que tiene de gestor lo que yo de bombero se pone a decidir alegremente sobre como gastarse millones y millones de euros en proyectos condenados al fracaso. Como por supuesto, no pasa nada y los responsables del desastre nunca responden de nada volverá a pasar. Y en el camino, nos dejamos un dineral para que nuestra Administración de Justicia siga funcionando exactamente igual de mal.   

Este de la “informatización” de los procedimientos administrativos es un caso típico de lo mal que funcionan nuestras Administraciones Públicas.El fallo más gordo lo veo en lo siguiente :

La fase de “requerimientos” de todo proyecto de informatización es la decisiva.En esta fase inicial, el cliente le dice a la Empresa de software, qué es lo que quiere.Y en base a estos requerimientos,dicha Empresa desarrolla el software correspondiente.

¿Qué ocurre en la práctica? Que esos requerimientos los especifican los “políticos” , o sea sólo los muy altos cargos,que no tienen por qué conocer en profundidad las cuestiones técnicas y sustantivas del procedimiento. 

Se avanzaría mucho si esos requerimientos fueran expuestos también por los auténticos conocedores de los entresijos de todo procedimiento administrativo.Volvemos a lo de siempre: esto supondría dignificar a los funcionarios,a los verdaderos profesionales de la función pública, y todo ello en beneficio de los intereses generales.

Lo que más indigna es que el ex ministro y demás responsables políticos del desaguisado se hayan ido de rositas y sigan en la vida política como si nada hubiera ocurrido. ¿No se puede hacer nada contra ellos?

Agradezco al autor de esta entrada el enlace al blog. Si hay algo que me molesta, es que esto ha venido pasando en mayor o menor escala desde hace años y de forma generalizada (sobre todo, pero no sólo, en los contratos de obras) y sólo ahora, porque hay problemas para pagar la deuda pública, existe un sentimiento generalizado de que esto no se puede tolerar. Pero no debería haberse tolerado nunca.