La futura Autoridad Fiscal contra el déficit ¿Un brindis al sol?

“Si alguna prioridad hay en algún momento en España es reducir nuestro déficit público”. La frase no es mía, es del Presidente del Gobierno en su entrevista concedida en TVE el pasado mes de septiembre. Y es que la palabra déficit empieza a estar muy presente en nuestras vidas, raro es el día en que no encontremos en los medios alguna noticia sobre el susodicho.

 

Dada su relevancia nos vamos a interesar por la situación en que se encuentra. Para ello, el pasado 19 de septiembre el Ministerio de Hacienda publicó los datos del déficit del conjunto de administraciones públicas correspondiente al primer semestre del año. El resumen sería el siguiente:

–        Administración central y Seguridad Social: Déficit 1er semestre: -3,6%. Objetivo final de año: -4,5%.

–        Comunidades Autónomas: Déficit 1er semestre: -0,77%. Objetivo final de año: -1,5%.

–        Entes locales: Déficit 1er semestre: +0,06% . Objetivo final de año: -0,3%.

–        Total: Déficit 1er semestre: -4,31%. Objetivo final de año: -6,3%.

 

Viendo las cifras, en la primera mitad del año salen mejor paradas las CCAA que la Administración Central, aunque hay algún truco como se explica en este post de Nada es Gratis (básicamente las cifras incluyen anticipos a las CCAA cuyo efecto además se diluirá en la segunda mitad del año). No obstante, es cierto que si por ejemplo lo comparamos con su cifra del déficit del primer semestre del año pasado (-1,64% en el primer semestre de 2011), las CCAA salen mejor paradas en lo que llevamos de 2012.

 

La reciente foto en la Conferencia de Presidentes remarca el mensaje de compromiso con el déficit de los líderes autonómicos y el Gobierno Central. Esta “puesta en escena” (que duró un día porque Artur Mas declaró al día siguiente que el reparto del déficit era injusto y desleal) y el énfasis del Ministro Montoro sobre la correcta senda en la que se encuentran las CCAA cuando presentó los datos del déficit del primer semestre del año no es casualidad, recordemos que los mercados y Bruselas desconfían particularmente de las CCAA y de su capacidad de contención del déficit.

 

Pero al final lo que cuenta es el 6,3% de todas las administraciones y está claro que hay factores que nos hacen dudar sobre su cumplimiento, más allá de las CCAA. Por ejemplo, el gasto en prestaciones por desempleo, que sigue subiendo este año cuando el Gobierno estimó una bajada en torno al 5%, la recaudación por IVA está por debajo de lo estimado, las cuentas de la Seguridad Social siguen sin cuadrar como se esperaba…  La respuesta del Gobierno ante estas incertidumbres es que el efecto de las profundas reformas que se están llevando a cabo se notarán en los últimos meses del año. Ojalá sea cierto, pero desde luego es inevitable que a cualquiera le surjan al menos dudas razonables.

 

En el Consejo de Ministros celebrado el pasado 27 de septiembre se aprobó la Estrategia Española de Política Económica, documento que contiene las principales reformas que se han puesto en marcha y las que se acometerán antes de finalizar el año. Dentro del apartado de consolidación fiscal de la citada Estrategia, se contempla lo siguiente:

 

“Creación de una Autoridad Fiscal Independiente, para velar por el cumplimiento de la normativa presupuestaria y detectar de forma temprana las posibles desviaciones (1er Trim. 2013)”

 

La Vicepresidenta del Gobierno en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros resaltó que la intención del Gobierno es que esta institución “sea capaz de anticipar las desviaciones en los presupuestos de las administraciones”. Ante este anuncio no puedo evitar hacerme tres preguntas:

 

¿De verdad hace falta otro organismo? En un periodo en el que sector público está a dieta, cabe pensar que la creación de un nuevo organismo no es quizás la mejor opción (hay muchos que se pueden mejorar y otros tantos desaparecer). Aunque en este caso habrá quien opine que el fin justifica los medios, porque ya se sabe que la contención del déficit es la prioridad número 1.

 

¿Independiente? Esperemos al nombramiento del máximo responsable de la Autoridad para valorar el nivel de (in)dependencia del futuro organismo.

 

¿Cómo lo va a hacer? La finalidad del nuevo organismo me parece más que loable (anticipar las desviaciones en los presupuestos de las administraciones públicas), pero si el Gobierno Central no ha sido capaz de hacerlo hasta la fecha, me pregunto qué tendrá esta Autoridad para que consiga lo que hasta ahora ha sido imposible.

 

En definitiva, sobre el papel esta Autoridad resulta necesaria (de hecho se trata de una de las recomendaciones llegadas desde Europa) pero su puesta en marcha tiene riesgo de quedarse en un brindis al sol o en una medida estética para agradar a Bruselas. Veremos lo que pasa a partir del primer trimestre de 2013 que es cuando está previsto que vea la luz, aunque quizás para esa fecha ya sea demasiado tarde.

 

4 comentarios
  1. Penny
    Penny Dice:

    Gracias, Jaime, por la entrada

    La verdad es que el Memorandum of Understanding es muy claro:
    Spain is also requested to establish an independent fiscal institution to provide analysis, advice and monitor fiscal policy

    Otros países cuentan con este tipo de organismos y pueden ser de gran utilidad

    En Holanda, existe un Consejo de Política Fiscal (CPB) que muestra un rasgo muy interesante: evalúa el impacto económico de los programas de los distintos partidos políticos
    La evaluación la debe solicitar el propio partido, pero todos los partidos políticos importantes lo solicitan. Y para que se puedan comparar las valoraciones de los distintos partidos emplean un escenario macroeconómico común 
    Y, muy importante,
    Since CPB evaluates the proposals of all parties in uniform way, the parties cannot exaggerate the benefits and/or understate the costs of their proposals, apply accounting tricks, or enjoy free lunches.
    http://www.cpb.nl/sites/default/files/publicaties/download/dp207the-worlds-oldest-fiscal-watchdog.pdf

     

  2. Quasimontoro
    Quasimontoro Dice:

    Jaime, totalmente de acuerdo con usted en cuestionar y rechazar un nuevo organismo para controlar lo que ya se supone controlado, para prevenir lo que ya se supone previsto, para planear lo que ya se supone planeado. Si el gobierno fuera serio, lo que debería hacer es detallar una propuesta del nuevo organismo y al mismo tiempo anunciar el cierre definitivo de los varios organismos que hoy se ocupan de esas funciones y anunciar el despido de sus funcionarios por incapaces y si corresponde exigir responsabilidades por sus actuaciones. 

    Hoy muchos colegas economistas se han subido a la moda de crear órganos autónomos o independientes para sacar poder a los políticos elegidos para representar a la masa de votantes. Se empezó con los bancos centrales para que los (macro)economistas tuvieran trabajo y con los tribunales de la libre competencia para que los (micro)economistas lo tuvieran. Como toda profesión que ha ido creciendo con el tiempo –y vaya si los abogados lo saben bien– los economistas han buscado poder más allá del simple papel de asesores, lo único para lo que su formación académica podría servir. La crisis ha servido para proponer todo tipo de organismos estatales que –oh, sorpresa– los economistas deberían dirigir, no sólo asesorar. Ninguno de estos organismos se justifica por la misma razón que no se justifica el disparate de una Autoridad Fiscal Independiente. Lo dije por primera vez hace más de 30 años atrás cuando se me consultó sobre la inclusión de un banco central independiente en la nueva constitución chilena –¿cómo se puede pedir un banco central independiente cuando se ha fracasado en tener un poder judicial independiente (me refería a antes del gobierno militar porque claramente no era independiente durante el gobierno militar)? 

    Leyendo sobre la condena a los científicos italianos que no advirtieron sobre el peligro de un terremoto, me pregunto si los presidentes de bancos centrales independientes asumirán sus responsabilidades por no haber previsto y advertido sobre el peligro de una crisis económica. Los que quieren autoridad deben estar dispuestos a asumir las responsabilidades, pero esa disposición parece existir sólo porque las posiciones están acompañadas de privilegios, incluyendo el privilegio de la impunidad. Lamentablemente mis colegas economistas predispuestos a la formación de organismos independientes olvidan que el factor crítico en determinar el tamaño y las funciones de organismos estatales es el alto costo de controlar eficazmente a sus gestores.

    • Penny
      Penny Dice:

      Gracias, Jaime, por la entrada

      La verdad es que el Memorandum of Understanding es muy claro:
      Spain is also requested to establish an independent fiscal institution to provide analysis, advice and monitor fiscal policy

      Otros países cuentan con este tipo de organismos y pueden ser de gran utilidad

      En Holanda, existe un Consejo de Política Fiscal (CPB) que muestra un rasgo muy interesante: evalúa el impacto económico de los programas de los distintos partidos políticos
      La evaluación la debe solicitar el propio partido, pero todos los partidos políticos importantes lo solicitan. Y para que se puedan comparar las valoraciones de los distintos partidos emplean un escenario macroeconómico común 
      Y, muy importante,
      Since CPB evaluates the proposals of all parties in uniform way, the parties cannot exaggerate the benefits and/or understate the costs of their proposals, apply accounting tricks, or enjoy free lunches.
      http://www.cpb.nl/sites/default/files/publicaties/download/dp207the-worlds-oldest-fiscal-watchdog.pdf

       

    • Quasimontoro
      Quasimontoro Dice:

      Jaime, totalmente de acuerdo con usted en cuestionar y rechazar un nuevo organismo para controlar lo que ya se supone controlado, para prevenir lo que ya se supone previsto, para planear lo que ya se supone planeado. Si el gobierno fuera serio, lo que debería hacer es detallar una propuesta del nuevo organismo y al mismo tiempo anunciar el cierre definitivo de los varios organismos que hoy se ocupan de esas funciones y anunciar el despido de sus funcionarios por incapaces y si corresponde exigir responsabilidades por sus actuaciones. 

      Hoy muchos colegas economistas se han subido a la moda de crear órganos autónomos o independientes para sacar poder a los políticos elegidos para representar a la masa de votantes. Se empezó con los bancos centrales para que los (macro)economistas tuvieran trabajo y con los tribunales de la libre competencia para que los (micro)economistas lo tuvieran. Como toda profesión que ha ido creciendo con el tiempo –y vaya si los abogados lo saben bien– los economistas han buscado poder más allá del simple papel de asesores, lo único para lo que su formación académica podría servir. La crisis ha servido para proponer todo tipo de organismos estatales que –oh, sorpresa– los economistas deberían dirigir, no sólo asesorar. Ninguno de estos organismos se justifica por la misma razón que no se justifica el disparate de una Autoridad Fiscal Independiente. Lo dije por primera vez hace más de 30 años atrás cuando se me consultó sobre la inclusión de un banco central independiente en la nueva constitución chilena –¿cómo se puede pedir un banco central independiente cuando se ha fracasado en tener un poder judicial independiente (me refería a antes del gobierno militar porque claramente no era independiente durante el gobierno militar)? 

      Leyendo sobre la condena a los científicos italianos que no advirtieron sobre el peligro de un terremoto, me pregunto si los presidentes de bancos centrales independientes asumirán sus responsabilidades por no haber previsto y advertido sobre el peligro de una crisis económica. Los que quieren autoridad deben estar dispuestos a asumir las responsabilidades, pero esa disposición parece existir sólo porque las posiciones están acompañadas de privilegios, incluyendo el privilegio de la impunidad. Lamentablemente mis colegas economistas predispuestos a la formación de organismos independientes olvidan que el factor crítico en determinar el tamaño y las funciones de organismos estatales es el alto costo de controlar eficazmente a sus gestores.

  3. Crítico
    Crítico Dice:

    En mi opinión esta futura Autoridad Fiscal que se aborda en este post es un claro ejemplo de que no todas las recomendaciones que vienen desde Bruselas tienen que tener un efecto positivo en nuestra economía. Como he podido leer en un comentario anterior en Holanda una autoridad similar ha funcionado bien y por eso me imagino que desde Bruselas nos quieren “colar” una similar pero no han pensado que Spain is different?. El hecho de que haya funcionado en Holanda no significa que en España sea un absoluto fracaso. Si el Gobierno central no es capaz de conocer (no digo controlar) las cuentas de las CCAA, lo va a hacer esta Autoridad? Yo creo que no la verdad, solo va a servir para aumentar la lista de órganos inútiles y dar cobijo a algún miembro o miembra del partido politico de turno, porque en España se ha demostrado que la independencia brilla por su ausencia en este tipo de organismos. 

  4. Crítico
    Crítico Dice:

    En mi opinión esta futura Autoridad Fiscal que se aborda en este post es un claro ejemplo de que no todas las recomendaciones que vienen desde Bruselas tienen que tener un efecto positivo en nuestra economía. Como he podido leer en un comentario anterior en Holanda una autoridad similar ha funcionado bien y por eso me imagino que desde Bruselas nos quieren “colar” una similar pero no han pensado que Spain is different?. El hecho de que haya funcionado en Holanda no significa que en España sea un absoluto fracaso. Si el Gobierno central no es capaz de conocer (no digo controlar) las cuentas de las CCAA, lo va a hacer esta Autoridad? Yo creo que no la verdad, solo va a servir para aumentar la lista de órganos inútiles y dar cobijo a algún miembro o miembra del partido politico de turno, porque en España se ha demostrado que la independencia brilla por su ausencia en este tipo de organismos. 

Los comentarios están desactivados.