La familia bien, gracias, o las consecuencias del nepotismo en las instituciones de supervisión y control

Las últimas noticias sobre el nepotismo generalizado en instituciones de control y supervisión como el Tribunal de Cuentas (que es el organismo público de supervisión y control encargado de la fiscalización de las cuentas del sector público, incluidas las de los partidos políticos) llama la atención sobre un problema que me temo está bastante generalizado en determinadas zonas del sector público español, especialmente en aquellos lugares donde no se exige una oposición previa para entrar (léase la miríada de organismos públicos que se cubren con empleados públicos, no con funcionarios) o bien donde exigiéndose una oposición los puestos de trabajo se cubren tranquilamente por el sistema de libre designación, es decir, a dedo… aunque sea entre funcionarios. Porque claro, funcionarios los hay de muchos tipos. En la actualidad los puestos de funcionario de la Administración Pública se clasifican, de acuerdo con la titulación exigida para el acceso a los mismos, en tres grandes grupos, estableciéndose un grupo A, con dos subgrupos A1 y A2; un grupo B y un grupo C, a su vez con los subgrupos C1 y C2.
Para que se hagan una idea, mientras que los primeros tienen que ser titulados superiores, los de los grupos C1 y C2 pueden tener solo el bachiller y el graduad escolar respectivamente. Los A1 desempeñan los puestos directivos de la Administración, los C2 desempeñan puestos de “auxiliar administrativo” son, para entendernos las antiguas secretarias. También hay puestos subalternos  por debajo de esa categoría que son los que realizan los funcionarios ocupados de tareas de “porteo” (sí, no se asombren) vigilancia, recepción o similares.
Pues bien, el problema es que funcionarios especializados en tareas de supervisión y control –que son “el core” de las que sobre el papel al menos desempeña el Tribunal de Cuentas- no hay tantos. De hecho el Tribunal de Cuentas tiene un cuerpo específico de Letrados y otro de Auditores del Tribunal de Cuentas –que suman entre los dos 80 funcionarios sobre un total de 700 entre funcionarios y empleados públicos- que sí que han hecho una oposición específica para desempeñar estas funciones precisamente en el Tribunal de Cuentas y que llevan años pleiteando por garantizar que los puestos de fiscalización y supervisión sean ocupados precisamente por ellos mediante concurso de méritos.
Para que se hagan una idea del problema los funcionarios del resto de Administraciones Públicas (subgrupo A1) que han accedido al Tribunal de Cuentas, siempre por el procedimiento de libre designación, son actualmente unos 90. Por tanto se trata de funcionarios que ocupan plazas de supervisión y fiscalización y que han sido designados por sistema de libre designación que han superado, sí, una oposición, pero no la específica para ejercer estas tareas. Es de destacar que actualmente, todos los puestos del subgrupo A1 (niveles 28, 29 y 30) están cubiertos por el procedimiento de libre designación. El nivel de entrada por oposición en el Tribunal es el  27, por ello de haber algún funcionario del subgrupo A1 que no ocupe su puesto por libre designación, solo puede ser algún letrado o auditor de la última promoción (de hace cuatro o cinco años).
Lo interesante es que los recursos judiciales planteados por letrados y auditores para remediar esta situación han sido estimados siempre  por el Tribunal Supremo pero en la práctica las cosas han cambiado poco, porque el Tribunal de Cuentas ha encontrado siempre “resquicios” para eludir si no la letra sí el espíritu de estas sentencias. Así el Pleno ha creado unos puestos, para el subgrupo A1, que se pueden cubrir mediante concurso con la finalidad de cumplir “virtualmente” una Sentencia del Tribunal Supremo. El problema es que estos puestos tienen una retribución (vía complemento específico) que es inferior al del subgrupo de los funcionarios que les siguen en categoría (A2). El mensaje que se lanza está bastante claro, el letrado o auditor que  moleste demasiado se tiene que conformar con uno de esos puestos.
Sabiendo lo anterior, ya extraña menos que nada menos que el 14% de la plantilla de 700 trabajadores del Tribunal de Cuentas tenga vínculos familiares dentro de la institución y un 10% tiene vínculos familiares con altos cargos. El Presidente de la institución dice que todo es muy normal y que todo el mundo llega por oposición, o para ser más exacto, que todo el mundo tiene que ser funcionario, lo que tampoco es estrictamente cierto. Pero en todo caso las leyes de la estadística no avalan que tan gran número de funcionarios con relaciones familiares con altos cargos o con otros funcionarios del tribunal de cuentas elijan precisamente este destino de entre todos los posibles. Probablemente estadísticas similares solo se encuentran en nuestras Universidades Públicas, donde hay sagas familiares enteras colonizando algunos departamentos. Luego alguna explicación racional tiene que haber.
¿Cuál es entonces el truco? Pues uno muy habitual en la Administración, la abundancia de puestos de libre designación bien remunerados que se reservan precisamente para la realización de las tareas “core” del organismo o, por decirlo de otra forma, para las tareas más “sensibles”. Estos puestos se tienen que cubrir entre funcionarios, es cierto, pero la discrecionalidad a la hora de nombrarlos –por no hablar de la arbitrariedad- es casi absoluta de forma que se pueden cubrir con personas que no sean expertos en estas tareas pero que quizá tienen las conexiones familiares adecuadas, en detrimento de funcionarios con mayor experiencia y cualificación. En definitiva, se tratan como puestos de confianza, incluso como puestos de confianza política.No es casualidad que en este tipo de organismos haya tan gran cantidad de puestos de libre designación que son también los mejor retribuidos.
Porque conviene no olvidar que hay un tipo de organismos públicos, entre los que se encuentra el Tribunal de Cuentas, que ofrecen una serie de ventajas importantes entre ellas de carácter retributivo) respecto de otros organismos, ventajas que se concentran precisamente en estos puestos de libre designación. La justificación es -puesto que se trata de organismos de supervisión y control-  la de conseguir que los funcionarios o empleados públicos allí destinados mantengan un elevado nivel de independencia y neutralidad. Esto es especialmente cierto en el caso de los organismos reguladores, la mayoría de los cuales han sido refundidos en la actual Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Por tanto hay un razonable interés en trabajar en este tipo de organismos que además tienen –o tenían- un cierto prestigio profesional. Por último, los jefes “políticos” suelen ser bastante comprensivos con sus funcionarios o empleados –por ejemplo en términos de exigencias horarias- dado que muchas veces ellos mismos han alcanzado un bien merecido descanso al llegar a la cúpula de estos organismos.
No creo que sea casualidad que con esta fórmula de cobertura de puestos de trabajo (por no hablar de la forma de seleccionar a los Consejeros del Tribunal de Cuentas o de otros organismos de supervisión o reguladores como la CNMV o la CNMC) España destaque en los rankings internacionales por la debilidad de sus instituciones de supervisión y control, de la que por otra parte tenemos constancia a diario.  El informe Money, Politics, Power: Corruption Risks in Europe  de Transparencia Internacional del año 2012 destaca que algunos países del sur de Europa – Grecia, Italia, Portugal y España, los sospechosos habituales- “tienen déficits muy serios en la rendición de cuentas del sector público y graves problemas de ineficiencia, malas prácticas y corrupción que no son ni suficientemente controladas ni sancionadas”.
A mi juicio limitando las plazas a las que pueden aspirar los funcionarios neutrales, independientes, profesionales, especializados y con capacidad para decir la verdad a los responsables políticos es difícil que funcione bien una institución de control. No es casualidad que en España un funcionario de estas características tenga un “techo de cristal” que le impida llegar a los puestos más importantes si no es de “confianza”.  
Para comprobarlo podemos preguntarnos por el número de escándalos de corrupción o despilfarro que ha detectado, denunciado o sancionado el Tribunal de Cuentas. O por el número de gestores o cargos públicos a los que se ha exigido responsabilidad contable en vía administrativa o penal, algo que  es perfectamente posible al menos en teoría.  A la vista de esta contestación (que les adelanto que es “nunca” o “casi nunca”) es legítimo cuestionar la eficiencia no solo del Tribunal de Cuentas estatal sino de losminitribunales de cuentas regionales que han proliferado, como no, en nuestro Estado de las Autonomías.
No nos engañemos, el nepotismo en el Tribunal de Cuentas tiene mucho que ver con la debilidad de la institución y con el fracaso en la lucha contra la corrupción y el mal gobierno.

14 comentarios
  1. aldelgadog
    aldelgadog Dice:

    Para empezar, y lo que es importante ¿alguien sabe dónde encontrar la RPT del TCU? Quiero ver el sistema de provisión establecido para esos puestos de control.
    Para continuar:
    “(…) el nepotismo generalizado (…)” Todas las generalizaciones son malas, cretense.
    “(…) en aquellos lugares donde no se exige una oposición previa para entrar (léase la miríada de organismos públicos que se cubren con empleados públicos (…)” La forma de acceso al empleo público tiene los mismos requisitos para todos (arts. 55 a 61 EBEP).
    “(…) Para que se hagan una idea, mientras que los primeros tienen que ser titulados superiores, los de los grupos C1 y C2 pueden tener solo el bachiller y el graduad escolar respectivamente.” Aparte de una redacción estilísticamente clasista, tampoco es exacta: para el acceso a A1 y A2 se exige el título universitario de Grado y para el C2 título de graduado en educación secundaria obligatoria. Y llamar “antigua secretaria” a los auxiliares administrativos está al nivel de llamara chacha al personal de servicio doméstico.
    “Es de destacar que actualmente, todos los puestos del subgrupo A1 (niveles 28, 29 y 30) están cubiertos por el procedimiento de libre designación.” So what? El dato realmente importante es cuántos de esos puestos están ocupados por funcionarios de los Cuerpos propios del Tribunal de Cuentas y cuántos por funcionarios de los Cuerpos Superiores de las Administraciones Públicas y Seguridad Social.
    “Estos puestos se tienen que cubrir entre funcionarios, es cierto, pero la discrecionalidad a la hora de nombrarlos –por no hablar de la arbitrariedad- es casi absoluta de forma que se pueden cubrir con personas que no sean expertos en estas tareas pero que quizá tienen las conexiones familiares adecuadas, en detrimento de funcionarios con mayor experiencia y cualificación.” Y es que como ya he dicho muchas veces ser funcionario no es prueba de superioridad.
    (…) los funcionarios neutrales, independientes, profesionales, especializados y con capacidad para decir la verdad a los responsables políticos (…)” ¿Y cómo mide esto? Porque ya ha presupuesto que no todos los funcionarios lo son.
    “Para comprobarlo podemos preguntarnos por el número de escándalos de corrupción o despilfarro que ha detectado, denunciado o sancionado el Tribunal de Cuentas. O por el número de gestores o cargos públicos a los que se ha exigido responsabilidad contable en vía administrativa o penal, algo que es perfectamente posible al menos en teoría. A la vista de esta contestación (que les adelanto que es “nunca” o “casi nunca”)” El buscador de docuementos del TCu dice otra cosa http://www.tcu.es/tribunal-de-cuentas/es/search/alfresco/index.html?docType=SENTENCIA&docType=AUTO&docType=MEMORIA

    • de Lege Ferenda
      de Lege Ferenda Dice:

      Pues busque como ejemplo ejemplar la auditoría de las cuentas de la Universidad Complutense, y verá que sorpresa más sorprendente: No existe; por imposibilidad de auditar sin documentos.
      ¿Organismos de control? De control si, pero de control social.
      ¿Instituciones de Supervisión? Si, como con las guerras por la paz a las que nos han llevado sin intervención parlamentaria.
      Pero, en efecto, si buscamos culpables, empecemos por mirarnos al espejo.
      Gracias por otro magnífico post, Elisa.

  2. Cvm Privilegio
    Cvm Privilegio Dice:

    ¡Ay, doña Elisa! Esto es lo que hay en el Tribunal de Cuentas… y en toda la Función Pública española: no reserva de puestos a cuerpos y latísimo uso de la libre designación. Y probablemente, considerando su juventud, estimada doña Elisa, es lo único que usted ha conocido durante toda su carrera profesional.
    Pero esto no ha sido siempre así, ni es así por casualidad; es el resultado de una elección consciente del legislador y por ende de la sociedad que lo eligió.
    En palabras del profesor Parada: “la gran reforma socialista la constituyó la Ley 30/1984 …. es notable la obsesión anticorporativa de la Ley, una satanización casi de los cuerpos de funcionarios, como si fueran una clase social a abatir que sistemáticamente se apropia en su beneficio del servicio público… ”
    Ya se sabe, Moscoso vino a moralizar la función pública.

  3. Jesús Casas
    Jesús Casas Dice:

    ¿Y no tendrán que ver el nepotismo y el caciquismo en nuestras instituciones y empresas públicas también con nuestro modo de ser como sociedad? ¿No será que existe porque no sólo lo toleramos, sino que lo exigimos? ¿Y no será que tiene que ver con lo que comenta Cvm Privilegio, la destrucción sistemática de la objetividad y la entrega al cargo (algo sobre lo que creo recordar se ha escrito en este Blog antes) por la patrimonialización del cargo y el subsiguiente reparto de canongías y prebendas entre los afines? Y será por eso que la Administración ni se toca, que en todos estos años de Reales Decretos-Leyes sin cuento no se ha hecho el más mínimo esfuerzo por regresar al sistema de mérito y capacidad constitucionalmente previsto, no sea que las administraciones vayan a servir con objetividad al bien común. Ud. llega a un cargo y con su dedo coloca a sus parientes y amigos y éstos ya se encargarán, por propia conveniencia de que Ud. siga ahí. Clientes y patronos: a más clientes, más importante el patrono, pero debe atenderles y protegerles. No hay nada que nos pase que no tenga un precedente romano o acaso humano…

  4. Montes
    Montes Dice:

    La actual creacion de Axencias en el gobierno gallego, es un ej. De como se mantienen dichas practicas. Se crean organismos donde se incorporan los chiringuitos con funcionarios en una proporción de 4 a 1. Se mantienen sueldos superiores a los empleados de los chiringuitos y Los puestos de control , los funcionarios presionados y en exiguo n° son siempre minoría. El ke x organismos de supervision se haya entendido ke “no se ajusta a derecho “dicha situación” tampoco les ha cortado ni un pelo…

  5. KC
    KC Dice:

    Lo realmente increíble es que los economistas y juristas hayan sido los últimos en enterarse de este tipo de temas… De haber sido un tema médico el paciente ya habría diñado hace años… Uno de los grandes problemas sobre esto es absolutamente sociológico. Pero en un país en el que la Sociología es como un chiste y los estómagos agradecidos son lo habitual, es normal que todo esto acabara sucediendo. Porque el problema es mucho más complejo, es de raíz, absolutamente cultural por diversos condicionantes sobre los que el Derecho no tiene NI PUÑETERA IDEA (así, en mayúsculas). Y a la mayoría de los que entienden cómo ha funcionado el mecanismo de controles no les ha interesado poner en cuestión, entre otras cosas porque los países mediterráneos son cuna de conjuntos de palurdos -por muy diversas cuestiones que poco a poco iremos entendiendo-, en los que la tendencia es la de separar a aquel que cuestiona cualquier ámbito de poder. Eso, lo único que genera es todo lo que ahora estamos descubriendo: todo tipo de núcleos de poder basados en mecanismos absolutamente artificiales que no tienen como objetivo la mejora del sistema, sino la de unos cuantos “tornillos”. Porque lo que entiende el palurdo medio español por política es lo que el alcalde de Brunete (que imagino que para el Sr. Presidente de la Comunidad de Madrid debe de ser alguien imitándole) dijo el otro día sobre lo que debe de hacer un político, y lo que es un político. Ahí queda bien descrito el ADN del problema hespañol, para el cual la Psicologia, la Sociología e incluso la Biología Evolutiva o Sociobiología tienen respuestas MUCHO MÁS CERTERAS que las del leguleyo hespañol que se pone un buen día a filosofar sobre el funcionamiento de las sociedades.
    Así que, con todo el cariño del mundo, y por muy bien que esté dirigida esta entrada, lo siento, pero llega con MUCHOS AÑOS DE RETRASO.

    • aldelgadog
      aldelgadog Dice:

      Lo de la idiosincracia cultural (y más aún “racial”) de España como explicación es politológica y sociológicamente una patraña.

    • KC
      KC Dice:

      Delgado, le había dedicado un anterior mensaje, pero no ha debido pasar la censura de este blog. Parece ser que hay ojos muy delicados… No voy a perder mucho más tiempo, así que le dejo unos enlaces para que, imagino, le suban los colores de la vergüenza al afirmar según qué cosas. Si después de leer los enlaces Ud. sigue afirmando lo mismo, tiene un problema. No se preocupe, lo tiene un buen porcentaje de personas en Hespaña:
      http://www.elmundo.es/espana/2014/02/03/52ef742ce2704e052f8b4578.html
      http://www.elmundo.es/elmundo/2013/04/25/espana/1366889013.html
      Aunque claro, si usted hace la comparación con países como Congo o Senegal, probablemente tenga razón… Por cierto, ADN ahí no tiene nada de “racial”, es simplemente metafórico para referirse al tema cultural, que desde luego está pero muy claro.

  6. IVP
    IVP Dice:

    Muy bueno el artículo, la verdad que todos los que he leído de Elisa de la Nuez no tienen desperdicio ninguno pero, como ya le comenté una vez, todos los que trabajamos dentro de la Administración somos culpables del grado de degradación al que ha llegado y por lo que veo y vivo, sigue avanzando. Este grado de culpabilidad yo creo que debe ser proporcional al poder de decisión y ejecución que cada uno de nosotros tiene dentro de la Admon. así que al grupo A se lleva la palma y, aunque los hay verdaderos profesionales, muy honrados, que ante la situación que viven deciden irse porque no pueden soportarlo, otros se quedan, ascienden, se retuercen, se rodean de pelotas, se alían con los sindicatos, etc. en fin que retuercen el tema de tal forma que hacen de la Admon. su “chiringuito particular” Al disminuir el número de honrados el campo queda abonado para los que no lo son. Creo que todos hemos vivido errores que luego han pagado todos los españoles, unas veces por desconocimiento y otras por apoyar al político de turno pero siempre culpables el que lo hace y el que lo permite porque la gran mayoría de las veces los políticos primero han sido funcionarios y saben lo que hacen y si han ganado las elecciones y no conocen el funcionamiento de la Admon, su principal objetivo, antes de ponerse a trabajar, debería ser estudiar su funcionamiento, para lo cual el INAP podría ser un buen centro de preparación.
    Y digo yo, ¿porque no se unen todos los que verdaderamente tienen interés en que se establezca la Administración Pública profesionalizada y presentan un proyecto que, por lo menos, permita minimizar la corrupción?. A mi no me importaría ayudar si hay un grupo que está dispuesto a trabajar en el tema. Eso si, ni un sindicalista y sin que nadie se crea “el listo de la pradera”, un trabajo en equipo en el que cada uno aporte lo que sabe para mejorar y profesionalizar la Administración. ¿Cuándo van a terminar los discursos y las divisiones y se pasa a la acción conjunta?. Aunque sea por nuestros hijos algo se debe hacer.
    Otra propuesta ¿se podría crear una página donde se denuncien hechos de mal funcionamiento y también un apartado donde se pueda dar las gracias al funcionario por su actuación correcta en beneficio del ciudadano?
    Siguiendo con el tema del Tribunal de Cuenta. Caso concreto: Concurso publicado en el BOE. Tribunal de cuentas para revisión cuenta justificativa: Puesto nivel 22 Específico 17.000 €. M. de Trabajo Mismo puesto, mismo trabajo Específico 3.900 €. Se le solicitó aclaración al S.E. de Administraciones Públicas, con copia al Presidente del Gobierno. Esto sucedió hace 3 años, contestaron que lo iban a estudiar pero todavía no han debido terminar de estudiarlo porque no han contestado.

  7. LOCAL
    LOCAL Dice:

    Buenos días, Elisa
    Lamentablemente real y extendido a todas las Administraciones lo que cuentas. Una de las grandes debilidades del sistema de control español, la libre designación, que lejos de eliminarse se extendió más allá de la AGE a la autonómica y a la local, y donde alcanza sus máximos límites de descontrol y nepotismo, como atestiguan casos como el de Santiago.
    Me intesan las referencias de las sentencias del TS a las que aludes en el artículo favorables a la promoción por libre designación de esos funcionarios, ¿podrías facilitármelas?
    Gracias

  8. de Lege Ferenda
    de Lege Ferenda Dice:

    Acabo de enterarme de que desde Podemos se han pedido – y obtenido- 14.000 euros para que pablemos pague los gastos de su Querella contra “Espe”.
    En primer término, ahora el insultado es él. No me parece mal; porque ahora ÉL es un Político Profesional; con un partido partidario a sus pies. Ahora tendrá que pechar con las críticas, incluso infundadas (aunque la financiación de SU partido por parte de Estados extranjeros es un hecho del que tengo constancia).
    Pero me parece más preocupante “lo” de los 14.000 pavos para Abogados. Un servidor, humildemente, es tenido por especialista, entre otras materias, en Derecho al Honor. Y por unas acciones tales como las que prepara Pablemos, o bien no cobraría nada -como trabajos honorarios, que es lo habitual en estos casos-, o bien con 3.000 eurillos sería suficiente.
    Pero sin publicidad ni concurso, ni elección o consulta a bases o paganinis, Pablemos ha decidido darle un pastón a un amiguete. Otro más. 14.000 euros cuya entrega solo difiere de las entregas de Bárcenas cuantitativamente. Financiación ilegal del Partido “Podemos ser tan corruptos como cualquiera”; ingresos gastados en pubicitar al lider no computados en las cuentas partidarias. Lo peor es que esto es solo el comienzo. Como con las purgas, que también han comenzado.
    Esa es la revolución. La revolución del Gran Visir Iznogud, que quiere ser califa en lugar del califa. No, no son todos iguales; los hay peores. Como el narcisista querulante del gran timonel del movimiento inmóvil.

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