Por qué triunfan los nacionalistas en España…y por qué van a seguir triunfando.

Hace años un político de raza señalaba en una conferencia que la Política en España no giraba en torno a servir al interés público o mejorar la vida de los ciudadanos, que estos eran objetivos secundarios o casi “forzados”, que el meollo de la Política no había cambiado con el fin del franquismo y que lo único importante era determinar y demostrar “quién manda aquí”. Este aspecto consumía las principales energías de los partidos políticos y dificultaba que nuestros dirigentes políticos emplearan el tiempo necesario en diseñar estrategias “de Estado”, en formarse adecuadamente o en introducir innovaciones necesarias en su liderazgo o capacidad de gestión. Eso hacía igualmente complicado que los partidos políticos tuvieran un funcionamiento interno realmente democrático o que seleccionaran a los mejores para dirigirles: el único aspecto importante era conseguir el poder, y una vez llegado a él, ejercerlo y no compartirlo. Y el tipo de personas que sirve a ese fin no siempre son las más presentables.
Por ello, tal vez, una vez logrados los objetivos “de cajón”, ─esto es, consolidar la democracia, que permitía precisamente el juego de partidos, y conseguir nuestra incorporación a Europa─, nuestros partidos nacionales se quedaron sin objetivos estratégicos que guiara su acción, más allá que responder al día a día, resistir en el poder o lograrlo, tirándose los trastos a la cabeza o siguiendo “el olfato” de las encuestas. Por ello, también,siempre ha sido imposible hablar o pensar en un gobierno de concentración nacional, porque los intereses personales o particulares (o incluso sectarios) han estado por encima de los del país o la sociedad en su conjunto.
Por el contrario, los partidos de corte regionalista-secesionista, compartiendo todos los vicios de sus hermanos mayores, sí han mantenido sin embargo un claro objetivo estratégico que les ha permitido dedicar y compartir esfuerzos, sellando alianzas informales, mucho más eficaces que las formales en ocasiones. Y así, durante 30 años han tenido una idea-fuerza que ha alimentado todas sus energías y pensamientos, sacándoles del mero “ir tirando” o “mirar para otro lado”. La idea, no nos engañemos, era y es “cómo podemos romper España”. Cada uno con su papel, cada uno con su aporte: mientras unos pactaban “amablemente” en Madrid, otros se dedicaban a hacer la vida imposible a maquetos y charnegos (“o te adaptas, o te vas”). Y así cada día, pensando, manipulando: que si hoy controlo la educación, que si mañana domino los medios de comunicación, que si pasado domestico las Universidades, que si hago campaña fuera de España…
Mientras tanto los partidos “constitucionales” dedicados a la agricultura, esto es: “a por uvas”. Sí, tal vez hacían algo parecido, pero torpemente, mirándose al ombligo, cuidando simplemente de mantener su cuota de poder (cuando no de aumentar sus cuentas corrientes) o intereses de partido,sin ideas de hacer algo grande por su país,solo lo urgente y del resto ya veremos. Sin embargo, los secesionistastenían un objetivo que otorgaba grandeza a su actuación (aunque muchos lo pensemos profundamente erróneo) y ponían su vista en un futuro que sería mejor… y diferente. Así han conseguido ir ganando nuevos adeptos a su causa. Y el problema es que nada está ocurriendo en España que haga pensar que no vayan a seguir haciéndolo…, ni siquiera con el surgimiento de nuevos partidos.
Hoy parece que el marco común de convivencia democrática que se llama España tiene tres grandes incendios-terremotos-tsunamis en su territorio: la (profunda) crisis económica, la (profunda) corrupción política e institucional, y los proyectos (bien planificados y profundamente financiados) que tratan de romper ese marco de convivencia. ¡Estamos ante una situación de emergencia nacional! Se dice en los cafés, en los bares, en los restaurantes, e incluso “como de pasada” en el Parlamento. ¡Hay que hacer algo! Sí, claro algo hay que hacer, pero pocos parecen darse cuenta que no solo hay que hacer algo, hay que hacer algo que sea nuevo, que no sea más de lo mismo. La situación demanda no solo proponer nuevas medidas legislativas, sino nuevas actitudes, nuevas estrategias, una nueva forma de pensar, que comienza probablemente por un ejercicio colectivo de humildad y autocrítica…
¿Entonces? ¿Corremos todos juntos a coger cubos de agua para apagar ese incendio, para salvar a las víctimas, para reparar las casas desplomadas por el terremoto? Si realmente los que dicen que estamos en una emergencia nacional lo pensaran de verdad, se pondrían rápidamente a trabajar, arrimarían el hombro, remarían en la misma dirección, al menos hasta que pasara la emergencia. Pero no, con la que está cayendo, ni hoy, ni mañana existe ninguna posibilidad de un gobierno PP-PSOE en España (también en esto deberíamos mirar más a Alemania) y ninguno de los nuevos partidos políticos, al parecer,es capaz o ve deseable/necesario establecer alianzas estratégicas (aunque fueran coyunturales) con sus semejantes, ni siquiera ante unas elecciones tan favorables para “dar la campanada” como son las europeas.
¿Y en el “otro lado”? Pues en el otro lado, señores, sí establecen “fácilmente” alianzas electorales cuando toca (por de pronto PNV, CiU y CC; pero pronto vendrán otras) y acuerdan estrategias comunes para conseguir sus objetivos. Todos sus esfuerzos (o al menos gran parte de ellos) dedicados a la consecución de un mismo fin. Por eso están triunfando los nacionalistas, y por eso van a seguir triunfando. Tal vez lo tengamos merecido.
 

12 comentarios
  1. Manu Oquendo
    Manu Oquendo Dice:

    Sobre el tema de fondo del artículo nos vamos a quedar a medias porque es muy vasto, complejo y con pocos inocentes.
    Creo, sinceramente, que es imposible abordarlo sin antes fijar parámetros históricos, políticos, económicos y sociales. Dentro y fuera de España.
    Personalmente es un asunto con el que, con altos y bajos, convivo desde 1967, el tercer año de universidad, hasta hoy día y mi perspectiva se ha ido formando en relación cercana con diferentes lados del problema.
    Pero, por ir alguno de los fundamentales y –comprensiblemente– no aparecen en el artículo de D. Alberto Gil, citaría el siguiente sabiendo que hay otros, además de los citados por el artículo.
    Pero éste es el que considero más importante en la práctica.
    1. Congreso de Suresnes de 1974. En su resolución 2ª Nº 1 se dice textualmente…..
    Cita:
    Ante la configuración del Estado español, integrado por diversas nacionalidades y regiones marcadamente diferenciadas, el PSOE manifiesta que:
    1) La definitiva solución del problema de las nacionalidades que integran el Estado español parte indefectiblemente del pleno reconocimiento del derecho de autodeterminación de las mismas que comporta la facultad de que cada nacionalidad pueda determinar libremente las relaciones que va a mantener con el resto de los pueblos que integran el Estado español.
    Fin de cita.
    Ahora vuelvan a leer despacio. Varias veces, por favor.
    Si se analiza reposadamente esta postura –de nuestro principal partido a futuro en aquel momento, patrocinado entonces por los actores cruciales desde fuera de España–, es fácilmente comprensible todo lo que ha sucedido y que no se entiende sin este factor.
    En resumen: El Piloto desconoce su oficio, desconoce incluso el derecho internacional vigente para casos de autodeterminación y ofrece una imagen falsa de la Nación que sabe que gobernará y todo ello a la medida de sus intereses estratégicos electorales.
    Frente a esta enormidad el resto de actores bajan mucho de importancia.
    ¿Tiene remedio?
    Me gustaría que lo tuviese.
    Muy buenos días y gracias.
    PD. http://es.wikipedia.org/wiki/Congreso_de_Suresnes

  2. Manu Oquendo
    Manu Oquendo Dice:

    Sobre el tema de fondo del artículo nos vamos a quedar a medias porque es muy vasto, complejo y con pocos inocentes.

    Creo, sinceramente, que es imposible abordarlo sin antes fijar parámetros históricos, políticos, económicos y sociales. Dentro y fuera de España.

    Personalmente es un asunto con el que, con altos y bajos, convivo desde 1967, el tercer año de universidad, hasta hoy día y mi perspectiva se ha ido formando en relación cercana con diferentes lados del problema.

    Pero, por ir alguno de los fundamentales y –comprensiblemente– no aparecen en el artículo de D. Alberto Gil, citaría el siguiente sabiendo que hay otros, además de los citados por el artículo.

    Pero éste es el que considero más importante en la práctica.

    1. Congreso de Suresnes de 1974. En su resolución 2ª Nº 1 se dice textualmente…..

    Cita:
    Ante la configuración del Estado español, integrado por diversas nacionalidades y regiones marcadamente diferenciadas, el PSOE manifiesta que:

    1) La definitiva solución del problema de las nacionalidades que integran el Estado español parte indefectiblemente del pleno reconocimiento del derecho de autodeterminación de las mismas que comporta la facultad de que cada nacionalidad pueda determinar libremente las relaciones que va a mantener con el resto de los pueblos que integran el Estado español.
    Fin de cita.

    Ahora vuelvan a leer despacio. Varias veces, por favor.

    Si se analiza reposadamente esta postura –de nuestro principal partido a futuro en aquel momento, patrocinado entonces por los actores cruciales desde fuera de España–, es fácilmente comprensible todo lo que ha sucedido y que no se entiende sin este factor.

    En resumen: El Piloto desconoce su oficio, desconoce incluso el derecho internacional vigente para casos de autodeterminación y ofrece una imagen falsa de la Nación que sabe que gobernará y todo ello a la medida de sus intereses estratégicos electorales.

    Frente a esta enormidad el resto de actores bajan mucho de importancia.

    ¿Tiene remedio?

    Me gustaría que lo tuviese.

    Muy buenos días y gracias.

    PD. http://es.wikipedia.org/wiki/Congreso_de_Suresnes

  3. Lucía de las Heras
    Lucía de las Heras Dice:

    Todo nacionalismo encierra el propósito de defender “lo nuestro” frente a “lo de ellos”. La Constitución no debería permitir partidos nacionalistas, como no debe permitirse (por ejemplo) un “Partido Gitano” o un “Partido de los Musulmanes” o un “Partido de las Mujeres”, pues se trataría POR DEFINICIÓN de defender los intereses de un colectivo frente al resto de la población.
    Se supone que son partidos “políticos”, y han de defender propuestas transversales para el conjunto de la población, con independencia de su raza, sexo, religión, etc. Entre estos factores de discriminación debe estar, en pie de igualdad con los anteriores, el territorio.
    A la postre, haber nacido (o residir en) una determinada población o C. A. puede ser un factor de discriminación tan reprobable como los anteriores.
    Ello es más evidente desde planteamientos de izquierda, pues ésta tiene, entre sus postulados esenciales, la procura de la igualdad social. De modo que tan rechazable es una discriminación por extracción social como por extracción territorial.
    En este sentido, las continuas manifestaciones de Esquerra Republicana de Catalunya menospreciando a murcianos, andaluces o extremeños, son una aberración. Que esas personas se autodefinan de izquierdas constituye una vergüenza e insulto para quienes se sienten de izquierdas, pues el nacionalismo es una opción egoísta que se niega a redistribuir su mayor riqueza o sus mejores recursos.
    Desde una óptica derechista el nacionalismo puede llegar a comprenderse, pero el llamado “nacionalismo de izquierdas” es un dislate absoluto.

    • Ciudadano perplejo
      Ciudadano perplejo Dice:

      Apreciada Lucía me gustaría hacer unas objeciones a su comentario. Cuando dice que “la constitución no debería permitir partidos nacionalistas..” ¿por qué lo dice? ¿Porqué lo que no es de mi agrado lo debería prohibir la Constitución? Un partido nacionalista, como cualquier otro partido, defiende aquello que cree que es justo y que preocupa a una parte de los ciudadanos, si lo hace de una manera pacífica y democrática parece legítimo, nos guste o no nos guste. ¿La defensa de estos intereses es frente a “lo de ellos”? No sé, ¿un partido de izquierdas defiende unos intereses/ideología frente a “los otros”? ¿un partido que defiende una posición pro-vida es frente a quienes defienden posiciones pro-abortistas? ¿Cuál de estas posiciones la Constitución no debería permitir? Según su comentario la defensa que los partidos nacionalistas hacen de sus intereses discriminan territorialmente, hagamos una prueba vayamos a cualquier Comunidad Autónoma, la que quiera, y veamos qué intereses defienden los políticos y los partidos políticos de esa Comunidad, ¿los de su propia Comunidad o los de otra Comunidad Autónoma?, ¿Qué le parece?
      En conclusión la Democracia “a la medida” no es Democracia y patrocinar una Democracia “a la medida” es cuando menos pintoresco.

    • Antonio
      Antonio Dice:

      Los partidos, todos, defienden los intereses de los suyos frente a los otros. Ahí tienes al PP ahora defendiendo al “concebido no nacido” sin importarle lo que opine el resto del mundo. Te iba a poner el ejemplo de que si el PP es un partido del trabajador, pero como aún hay gente que se lo cree, he preferido poner ese.
      Y así todos, PSOE, UPyD, IU, …

  4. Lucía de las Heras
    Lucía de las Heras Dice:

    Todo nacionalismo encierra el propósito de defender “lo nuestro” frente a “lo de ellos”. La Constitución no debería permitir partidos nacionalistas, como no debe permitirse (por ejemplo) un “Partido Gitano” o un “Partido de los Musulmanes” o un “Partido de las Mujeres”, pues se trataría POR DEFINICIÓN de defender los intereses de un colectivo frente al resto de la población.

    Se supone que son partidos “políticos”, y han de defender propuestas transversales para el conjunto de la población, con independencia de su raza, sexo, religión, etc. Entre estos factores de discriminación debe estar, en pie de igualdad con los anteriores, el territorio.

    A la postre, haber nacido (o residir en) una determinada población o C. A. puede ser un factor de discriminación tan reprobable como los anteriores.

    Ello es más evidente desde planteamientos de izquierda, pues ésta tiene, entre sus postulados esenciales, la procura de la igualdad social. De modo que tan rechazable es una discriminación por extracción social como por extracción territorial.

    En este sentido, las continuas manifestaciones de Esquerra Republicana de Catalunya menospreciando a murcianos, andaluces o extremeños, son una aberración. Que esas personas se autodefinan de izquierdas constituye una vergüenza e insulto para quienes se sienten de izquierdas, pues el nacionalismo es una opción egoísta que se niega a redistribuir su mayor riqueza o sus mejores recursos.

    Desde una óptica derechista el nacionalismo puede llegar a comprenderse, pero el llamado “nacionalismo de izquierdas” es un dislate absoluto.

  5. Alcides Bergamota
    Alcides Bergamota Dice:

    Qué razón tiene el Sr. Oquendo. En la izquierda brutal incultura, complejos sin fin y el todo vale para alcanzar el poder, mentecatez generalizada. La enfermedad se extiende imparable. Si a eso añadimos la incuria intelectual de la llamada “derecha” española representada por el PP (que realmente no es un partido de derechas), su incapacidad de elaborar ideas, de defenderlas, de utilizar los medios, la propaganda, etc. nos encontramos con que el médico que estaba llamado a curar la enfermedad es un pelele que babea. Yo creo que con un fuerte contradiscurso, una sólida explicación machacada en los medios sobre lo que es España, lo que es y vale la libertad, explicando las mentiras y engaños de los nacionalistas, etc. creo que la situación es hoy, todavía, reversible. Pero… Del papel penoso en todo este asunto de la corona, mejor no hablamos. Y es que no aprenden. Ayer el Príncipe pronunciando en catalán el discurso en el Mobile World Congress (como si el español no fuera el idioma de los catalanes) y Mas contestando ofensas en inglés. Parece una pesadilla con muchos elementos, cada vez más, de los años treinta del siglo XX. Por ejemplo esta polémica sobre la catedral de Córdoba con la que consumimos energías que seguramente serían mejor empleadas en otros asuntos; discursos con fuerte sesgo totalitario, enemigos de la libertad llevando la voz cantante, terroristas en la calle y en la política. En fin. Veremos a ver si Vox, Ciudadanos y UPyD llegan a tiempo.

  6. Alcides Bergamota
    Alcides Bergamota Dice:

    Qué razón tiene el Sr. Oquendo. En la izquierda brutal incultura, complejos sin fin y el todo vale para alcanzar el poder, mentecatez generalizada. La enfermedad se extiende imparable. Si a eso añadimos la incuria intelectual de la llamada “derecha” española representada por el PP (que realmente no es un partido de derechas), su incapacidad de elaborar ideas, de defenderlas, de utilizar los medios, la propaganda, etc. nos encontramos con que el médico que estaba llamado a curar la enfermedad es un pelele que babea. Yo creo que con un fuerte contradiscurso, una sólida explicación machacada en los medios sobre lo que es España, lo que es y vale la libertad, explicando las mentiras y engaños de los nacionalistas, etc. creo que la situación es hoy, todavía, reversible. Pero… Del papel penoso en todo este asunto de la corona, mejor no hablamos. Y es que no aprenden. Ayer el Príncipe pronunciando en catalán el discurso en el Mobile World Congress (como si el español no fuera el idioma de los catalanes) y Mas contestando ofensas en inglés. Parece una pesadilla con muchos elementos, cada vez más, de los años treinta del siglo XX. Por ejemplo esta polémica sobre la catedral de Córdoba con la que consumimos energías que seguramente serían mejor empleadas en otros asuntos; discursos con fuerte sesgo totalitario, enemigos de la libertad llevando la voz cantante, terroristas en la calle y en la política. En fin. Veremos a ver si Vox, Ciudadanos y UPyD llegan a tiempo.

  7. David
    David Dice:

    ¿Un Gobierno PSOE-PP? Lo que nos faltaba. ¿Aprender de Alemania? No se puede comparar los partidos alemanes con la pantomima que es PSOE y PP. Pero tranquilo, aunque sea la ruina total del país, ese pacto se va a producir. En cuanto no saquen mayoría, y tampoco puedan conseguirla pactando con ningún partído nacionalista, como llevan haciendo desde q se formó el Estado “democrático”, y la única vía que les quedé sea pactar con uno de los nuevos partidos, que lo primero que le exigirán para pactar sera una reforma del sistema electoral, acabando así con el chollo que tienen. Entonces sera cuando pacten. Ya lo han hecho en Ayuntamientos pequeños, ¿que le impediría hacerlo también a nivel nacional? ¿sus ideales? Si tienen los mismo. Es el mismo perro con diferente collar.

  8. David
    David Dice:

    ¿Un Gobierno PSOE-PP? Lo que nos faltaba. ¿Aprender de Alemania? No se puede comparar los partidos alemanes con la pantomima que es PSOE y PP. Pero tranquilo, aunque sea la ruina total del país, ese pacto se va a producir. En cuanto no saquen mayoría, y tampoco puedan conseguirla pactando con ningún partído nacionalista, como llevan haciendo desde q se formó el Estado “democrático”, y la única vía que les quedé sea pactar con uno de los nuevos partidos, que lo primero que le exigirán para pactar sera una reforma del sistema electoral, acabando así con el chollo que tienen. Entonces sera cuando pacten. Ya lo han hecho en Ayuntamientos pequeños, ¿que le impediría hacerlo también a nivel nacional? ¿sus ideales? Si tienen los mismo. Es el mismo perro con diferente collar.

  9. Alfonso
    Alfonso Dice:

    No puedo estar más de acuerdo en algunos puntos y más en desacuerdo en otros. A ver, es cierto que la estructura de poder en los partidos premia los fieles, no a los honestos o a los eficaces. Por eso siempre digo que necesitamos una democracia de PERSONAS, no de partidos.
    Pero yo no creo que el deseo fundamental de los partidos nacionalistas sea “romper España” No, no lo es. Fijaos bien, ¿por qué los partidos nacionalistas iban a ser distintos de los demás? ¿Por qué, y a quién beneficia todo ese nacionalismo? Evidentemente no a los sufridores habitantes que, en caso de ver sus aspiraciones independentistas cumplidas, tendrían que vivir en un “país” seriamente limitado en su capacidad para resolver los problemas de sus ciudadanos: infraestructuras, financiación, sanidad, educación, defensa y orden público son componentes que se benefician de la escala, cuanto más grande más efectivos son, y su pequeño país iba a tener muy complicado proporcionarles esos servicios. Igual que por cierto lo tiene ahora, con todas sus competencias transferidas son mucho más ineficientes en muchos aspectos que si estuvieran integrados y formaran parte de la misma organización.
    El artículo plantea una especie de conspiración en la sombra que arranca en la Transición, como si hubiera un selecto grupo de individuos con una misión secreta que hayan persistido durante décadas en conseguir, sin detenerse a analizar, como en cualquier problema, quién sale beneficiado de todo esto.
    La rentabilidad del nacionalismo para los partidos nacionalistas sigue el mismo esquema de los partidos no nacionalistas. Su misión es conquistar el poder y mantenerse en él, no el beneficio público. Si los partidos nacionalistas lo son es porque han encontrado en la dialéctica del nacionalismo una palanca que es asombrosamente efectiva para conseguir votos: echarle la culpa al de fuera. Manipular la educación o promover alternativas culturales o linguísticas son un medio más para perpetuar esa idea, y por tanto, la fidelidad de sus votantes.
    Nótese el parecido con los planteamientos xenófobos de la extrema derecha, por cierto.
    Ni tampoco creo que se puedan poner puertas al campo. No se puede ir contra el deseo de la mayoría, por muy absurdo que sea, mientras se exprese pacíficamente, por los cauces adecuados, y esos deseos se cumplan sin perjudicar a otros. Una cosa es que el hijo se quiera ir de casa y llevarse el coche, se quede con la casa de la playa y la tarjeta de crédito de sus padres y otra muy distinta que se vaya de casa contando con sus propios medios y recursos para hacerlo. Incluso si sabemos que está equivocado, no podemos evitar que se vaya.
    Ahora bien, también estoy de acuerdo en que los partidos nacionales no han hecho absolutamente nada para evitar esto: cegados en su día a día y en sus rencillas y conflictos para repartirse las listas, las diputaciones, los puestos en los consejos o las concejalías, ni se les ha ocurrido hacer algo. Suponiendo que fueran capaces.

  10. Alfonso
    Alfonso Dice:

    No puedo estar más de acuerdo en algunos puntos y más en desacuerdo en otros. A ver, es cierto que la estructura de poder en los partidos premia los fieles, no a los honestos o a los eficaces. Por eso siempre digo que necesitamos una democracia de PERSONAS, no de partidos.
    Pero yo no creo que el deseo fundamental de los partidos nacionalistas sea “romper España” No, no lo es. Fijaos bien, ¿por qué los partidos nacionalistas iban a ser distintos de los demás? ¿Por qué, y a quién beneficia todo ese nacionalismo? Evidentemente no a los sufridores habitantes que, en caso de ver sus aspiraciones independentistas cumplidas, tendrían que vivir en un “país” seriamente limitado en su capacidad para resolver los problemas de sus ciudadanos: infraestructuras, financiación, sanidad, educación, defensa y orden público son componentes que se benefician de la escala, cuanto más grande más efectivos son, y su pequeño país iba a tener muy complicado proporcionarles esos servicios. Igual que por cierto lo tiene ahora, con todas sus competencias transferidas son mucho más ineficientes en muchos aspectos que si estuvieran integrados y formaran parte de la misma organización.
    El artículo plantea una especie de conspiración en la sombra que arranca en la Transición, como si hubiera un selecto grupo de individuos con una misión secreta que hayan persistido durante décadas en conseguir, sin detenerse a analizar, como en cualquier problema, quién sale beneficiado de todo esto.
    La rentabilidad del nacionalismo para los partidos nacionalistas sigue el mismo esquema de los partidos no nacionalistas. Su misión es conquistar el poder y mantenerse en él, no el beneficio público. Si los partidos nacionalistas lo son es porque han encontrado en la dialéctica del nacionalismo una palanca que es asombrosamente efectiva para conseguir votos: echarle la culpa al de fuera. Manipular la educación o promover alternativas culturales o linguísticas son un medio más para perpetuar esa idea, y por tanto, la fidelidad de sus votantes.
    Nótese el parecido con los planteamientos xenófobos de la extrema derecha, por cierto.
    Ni tampoco creo que se puedan poner puertas al campo. No se puede ir contra el deseo de la mayoría, por muy absurdo que sea, mientras se exprese pacíficamente, por los cauces adecuados, y esos deseos se cumplan sin perjudicar a otros. Una cosa es que el hijo se quiera ir de casa y llevarse el coche, se quede con la casa de la playa y la tarjeta de crédito de sus padres y otra muy distinta que se vaya de casa contando con sus propios medios y recursos para hacerlo. Incluso si sabemos que está equivocado, no podemos evitar que se vaya.
    Ahora bien, también estoy de acuerdo en que los partidos nacionales no han hecho absolutamente nada para evitar esto: cegados en su día a día y en sus rencillas y conflictos para repartirse las listas, las diputaciones, los puestos en los consejos o las concejalías, ni se les ha ocurrido hacer algo. Suponiendo que fueran capaces.

  11. Juan Ciudadano
    Juan Ciudadano Dice:

    No hay que hacerse ilusiones con el PP y el PSOE.
    El panorama es sombrío.
    Respecto al PSOE, ya vemos su incapacidad de poner orden en su sucursal catalana.
    Y en cuanto al PP, no olvidemos el ominoso pacto del Majestic, que en su momento Durán y Lérida calificó como “el mejor acuerdo que se ha hecho nunca para Catalunya”, y que José María Aznar, tan farruco ahora con los separatistas, no tuvo inconveniente en tragar; y como la plana mayor del PP da por sentado que la única posibilidad que tendrá de gobernar en la próxima legislatura será con el apoyo de CiU el gobierno no va a hacer nada serio que pueda irritar a Arturo Mas y sus adláteres, esperando que el problema se resuelva mediante una resolución del TC; que llegados a ese punto el gobierno separatista catalán se negará a cumplir.

  12. Juan Ciudadano
    Juan Ciudadano Dice:

    No hay que hacerse ilusiones con el PP y el PSOE.
    El panorama es sombrío.
    Respecto al PSOE, ya vemos su incapacidad de poner orden en su sucursal catalana.
    Y en cuanto al PP, no olvidemos el ominoso pacto del Majestic, que en su momento Durán y Lérida calificó como “el mejor acuerdo que se ha hecho nunca para Catalunya”, y que José María Aznar, tan farruco ahora con los separatistas, no tuvo inconveniente en tragar; y como la plana mayor del PP da por sentado que la única posibilidad que tendrá de gobernar en la próxima legislatura será con el apoyo de CiU el gobierno no va a hacer nada serio que pueda irritar a Arturo Mas y sus adláteres, esperando que el problema se resuelva mediante una resolución del TC; que llegados a ese punto el gobierno separatista catalán se negará a cumplir.

  13. Manu Oquendo
    Manu Oquendo Dice:

    Veíamos ayer graves indicios de que la destrucción nacional de España se lleva a cabo desde dentro del propio sistema y que los partidos nacionalistas por si solos no representarían un problema importante sino fuera por los actores principales.
    A mi modo de ver, la Constitución del 78 desde una perspectiva aséptica, –de mero sistema dinámico formado por agentes y reglas–, es un arma de destrucción masiva de muchas cosas y, entre ellas, de la idea de España histórica con sus muchos problemas y nuestros grandes errores.
    Sucede que no es fácil romper estas cosas de muchos siglos pero esto no es óbice para que se haya avanzado enormemente en el proceso.
    Esto no sería un problema terminal si la nueva realidad, Europa, no estuviese igualmente catatónica como horizonte material y emocional.
    ¿Quién es capaz de sentir emoción alguna por esta forma de Europa que, por ende, cada vez se parece más al Imperio Soviético y a la mayor burocracia del mundo?
    ¿Qué decir de la ridícula proliferación de parlamentitos, de nacioncitas y de la imposibilidad de nada que no sea la infantilización progresiva de la idea de ciudadanía?
    ¿No nos sentimos abochornados por las salidas de pata de banco de los personajillos de los “Comisariados” (menudo nombrecito) de la UE?
    Por ello, además de la causa citada ayer, creo que hay que añadir otras para complementar lo que dicen el artículo y bastantes comentarios.
    1. El horizonte Europeo actual y su diseño.
    Incapaz de despertar la mínima emotividad, de frenar los nacionalismos y que de hecho (Ucrania, Balcanes, Padania, Batasulandia, etc) fomenta o no enfrenta los más destructivos.
    Europa, de hecho, no reconoce el cáncer que representan estos “totalitarismos identitarios excluyentes” y los trata con precaución y miedo porque no tiene discurso capaz de enfrentárseles.
    Y no se ve alternativa.
    O Europa desarrolla seriamente una identidad que “mueva” y un idioma común (hasta hace menos de 100 años fue –académicamente– en gran medida el latín que se encargaron de eliminar para crear una “babelia” tenebrosa que impide comunicarnos con fluidez desde Hungría a Helsinki o al Alentejo) y una estructura política que no siembre divisiones ridículas e insostenibles amén de una fiscalidad mortal.
    ¿Qué mejor caldo de cultivo para una Elite Extractiva que sus ciudadanos no puedan hablar entre todos ellos?
    En ausencia de horizontes emocionales valiosos –también porque no se ofrecen valores reales– y con la indiscutible perspectiva del empobrecimiento material ciudadano —que nuestras élites conocen perfectamente desde antes del reventón de esta burbuja— los nacionalismos localistas ofrecen un cierto refugio neuronal, una “casa”, que con certeza gana la batalla de las mentes.
    Sin horizonte y sin trabajo no puedes luchar con quien se construye el suyo particular y trabaja incansable y constantemente hacia él.
    No todo va a ser culparles a ellos.
    Buenos días.

  14. Manu Oquendo
    Manu Oquendo Dice:

    Veíamos ayer graves indicios de que la destrucción nacional de España se lleva a cabo desde dentro del propio sistema y que los partidos nacionalistas por si solos no representarían un problema importante sino fuera por los actores principales.

    A mi modo de ver, la Constitución del 78 desde una perspectiva aséptica, –de mero sistema dinámico formado por agentes y reglas–, es un arma de destrucción masiva de muchas cosas y, entre ellas, de la idea de España histórica con sus muchos problemas y nuestros grandes errores.

    Sucede que no es fácil romper estas cosas de muchos siglos pero esto no es óbice para que se haya avanzado enormemente en el proceso.

    Esto no sería un problema terminal si la nueva realidad, Europa, no estuviese igualmente catatónica como horizonte material y emocional.

    ¿Quién es capaz de sentir emoción alguna por esta forma de Europa que, por ende, cada vez se parece más al Imperio Soviético y a la mayor burocracia del mundo?

    ¿Qué decir de la ridícula proliferación de parlamentitos, de nacioncitas y de la imposibilidad de nada que no sea la infantilización progresiva de la idea de ciudadanía?

    ¿No nos sentimos abochornados por las salidas de pata de banco de los personajillos de los “Comisariados” (menudo nombrecito) de la UE?

    Por ello, además de la causa citada ayer, creo que hay que añadir otras para complementar lo que dicen el artículo y bastantes comentarios.

    1. El horizonte Europeo actual y su diseño.
    Incapaz de despertar la mínima emotividad, de frenar los nacionalismos y que de hecho (Ucrania, Balcanes, Padania, Batasulandia, etc) fomenta o no enfrenta los más destructivos.

    Europa, de hecho, no reconoce el cáncer que representan estos “totalitarismos identitarios excluyentes” y los trata con precaución y miedo porque no tiene discurso capaz de enfrentárseles.

    Y no se ve alternativa.

    O Europa desarrolla seriamente una identidad que “mueva” y un idioma común (hasta hace menos de 100 años fue –académicamente– en gran medida el latín que se encargaron de eliminar para crear una “babelia” tenebrosa que impide comunicarnos con fluidez desde Hungría a Helsinki o al Alentejo) y una estructura política que no siembre divisiones ridículas e insostenibles amén de una fiscalidad mortal.

    ¿Qué mejor caldo de cultivo para una Elite Extractiva que sus ciudadanos no puedan hablar entre todos ellos?

    En ausencia de horizontes emocionales valiosos –también porque no se ofrecen valores reales– y con la indiscutible perspectiva del empobrecimiento material ciudadano —que nuestras élites conocen perfectamente desde antes del reventón de esta burbuja— los nacionalismos localistas ofrecen un cierto refugio neuronal, una “casa”, que con certeza gana la batalla de las mentes.

    Sin horizonte y sin trabajo no puedes luchar con quien se construye el suyo particular y trabaja incansable y constantemente hacia él.

    No todo va a ser culparles a ellos.

    Buenos días.

  15. Izaskun
    Izaskun Dice:

    Los nacionalismos triunfan en el mundo, y seguirán triunfando en el mundo; no hay más que ver las Olimpiadas pasadas y el Mundial de fútbol que viene. Incluso Gibraltar llegará a ser una nación.

  16. Alberto Gil
    Alberto Gil Dice:

    Perdón por no haber contestado a todos los comentaristas. He estado desconectado varios días. Sí me gustaría decir algo al menos respecto al papel de Europa en todo esto. Sería largo de analizar, per creo que algo sí puede decirse en pocas líneas. Los proyectos rupturistas de viejas naciones de Europa, no son un problema interno de estos Estados sino que afectan al modelo de UE que queremos e incluso al modo de organizar nuestro mundo globalizado. El nacionalismo de corte regional se suele estructura en torno a tres elementos:
    -lengua propia.., pero hay más de 4000 lenguas en el mundo, ¿de verdad queremos que triunfe el principio, una lengua- una nación. Entonces, comencemos a contar como chinchetas nuevos Estados, también en europa (por cierto pocos saben el bávaro es más antiguo que el catalán). ¿es esto lo que quiere Europa?
    -una historia propia: también aquí es difícil resistirse a una proliferación de nuevos Estados, hay incluso ciudades-estados como Venecia, que tendrían razones para independizarse mañana mismo, por no hablar de Alsacia, el Reino de Navarra. ¿Y las (numerosas) islas? ¿por qué no? Pero ¿es esto lo que quiere Europa?
    -razones económicas (solos estaríamos mejor). Si es cierto, esto haría que solo los ricos tuvieran derecho a constituirse en nuevos Estados, ¿es esto lo que defiende Europa? Aunque también sería posible, que después de todo, finalmente no fuera tan cierto eso de que solos se está mejor (véase la disminución de renta per cápita de Portugal en relación con España a partir de su independencia de ésta)
    -Luego quedan los aspectos de las emociones, pero los extremismos están llenos de emociones ¿es esto lo que quiere Europa?

  17. Alberto Gil
    Alberto Gil Dice:

    Perdón por no haber contestado a todos los comentaristas. He estado desconectado varios días. Sí me gustaría decir algo al menos respecto al papel de Europa en todo esto. Sería largo de analizar, per creo que algo sí puede decirse en pocas líneas. Los proyectos rupturistas de viejas naciones de Europa, no son un problema interno de estos Estados sino que afectan al modelo de UE que queremos e incluso al modo de organizar nuestro mundo globalizado. El nacionalismo de corte regional se suele estructura en torno a tres elementos:

    -lengua propia.., pero hay más de 4000 lenguas en el mundo, ¿de verdad queremos que triunfe el principio, una lengua- una nación. Entonces, comencemos a contar como chinchetas nuevos Estados, también en europa (por cierto pocos saben el bávaro es más antiguo que el catalán). ¿es esto lo que quiere Europa?

    -una historia propia: también aquí es difícil resistirse a una proliferación de nuevos Estados, hay incluso ciudades-estados como Venecia, que tendrían razones para independizarse mañana mismo, por no hablar de Alsacia, el Reino de Navarra. ¿Y las (numerosas) islas? ¿por qué no? Pero ¿es esto lo que quiere Europa?

    -razones económicas (solos estaríamos mejor). Si es cierto, esto haría que solo los ricos tuvieran derecho a constituirse en nuevos Estados, ¿es esto lo que defiende Europa? Aunque también sería posible, que después de todo, finalmente no fuera tan cierto eso de que solos se está mejor (véase la disminución de renta per cápita de Portugal en relación con España a partir de su independencia de ésta)

    -Luego quedan los aspectos de las emociones, pero los extremismos están llenos de emociones ¿es esto lo que quiere Europa?

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