La reforma de los Consejos de Administración de las empresas públicas que no encontrará en el informe CORA

La Sra. Vicepresidenta del Gobierno ha realizado recientemente un repaso de las principales conclusiones del primer informe trimestral del grado de ejecución de las medidas recogidas en la Comisión para la Reforma de las Administraciones Públicas (CORA). ¿El grado de avance?, pues no gran cosa por ahora: 15 medidas están completamente ejecutadas, 22 se encuentran en fase final de ejecución, 90 en fase media, 82 en fase inicial y 9 no se han iniciado… Eso sí, seguimos sin saber cómo van a convencer a las CCAA para que apliquen las medidas que les tocan del informe de la CORA (138 de las 218 propuestas).
El problema es que a pesar de los esfuerzos que se están dedicando en la reforma de las AAPP, desde que la CORA publicase sus medidas el pasado mes de junio, nos seguimos encontrando en los medios de comunicación escándalos que afectan a empresas públicas de la propia AGE (si esto sucede en la AGE, imagínense a nivel autonómico y local). Por ejemplo, en julio aparecieron noticias sobre Paradores (sociedad pública que depende del Ministerio de Hacienda y AAPP) en relación con despilfarros cometidos por la anterior cúpula directiva (flota de BMW’s como coches de empresa, salarios de 6 dígitos…) y de “falsos ahorros” acometidos por la cúpula actual (rebaja el sueldo de los directivos pero a la vez crea nuevos puestos de dirección que antes no figuraban por ningún lado). Más recientemente, hemos podido leer cómo el Ministro Soria está convirtiendo a la entidad pública Red.es en la octava isla del Archipiélago Canario (ver aquíaquí y aquí).
Hay muchos responsables de que pasen estas cosas en empresas públicas, pero no hay que olvidar que con independencia del promotor político de estas decisiones que vemos que se toman, estas empresas están regidas por unos Consejos de Administración, que son los órganos superiores de gobierno de estas entidades. Algo falla cuando vemos que estos Consejos de Administración aprueban sin ningún reparo resoluciones o nombramientos de todo tipo.
¿Quién forma parte de estos Consejos? En la página web de Paradores no hay quien encuentre nada sobre quienes son los integrantes de su Consejo (ole a la transparencia) pero en la Red.es sí, aquí tienen el enlace. El Consejo está formado por un total de 12 miembros, entre los que están su Presidente (Secretario de Estado de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información), 5 vocales natos (lo son por el cargo que ostentan), 5 vocales no natos (los nombra el propio Consejo) y el Secretario del Consejo (que es el Secretario General de la entidad pública). 12 miembros, altos cargos todos ellos de la AGE y funcionarios además en muchos casos. El Presidente del Consejo propone y los vocales (natos y no natos) disponen, o sea, aprueban. El Ministro Soria no está en el Consejo de Administración de esta entidad pero sus deseos se han convertido en realidad sin encontrar aparente oposición. ¿Por qué?, que se preguntaría Mourinho. Un motivo podría ser la disciplina de equipo (siguiendo con el símil futbolístico), porque de los 12 miembros del Consejo de Red.es, 10 forman parte del Ministerio de Industria y parece que para seguir en sus respectivos puestos tienen que agradar al “jefe” y todos votan a una como Fuenteovejuna. Lo único que esa disciplina de equipo le puede llegar a salir cara al consejero de turno porque cuando asiste a una reunión del Consejo  responde por los acuerdos que se han adoptado en esa reunión… Así que si el consejero no está de acuerdo con lo que se vaya aprobar en una reunión (el orden del día se envía con antelación) lo más fácil es no ir ese día (perdiendo dinero por no cobrar la dieta correspondiente), porque la alternativa sería abstenerse en la votación o incluso votar en contra y eso está muy mal visto dentro del equipo…
Les aviso de antemano que no la van a encontrar dentro de las 218 medidas de la CORA, pero una medida que tendría un efecto inmediato en ahorro de costes y mejora de la gestión de las empresas públicas sería la reforma de los consejos de administración de empresas públicas. Esta reforma debería tener al menos tres medidas:
1)          La principal: eliminar (o al menos fijar un precio simbólico común para todas las empresas de la AGE) las dietas por asistencia a las reuniones de los Consejos de Administración. Los integrantes de los Consejos de empresas públicas ya están cobrando un sueldo público porque son Secretarios de Estado, o Directores Generales, o vocales asesores, o directores de gabinete, o Subdirectores Generales, etc…  De esta forma, ser consejero de una de estas empresas dejaría de ser un chollo (cobro por asistir a una reunión al mes y no tengo responsabilidad alguna de lo que se aprueba o se deja de aprobar) y se convertiría en un marrón. La designación como consejero de una empresa pública se está convirtiendo en muchos casos en un mecanismo para mejorar la retribución asociada a determinados cargos públicos. Si la responsabilidad o el ejercicio de las funciones de estos cargos justifica esa gratificación extra, debería articularse de otra forma pero no dando un puesto en el consejo de turno la empresa pública correspondiente. El caso es que el pago de las dietas a los consejeros de las empresas públicas supone un dinerito a las maltrechas arcas públicas y el Gobierno es plenamente consciente porque en el Real Decreto 451/2012, de racionalización del sector público, limitó el número máximo de miembros del consejo de administración que cada empresa pública de la AGE podía tener. ¿No es más fácil cargarse (o reducir) las dietas por asistir a las reuniones y así da igual el número de consejeros que haya?
2)          Evitar que haya una mayoría de integrantes del Consejo de Administración pertenecientes al Ministerio al que está adscrito el ente público. De esta forma, se pueden tomar decisiones con más objetividad, ya que se evita que la doctrina del Ministerio al que está adscrito el ente se imponga de forma natural.
3)          Que el Consejo tenga la obligación de remitir (para su posterior validación y aprobación) al Ministerio de Hacienda y AAPP un baremo de cualificación de los puestos directivos de libre designación que tenga la empresa pública en cuestión y cuya designación pase por el propio Consejo. Cualquier candidato que no cumpla con el baremo establecido se descarta automáticamente. Vamos lo que nos encontraríamos en cualquier empresa privada, ni más ni menos. No hay que olvidar que los sueldos de los directivos de estas empresas públicas superan en muchas ocasiones el sueldo del propio Presidente del Gobierno, porque en teoría se trata de atraer personal cualificado del sector privado al sector público. Pero vamos, esto es la teoría porque ya estamos viendo lo que sucede en la práctica y que no debería permitirse desde luego, porque esas nóminas las pagamos todos los contribuyentes.
Si se aplicase esta reforma, además del ahorro de costes inmediato que se podría conseguir gracias a la eliminación o reducción de las dietas, es posible que se pudiese mejorar un poco la gestión de las empresas públicas. Porque lo que nos parece evidente a los ciudadanos de a pie (por ejemplo que bajar el sueldo a unos directores no sirve de nada si se crean nuevos puestos directivos que antes no existían o que no es de recibo que un directivo público no tenga la cualificación mínima necesaria para desempeñar sus funciones) parece que para nuestros responsables públicos no lo es.

12 comentarios
  1. David Sotomonte
    David Sotomonte Dice:

    Los ejemplos que se mencionan en este post me recuerdan dos (de los muchos) males endémicos de nuestras administraciones públicas:
    1) La falta de control total en la que se mueven los entes y empresas públicas de las diferentes administraciones. Paradores, una empresa al borde la quiebra, con EREs de por medio y los directivos a lo suyo (a despilfarrar un poco)
    2) Lo que el post llama disciplina de equipo. Para ser alto cargo de la administración tienes que ser respetuoso con la autoridad, las voces discrepantes mejor para otro lado. No se prima la valía del candidato, se prima la fidelidad. Si el Ministro quiere algo (aunque sea una barbaridad) pues hay que hacerlo, si quieres mantenerte en el cargo….
    Así nos va…

    • RC
      RC Dice:

      A ver, yo no veo ningún problema en que los consejeros de la CNMC ganen cien mil euros (e incluso el doble y el triple, si me preguntan), dadas la importancia y la complejidad de los temas tratados por la CNMC. El talento tiene un precio.
      Lo que me parece completamente inaceptable, dada justamente esa responsabilidad, es que esos cargos sean adjudicados “a dedo”, con las simpatías políticas de cada consejero como único criterio obvio.

    • Juan
      Juan Dice:

      Coincido plenamente con lo expuesto por lo comentado por RC. Ganar 100.000 euros para un consejero de la CNMC no parece descabellado, si quieres ganar personas realmente preparadas y de prestigio. Lo que no tiene ningún sentido es que fijes euros para captar personas de prestigio, y asignes los cargos a dedo, sin concurso ni nada parecido, y a personas con escasa trayectoria y relevancia en los temas que debe abordar.

  2. Juan
    Juan Dice:

    El deterioro de la administración pública avanza a velocidad imparable, y el gobierno nos entretiene con medidas que ni van a ser efectivas, ni en muchos casos se van siquiera a aplicar. Un post muy apropiado porque las noticias de la corrupción y el nepotismo que llega a todos los confines de la administración, pero muy especialmente a la administración paralela de entes y empresas públicas no parecen tener fin.

  3. Luis Villameriel
    Luis Villameriel Dice:

    Los altos cargos que son consejeros de empresas públicas en el ámbito de la Administración General del Estado no cobran dietas por asistencia, ni perciben ningún tipo de remuneración por su actividad como consejeros. Los Secretarios de Estado, Subsecretarios y Directores Generales de la AGE no perciben ningún tipo de remuneración por su labor en las empresas públicas. Esto es así desde el año 2005, y fue una iniciativa de Jordi Sevilla, por aquel entonces ministro de Administraciones Públicas en el gobierno de Rodríguez Zapatero. Las dietas que devengan estos consejeros son ingresadas en el Tesoro por las respectivas empresas.
    Quienes sí perciben dietas de asistencia a las reuniones del consejo son los funcionarios que sean consejeros, pero en ningún caso los altos cargos. Por funcionario debemos entender aquí hasta el rango de subdirector general, que es el máximo rango profesional (nivel 30), a partir del cual empienza el rango de Alto cargo (nombramiento político).
    En cuanto a las cuantías de las dietas de asistencia que pagan estas empresas a sus consejeros (insisto los que son funcionarios) , son realmente modestas. Estamos hablando entre 600 y 800 euros brutos por sesión del consejo, con el límite de una reunión mensual.
    Saludos.

    • Juan
      Juan Dice:

      Luis Villameriel, creo que compartirás conmigo, que en el país de los mileuristas, calificar como modestas dietas de 600 a 800 euros por asistir a una reunión al mes, más bien breve, y donde , a la vista de lo expuesto en el post, el trabajo es más bien escaso, es un poco “provocador”. Desde luego si los comparamos con las dietas de las cajas de ahorros, o los consejos del IBEX es muy modesto, pero, considerando el número de entes y empresas públicas, el loro sigue muy bien alimentado de chocolate.

    • David Sotomonte
      David Sotomonte Dice:

      Luis tu puntualización me parece interesante pero discrepo en lo que a la modestia de la cuantía se refiere… para las arcas públicas. El ahorro en dietas cifrado por el Gobierno en el RD 451/2012 es de 1 millón de euros (por reducir algunos puestos de consejeros). Teniendo en cuenta la cantidad de consejeros que hay en empresas de la AGE si se quietan las dietas a los consejeros que no son altos cargos públicos pues es un dinero, sobre todo con la que está cayendo.
      Por otra parte no solo los funcionarios cobran dietas porque hay miembros de los Consejos de Administración que ni son altos cargos ni funcionarios: me refiero a vocales asesores de Gabinetes o directores de Gabinete de Secretarios de Estado, por ejemplo. Estas personas pueden ser funcionarios o no y cobran las dietas.

  4. Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado
    Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado Dice:

    Creo que el debate en el tema de las dietas (que efectivamente no se pagan a los altos cargos, pero queda muchísima gente que no lo es) no es tanto el de su importe, aunque es un dinerito incluso en términos relativos, sino el de a cambio de qué se pagan. Parece claro con las historias comentadas en el post que es a cambio básicamente de fidelidad perruna al que manda. Nada que ver con la labor de un Consejo de Administración, por modesta que sea en una empesa pública esta labor. Para ese viaje, sobran alforjas.. Y en cuanto a las retribuciones en el sector público, en la CNMC o donde sea, aunque es un tema que excede de este post la cuestión es la misma. Bienvenidas las altas retribuciones si son para atraer talento y experiencia (y garantizar la independencia, no se nos olvide) pero si todo eso desaparece, al final estamos hablando de pagar los servicios prestados o por prestar a los jefes de forma ciertamente relevante.

    • Luis Villameriel
      Luis Villameriel Dice:

      Elisa, me limité a precisar que los Altos cargos no perciben dietas por asistencias desde el año 2005. Admito que 600 ó 800 euros brutos por sesión puede ser mucho dinero y también poco dinero (¿comparado con qué?, como dicen los anglosajones). En todo caso, actualmente estas asistencias funcionan como complementos salariales de los funcionarios (no de todos, ni mucho menos) de los cuerpos superiores de la Administración del Estado.
      Más importante me parece el tema de la pretendida independencia del consejero. Legalmente son consejeros dominicales, no son consejeros independientes. De modo que representan al accionista (único) de la sociedad, y tendrán que seguir sus instrucciones. !Así es la vida del consejero dominical¡ Sucede además que este accionista es de ordeno y mando con su gente, como nos recuerda el artículo 103.1 (huelga decir de qué norma) y les tiene sujetos a su jerarquía (el texto no dice “jerarquía perruna” pero todo se andará en alguna futura reforma).
      Saludos.

  5. Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado
    Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado Dice:

    Creo que el debate en el tema de las dietas (que efectivamente no se pagan a los altos cargos, pero queda muchísima gente que no lo es) no es tanto el de su importe, aunque es un dinerito incluso en términos relativos, sino el de a cambio de qué se pagan. Parece claro con las historias comentadas en el post que es a cambio básicamente de fidelidad perruna al que manda. Nada que ver con la labor de un Consejo de Administración, por modesta que sea en una empesa pública esta labor. Para ese viaje, sobran alforjas.. Y en cuanto a las retribuciones en el sector público, en la CNMC o donde sea, aunque es un tema que excede de este post la cuestión es la misma. Bienvenidas las altas retribuciones si son para atraer talento y experiencia (y garantizar la independencia, no se nos olvide) pero si todo eso desaparece, al final estamos hablando de pagar los servicios prestados o por prestar a los jefes de forma ciertamente relevante.

  6. Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado
    Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado Dice:

    Luis, lo se, yo misma hace bastantes años he tenido mi pequeño sobresueldo vía Consejos de empresas públicas, al pertenecer a uno de los “Cuerpos superiores” a los que se adjudican estos Consejos.. También recuerdo que éramos consejeros dominicales y no independientes, claro está. Por eso seguíamos básicamente las instrucciones (cuando las había, que no era lo habitual por lo menos en mi época) de la DG Patrimonio del Estado, normalmente tendentes a mejorar la actividad de la empresa o a imponerles ciertos límites a su forma de actuar que se consideraban entonces convenientes (como que tipo de inversiones podían hacer). Qué tiempos aquellos.
    . Lo que quería poner de manifiesto es que casos como los que comenta el post no eran en absoluto habituales, las directrices no vienen del dueño de la empresa sino que son directrices “políticas” del MInistro del ramo,Y en cuanto a que sean mejores para la empresa, pues obviamente no parece. Colocar en una empresa pública personas como las que señala el post a cambio de su fidelidad política por decirlo elegantemente, no parece una buena idea desde el punto de vista de la empresa en cuestión,

  7. Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado
    Elisa de la Nuez Sánchez-Cascado Dice:

    Luis, lo se, yo misma hace bastantes años he tenido mi pequeño sobresueldo vía Consejos de empresas públicas, al pertenecer a uno de los “Cuerpos superiores” a los que se adjudican estos Consejos.. También recuerdo que éramos consejeros dominicales y no independientes, claro está. Por eso seguíamos básicamente las instrucciones (cuando las había, que no era lo habitual por lo menos en mi época) de la DG Patrimonio del Estado, normalmente tendentes a mejorar la actividad de la empresa o a imponerles ciertos límites a su forma de actuar que se consideraban entonces convenientes (como que tipo de inversiones podían hacer). Qué tiempos aquellos.
    . Lo que quería poner de manifiesto es que casos como los que comenta el post no eran en absoluto habituales, las directrices no vienen del dueño de la empresa sino que son directrices “políticas” del MInistro del ramo,Y en cuanto a que sean mejores para la empresa, pues obviamente no parece. Colocar en una empresa pública personas como las que señala el post a cambio de su fidelidad política por decirlo elegantemente, no parece una buena idea desde el punto de vista de la empresa en cuestión,

  8. Salvador Robles
    Salvador Robles Dice:

    Me parece que meter en el mismo saco a los consejeros de la CNMV, a los de la nueva Comisión Nacional de la Competencia y de los Servicios, y a los Consejeros de las Empresas Publicas es poco riguroso y sólo lleva a la confusión.
    Si las empresas públicas tuvieran que mantener y pagar Consejos de Administración como los de las empresas privadas, se produciria un aumento sensible de gasto público, y está por ver que su gestión fuera entonces sostenible.
    Podemos plantearnos el sentido y funciones de las empresas públicas en la economía actual, pero no creo que su problema principal sean las dietas mensuales de sus consejeros funcionarios.

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