El tratamiento informativo de la enfermedad mental en accidentes o delitos

A raíz del accidente de aviación de Germanwings hemos vuelto a ver la enfermedad mental en titulares. Titulares en su mayoría, carentes de fundamento médico y tremendamente dañinos para la idea que la sociedad se hace de la enfermedad mental y para la que los propios enfermos mentales se pueden hacer de sí mismos.

Al igual que durante mucho tiempo se reivindicó que las noticias relacionadas con crímenes no aludieran al origen étnico o racial, para evitar una asociación injusta o un sesgo, en el que la sociedad percibiera a los pertenecientes a esos grupos concretos como delincuentes, debería plantearse lo mismo en el caso de las enfermedades mentales, ya que la imagen que la sociedad tiene de las personas que sufren este tipo de patología conlleva un terrible estigma que hace muy difícil su integración total, lo que a su vez conlleva ocultamiento a todo el entorno (entorno laboral incluído), vergüenza y resistencia, muchas veces, a ponerse en tratamiento. Sólo en contados casos la enfermedad mental tiene que ver con el delito cometido, y por ello es extremadamente necesario ser cauteloso en su tratamiento informativo. Es fácil ver la ausencia de relación en una cabecera que rezara “Varón con hemorroides secuestra a un vecino” pero no es tan fácil verla cuando hablamos de enfermedad mental.

Mucho se ha hablado estos días de “ideación suicida” y “suicidio”, también en un principio de “depresión severa” y, en los últimos días, ya completamente cegados por el morbo especulativo, de “suicidio extendido” “trastorno psicosomático”,”crisis confusional”, “trastorno delirante”,“trastorno bipolar” y “Trastorno de ansiedad generalizada”. Pero con mucho, mi diagnóstico favorito ha sido “ictus obnubilante”, que, por cierto, de existir, esa categoría no sería ninguna enfermedad mental.

Les advierto, señores periodistas, que a este paso se les va a agotar el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) y a ampliar, ustedes solitos, la terminología médica.

El mayor problema además es la atribución de causalidad de la conducta a la enfermedad en sí, en lugar de a la persona. Cada una de las enfermedades que han sacado a relucir en sus vistosas portadas podrían haber sido sufridas por el copiloto de Germanwings y también puede haber sido una conducta propositiva la que le ha llevado a estrellar el avión, pero una cosa no tiene “per se” ser la causa de la otra. Esperemos al dictamen de los psiquiatras y psicólogos forenses que llevan el caso directamente.

Empecemos por el suicidio. En el año 2012, 3.549 personas se quitaron  la vida en España. Les aseguro que lo intentaron muchísimas más, pero el INE no registra a los que sobreviven a los intentos de autolisis.

De ellas casi nadie hizo daño físico a nadie más que a sí mismo y puntualizo el casi porque hay dos excepciones: los casos de violencia machista en los cuales el agresor mata primero a su pareja e incluso a sus hijos y después se suicida y los suicidios extendidos, bastante infrecuentes, y en los que el suicida intenta evitar el sufrimiento en la vida a las personas que quiere, siendo las víctimas, más frecuentes hijos, padres o parejas. En ambos, aunque parejas e hijos pueden ser víctimas la motivación y el estado mental del perpetrador son muy diferentes. Este último, que sería la categoría en la que se ha querido incluir al señor Lubitz, es bastante inhabitual.

Respecto a la depresión, European Study of the Epidemiology of Mental Disorders (ESEMeD) (Alonso et al. 2004) el 40% de los europeos han sufrido un trastorno del estado de ánimo en su vida. Casi la mitad de las personas con las que nos cruzamos por la calle, o la mitad de los lectores de este post. Las personas deprimidas, al igual que los suicidas sólo se hacen daño, indirecta o directamente a sí mismas. Bastante tienen con que muy poca gente entienda su enfermedad, con sentirse culpable en una sociedad que “te exige ser feliz” pero te ayuda poco a ello, como para que además ahora crean que les miran como a potenciales “asesinos en masa”.

El trastorno de ansiedad generalizada, también bastante frecuente entre la población, tampoco genera instintos homicidas. Y lo mismo ocurre con los trastornos psicosomáticos entre los cuales pueden estar algunos tipos de migrañas, dolores abdominales, el colon irritable, la rinitis vasomotora, dermatitis y un largo etcétera entre los que sí, también se incluyen problemas de visión.

Veo muchos trastornos psicosomáticos en mi consulta, y nunca se me ocurriría preguntar si su síntoma, enfermedad o problema les provoca ganas de matar. Como todos los anteriores, quienes sufren son ellos.

Respecto a los bipolares, en un estudio realizado por Jillian Peterson y publicado por la revista Law and Human Behavior encontraron que de 429 casos analizados bajo tres tipos de enfermedades, los investigadores descubrieron que únicamente el 3% de los delitos estaban asociados con la depresión (desesperanza y pensamientos suicidas), el 4% con la esquizofrenia (alucinaciones y delirios) y el 10% con la bipolaridad (impulsividad y conductas de riesgo). En los casos estudiados, las personas cometían la mayoría de los delitos por pobreza, marginalidad o consumo de drogas, no inducidos por NINGUN síntoma de su enfermedad. Vamos, los mismos delitos que podríamos haber cometido cualquiera de nosotros si fuéramos pobres, viviéramos en condiciones de marginalidad o consumiéramos drogas, y entre estos delitos, creo que mi condición de psicóloga forense me capacita para afirmar, no se encuentra el asesinato de 150 personas.

Por su parte el Estudio MacARTHUR”, un trabajo multidisciplinar realizado en EE.UU. durante más de una década, intentó ser un instrumento de valoración científica del riesgo de violencia y crear una posible herramienta clínica. La investigación arrojó dos predictores para la conducta violenta: uno la psicopatía y otro, el haber sido víctima de malos tratos durante la infancia.

Y, por si no lo saben, la psicopatía no es una enfermedad mental, es un trastorno de personalidad. El trastorno antisocial de la personalidad sabe perfectamente lo que está bien, lo que está mal y las consecuencias de sus actos. Pero tampoco estigmaticemos a los psicópatas, después de todo estamos rodeados de ellos. Y para su tranquilidad la mayoría es lo que denominamos “psicópata adaptado”.

En el caso Germanwings habrá que buscar los motivos que provocaron los hechos, y de probarse un trastorno determinar si los controles psicológicos han sido los adecuados en una profesión en la que muchas vidas están bajo el control de un reducido equipo humano, pero si se hace con los pilotos debería hacerse con los conductores de autobuses, los encargados de confeccionar caterings, las fuerzas de seguridad, los feriantes y -¿por que no?- los jueces.

La Asociación Americana de Psiquiatría (APA), defiende que, “la mayor parte de las personas violentas no sufren enfermedad mental y que con tratamiento, la persona con trastorno mental no es más peligrosa que la población general“, así que señores periodistas, dejen de ser “psicoamarillistas” y sean conscientes del daño que están haciendo a un colectivo vulnerable, estigmatizado y, en su casi totalidad, inofensivo.

15 comentarios
  1. Gonzalo García Abad
    Gonzalo García Abad Dice:

    Un artículo muy necesario e instructivo. Creo que la raíz del problema de la enfermedad mental es muy semejante a la de otras muchas formas de discapacidad y a otros muchos problemas en general en nuestra sociedad. Ante un problema en una persona, en una relación social, laboral, política, internacional, para muchos la solución es clara: levantar un muro y descartar a la otra parte de la relación. Afortunadamente, en el ámbito de la discapacidad física ya hace muchos años que se viene emprendiendo un nuevo camino, la lucha contra las barreras arquitectónicas. Creo que ese es el camino, el de facilitar desde el conjunto de la sociedad el afrontamiento de las dificultades a las que en su día a día se enfrenta el discapacitado mental. De este modo podemos contribuir a minimizar el número de actividades que no puedan realizar los discapacitados mentales, minimizaremos su dependencia y maximizaremos su autonomía y su aportación a la sociedad.
    Y lo más importante de todo. Las cifras nos obligan a dejar de tratar la enfermedad mental como algo ajeno. Le puede suceder a un familiar, a un amigo, un vecino, un compañero de trabajo o de estudios, a un conocido… Y sobre todo, no se olvide nunca que nos puede suceder a nosotros mismos, nadie estamos exentos. Construir una sociedad contra los enfermos mentales es construir una sociedad contra nosotros mismos, construir una sociedad que lucha contra las limitaciones derivadas de la enfermedad mental es construir una sociedad mejor.
    Un cordial saludo.

    • Ana Isabel Gutierrez
      Ana Isabel Gutierrez Dice:

      Efectivamente es así. La enfermedad mental sólo incapacita para llevar una vida normal en contados casos, o a veces en contados momentos, cuando se lleva un tratamiento y se posee apoyo familiar y social pueden hacer exactamente la misma vida que cualquiera. Respecto a las medidas de deteccion a nivel laboral, los psicólogos y psiquiatras podemos intentar mejorar la detección precoz de la misma, con el personal y las herramientas adecuadas, que ese es otro debate, pero el riesgo cero es imposible, ya que aunque se avance en la detección de la enfermedad mental lo que no sabemos o resulta más difícil es detectar la maldad. Y esa característica puede afectar a sanos y enfermos.

  2. Gonzalo García Abad
    Gonzalo García Abad Dice:

    Un artículo muy necesario e instructivo. Creo que la raíz del problema de la enfermedad mental es muy semejante a la de otras muchas formas de discapacidad y a otros muchos problemas en general en nuestra sociedad. Ante un problema en una persona, en una relación social, laboral, política, internacional, para muchos la solución es clara: levantar un muro y descartar a la otra parte de la relación. Afortunadamente, en el ámbito de la discapacidad física ya hace muchos años que se viene emprendiendo un nuevo camino, la lucha contra las barreras arquitectónicas. Creo que ese es el camino, el de facilitar desde el conjunto de la sociedad el afrontamiento de las dificultades a las que en su día a día se enfrenta el discapacitado mental. De este modo podemos contribuir a minimizar el número de actividades que no puedan realizar los discapacitados mentales, minimizaremos su dependencia y maximizaremos su autonomía y su aportación a la sociedad.
    Y lo más importante de todo. Las cifras nos obligan a dejar de tratar la enfermedad mental como algo ajeno. Le puede suceder a un familiar, a un amigo, un vecino, un compañero de trabajo o de estudios, a un conocido… Y sobre todo, no se olvide nunca que nos puede suceder a nosotros mismos, nadie estamos exentos. Construir una sociedad contra los enfermos mentales es construir una sociedad contra nosotros mismos, construir una sociedad que lucha contra las limitaciones derivadas de la enfermedad mental es construir una sociedad mejor.
    Un cordial saludo.

  3. EB
    EB Dice:

    Ninguna sorpresa. Políticos y periodistas aprovechan cualquier oportunidad para sacar provecho personal de una desgracia o de un milagro. Lo importante es imponer una narrativa de lo ocurrido que proteja y ojalá promueva sus intereses. La denuncia de sus manipulaciones y porquerías nos toma demasiado tiempo y nos frustra porque son privilegiados y abunda el servilismo que les permite seguir gozando de sus privilegios. Peor, muchas veces las denuncias son partidistas, es decir, no pasan de lamentos de aquellos que ambicionan esos privilegios y hoy no los pueden gozar. La consecuencia más general es que el imperio del derecho no pasa de cuento bonito porque se aceptan tribunales y burocracias corruptas y también los linchamientos.

  4. EB
    EB Dice:

    Ninguna sorpresa. Políticos y periodistas aprovechan cualquier oportunidad para sacar provecho personal de una desgracia o de un milagro. Lo importante es imponer una narrativa de lo ocurrido que proteja y ojalá promueva sus intereses. La denuncia de sus manipulaciones y porquerías nos toma demasiado tiempo y nos frustra porque son privilegiados y abunda el servilismo que les permite seguir gozando de sus privilegios. Peor, muchas veces las denuncias son partidistas, es decir, no pasan de lamentos de aquellos que ambicionan esos privilegios y hoy no los pueden gozar. La consecuencia más general es que el imperio del derecho no pasa de cuento bonito porque se aceptan tribunales y burocracias corruptas y también los linchamientos.

  5. Manu Oquendo
    Manu Oquendo Dice:

    Vaya por delante que –como voy a tratar de ilustrar– estoy de acuerdo con la Autora en que mejor dejamos lo de enfermedad mental a un lado y miramos otras cosas mucho más importantes.

    Por ejemplo: la capacidad de soportar presiones de todo tipo y en qué límites nos rompemos. Los límites son cruciales.

    Para ilustrarlo voy a usar un caso que entenderá cualquiera de cierta edad que conozca bien la Guipúzcoa profunda.
    Iñaki de Juana Chaos nacido en Legazpia y hoy en Venezuela.

    Sus antecedentes familiares (padre de Miranda de Ebro –el "Sur", para quien no esté familiarizado–, médico militar y médico de la Acería de Patricio Echeverría en Legazpia, su madre, hija de militar, nacida en Tetuán y de ascendencia gallega)

    Se cría entre Legazpia y San Sebastián.

    En los años ochenta Iñaki, tras la mili, ya no puede más y se mete en ETA y se cuela en la Ertzaina tras haber pasado por Fuerza Nueva durante su estancia en Madrid –otra vez el "Sur"–. El terrible "viento Sur" con el que aumentan los suicidios en Donosti.

    Un día Iñaki tomó su fusil y mató a dos mandos militares a tiros y un poco después a 12 Guardias Civiles con una bomba. Chicos jóvenes, casi niños, como los que jugaban con él en Legazpia en los 60.

    Los Psicólogos Penitenciarios solo detectaron que era "un tanto frío y narcisista". Los "forenses".

    Es decir, el Sistema de Evaluación Psicológica, –probablemente dominado hoy día por "conductistas/cognoscitivos" con toda probabilidad "del Sur", desconocedores de la Guipúzcoa nacionalista — es incapaz de valorar nada que resulte políticamente incorrecto o se salga del dogma.

    El caso es que en algún momento Iñaki de Juana se rompió.

    Y lo que habría que entender es quién detectó lo fácil que sería romper a aquel joven para convertirlo en asesino en serie.
    Pero –quien lo hizo– conocía al dedillo todos sus antecedentes y sus inminentes fracturas abiertas.

    Tengo que decir que no me sorprendería nada que fuese un conocido. Médico, Psiquiatra y muy activo por entonces en la zona construyendo "la Patria Identitaria".

    Siempre las malditas políticas "Identitarias". Las malditas etiquetas.

    Del mismo modo se nos rompió este joven piloto incapaz de soportar su presión particular llevándose con él a 149 almas. Que en paz descansen todos.

    El tema no es la enfermedad mental sino los límites –de manipulación psicológica o de presión ambiental– que somos capaces de soportar sin reventar.

    Educamos poco y mal en "Manejar los Límites" y el caso es que existen, siempre nos rodean durante la vida y, lo que es peor, se usan continuamente para manipularnos.

    Hoy se suicidan en España 10 personas al día. Siete hombres, tres mujeres.
    Y el silencio es terrible porque la sociedad no es capaz de mirarse al espejo.

    El Poder mucho menos porque el Silencio Oficial es total.

    Hasta aquí el acuerdo con la autora. En otro momento los matices con los desacuerdos menores que alguno hay.

    Saludos y gracias por el artículo.

  6. Manu Oquendo
    Manu Oquendo Dice:

    Vaya por delante que –como voy a tratar de ilustrar– estoy de acuerdo con la Autora en que mejor dejamos lo de enfermedad mental a un lado y miramos otras cosas mucho más importantes.

    Por ejemplo: la capacidad de soportar presiones de todo tipo y en qué límites nos rompemos. Los límites son cruciales.

    Para ilustrarlo voy a usar un caso que entenderá cualquiera de cierta edad que conozca bien la Guipúzcoa profunda.
    Iñaki de Juana Chaos nacido en Legazpia y hoy en Venezuela.

    Sus antecedentes familiares (padre de Miranda de Ebro –el "Sur", para quien no esté familiarizado–, médico militar y médico de la Acería de Patricio Echeverría en Legazpia, su madre, hija de militar, nacida en Tetuán y de ascendencia gallega)

    Se cría entre Legazpia y San Sebastián.

    En los años ochenta Iñaki, tras la mili, ya no puede más y se mete en ETA y se cuela en la Ertzaina tras haber pasado por Fuerza Nueva durante su estancia en Madrid –otra vez el "Sur"–. El terrible "viento Sur" con el que aumentan los suicidios en Donosti.

    Un día Iñaki tomó su fusil y mató a dos mandos militares a tiros y un poco después a 12 Guardias Civiles con una bomba. Chicos jóvenes, casi niños, como los que jugaban con él en Legazpia en los 60.

    Los Psicólogos Penitenciarios solo detectaron que era "un tanto frío y narcisista". Los "forenses".

    Es decir, el Sistema de Evaluación Psicológica, –probablemente dominado hoy día por "conductistas/cognoscitivos" con toda probabilidad "del Sur", desconocedores de la Guipúzcoa nacionalista — es incapaz de valorar nada que resulte políticamente incorrecto o se salga del dogma.

    El caso es que en algún momento Iñaki de Juana se rompió.

    Y lo que habría que entender es quién detectó lo fácil que sería romper a aquel joven para convertirlo en asesino en serie.
    Pero –quien lo hizo– conocía al dedillo todos sus antecedentes y sus inminentes fracturas abiertas.

    Tengo que decir que no me sorprendería nada que fuese un conocido. Médico, Psiquiatra y muy activo por entonces en la zona construyendo "la Patria Identitaria".

    Siempre las malditas políticas "Identitarias". Las malditas etiquetas.

    Del mismo modo se nos rompió este joven piloto incapaz de soportar su presión particular llevándose con él a 149 almas. Que en paz descansen todos.

    El tema no es la enfermedad mental sino los límites –de manipulación psicológica o de presión ambiental– que somos capaces de soportar sin reventar.

    Educamos poco y mal en "Manejar los Límites" y el caso es que existen, siempre nos rodean durante la vida y, lo que es peor, se usan continuamente para manipularnos.

    Hoy se suicidan en España 10 personas al día. Siete hombres, tres mujeres.
    Y el silencio es terrible porque la sociedad no es capaz de mirarse al espejo.

    El Poder mucho menos porque el Silencio Oficial es total.

    Hasta aquí el acuerdo con la autora. En otro momento los matices con los desacuerdos menores que alguno hay.

    Saludos y gracias por el artículo.

  7. Manuel Conthe
    Manuel Conthe Dice:

    Estimada Ana Isabel:
    Tu post me ha interesado especialmente porque yo mismo he escrito recientemente sobre una cuestión metodológicamente emparentada, aunque en un ámbito muy distinto (la “estigmatización de los políticos”, la “falacia de la afirmación del consecuente” y el problema de la “discriminación estadística”: ver http://www.expansion.com/blogs/conthe/2015/03/29/politicos-y-ex-politicos-la-nueva.html
    Mi preocupación era parecida a la tuya: evitar que, sin pretenderlo, los periodistas estigmaticen comportamientos que no lo merecen.
    Ahora bien, me pregunto si, en tu esfuerzo por evitar la estigmatización social de quien sufre algún trastorno psicológico, no te pasas al otro extremo y niegas –al menos de forma implícita- que existan algunos síndromes o patologías psicológicas –solo algunos, no todos los que ha mencionado la prensa y tú señalas en tu pos- que aumenten la probabilidad de que quien las padece albergue pensamientos suicidas. Mis conocimientos de Psiquiatría y Psicopatología son prácticamente nulos, pero, a tales efectos, ¿son absolutamente todos equiparables a las hemorroides (es decir, carentes de todo efecto sobre la tendencia al suicidio)?
    La cuestión estadística clave es: ¿son los impulsos suicidas puramente aleatorios e imprevisibles? ¿O existen, por el contrario, algunas situaciones psicológicas o vitales concretas y específicas que hagan más probable a priori que quien pasa por ellas pueda tener pensamientos o tentaciones suicidas?
    La respuesta tiene gran relevancia para intentar minimizar el riesgo de accidentes como el de Germanwings. De forma parecida, como está acreditado que el alcohol y las drogas aumentan la probabilidad de sufrir accidentes en carretera, la DGT persigue con especial intensidad a quienes conducen bajo el efecto de tales sustancias.
    En tu exposición das varios argumentos de escasa fuerza persuasiva. La comparación que haces con los jueces, por ejemplo, es desafortunada, porque el sistema judicial tiene establecido un sistema de recursos que permite enmendar las decisiones patológicas previas (la revocación de varios autos del juez Silva por la Audiencia Provincial de Madrid es un buen ejemplo). En lo que atañe a conductores de autobuses, el símil es muy certero, pero el argumento debiera ser el contrario al que he creído deducir de tu texto: habrá que aplicarles también a ellos medidas preventivas similares a las aplicables a los pilotos de aviones.
    En suma, como explico en uno de mis posts, aunque debemos evitar la injusta estigmatización de algunos colectivos, debemos admitir algunos supuestos de “discriminación estadística”, cuando la relación estadística entre cierto rasgo de una persona y cierta situación está objetivamente acreditada, y permitir que la sociedad se proteja a priori frente a ciertos riesgos.

  8. Manuel Conthe
    Manuel Conthe Dice:

    Estimada Ana Isabel:
    Tu post me ha interesado especialmente porque yo mismo he escrito recientemente sobre una cuestión metodológicamente emparentada, aunque en un ámbito muy distinto (la “estigmatización de los políticos”, la “falacia de la afirmación del consecuente” y el problema de la “discriminación estadística”: ver http://www.expansion.com/blogs/conthe/2015/03/29/politicos-y-ex-politicos-la-nueva.html
    Mi preocupación era parecida a la tuya: evitar que, sin pretenderlo, los periodistas estigmaticen comportamientos que no lo merecen.
    Ahora bien, me pregunto si, en tu esfuerzo por evitar la estigmatización social de quien sufre algún trastorno psicológico, no te pasas al otro extremo y niegas –al menos de forma implícita- que existan algunos síndromes o patologías psicológicas –solo algunos, no todos los que ha mencionado la prensa y tú señalas en tu pos- que aumenten la probabilidad de que quien las padece albergue pensamientos suicidas. Mis conocimientos de Psiquiatría y Psicopatología son prácticamente nulos, pero, a tales efectos, ¿son absolutamente todos equiparables a las hemorroides (es decir, carentes de todo efecto sobre la tendencia al suicidio)?
    La cuestión estadística clave es: ¿son los impulsos suicidas puramente aleatorios e imprevisibles? ¿O existen, por el contrario, algunas situaciones psicológicas o vitales concretas y específicas que hagan más probable a priori que quien pasa por ellas pueda tener pensamientos o tentaciones suicidas?
    La respuesta tiene gran relevancia para intentar minimizar el riesgo de accidentes como el de Germanwings. De forma parecida, como está acreditado que el alcohol y las drogas aumentan la probabilidad de sufrir accidentes en carretera, la DGT persigue con especial intensidad a quienes conducen bajo el efecto de tales sustancias.
    En tu exposición das varios argumentos de escasa fuerza persuasiva. La comparación que haces con los jueces, por ejemplo, es desafortunada, porque el sistema judicial tiene establecido un sistema de recursos que permite enmendar las decisiones patológicas previas (la revocación de varios autos del juez Silva por la Audiencia Provincial de Madrid es un buen ejemplo). En lo que atañe a conductores de autobuses, el símil es muy certero, pero el argumento debiera ser el contrario al que he creído deducir de tu texto: habrá que aplicarles también a ellos medidas preventivas similares a las aplicables a los pilotos de aviones.
    En suma, como explico en uno de mis posts, aunque debemos evitar la injusta estigmatización de algunos colectivos, debemos admitir algunos supuestos de “discriminación estadística”, cuando la relación estadística entre cierto rasgo de una persona y cierta situación está objetivamente acreditada, y permitir que la sociedad se proteja a priori frente a ciertos riesgos.

  9. Manu Oquendo
    Manu Oquendo Dice:

    Me alegro de que la intervención de Manuel Conthe hable de la correlación estadística que, –sin establecer causalidades–, explica muy bien probabilidades y riesgos.
    Era uno de los temas pendientes sobre el interesante artículo de Ana Isabel Gutiérrez.

    La cuestión es: Si hay poblaciones y casuísticas de riesgo concretas ¿Por qué no se actúa sobre ellas y suelen pagar justos por pecadores?

    ¿Será porque el sistema no admite que existan el bien y el mal independientemente de lo que el Poder establezca Oficialmente? –uso el término "Oficial" al modo de Bourdieu.

    ¿Puede el Poder admitir que una Instancia Exógena le diga lo que está bien y lo que está mal?

    A mi modo de ver No Puede. Incompatibilidad radical.

    Así lo resolvió Federico Guillermo de Prusia a la muerte de Kant –que lo había puesto en cuestión– y lo hizo contratando a Hegel para que enseñase la filosofía que…….."se debe enseñar".
    Y así seguimos si bien ya en todas las ramas de las ciencias sociales. Progresamos.

    Pero el caso es que hay poblaciones y conductas de riesgo y que "selectivamente" resulta políticamente incorrecto actuar sobre ellas.

    De hecho el Sistema Represivo aprovecha la conducta de las poblaciones de riesgo para acogotar a todos.
    Ya han convertido los Aeropuertos en lugares a evitar porque "no se puede discriminar" ergo…..
    ¿Por qué? Sencillo, porque la gente traga lo que haga falta.
    Lo siento, acabo de volar tras prometerme que no lo haría.

    Sucede en muchos aspectos de nuestras vidas y sin que ningún estamento ponga el grito en el cielo aunque solo sea por lo profundamente injusto de la situación.

    Otro ejemplo: la incidencia de violencia doméstica con resultado de muerte de la mujer es DOCE veces superior en parejas no casadas civil o religiosamente (cualquier religión). Doce es mucho Riesgo Incremental. Es el 1200%.

    Dato silenciado "comme il faut"–y como sugiere el inicio del segundo párrafo del artículo de Ana Isabel en un buen ejemplo de cómo condicionar la libertad de ideas y de expresión– y del mismo modo que se silencian los Suicidios. Recordemos 7 hombres al día y 3 mujeres.

    Qué casualidad porque hay quien sostiene que unos cientos de esos suicidas al año, cada año, lo son por haber sido falsamente denunciados por los letrados de sus parejas.

    Esto quiere decir que si ya España es el país de Europa con menos muertes domésticas por Millón (de tres a cuatro veces menos que la reverenciada Finlandia) ………………….¿Qué lugar ocuparíamos si en vez de subvencionar dicha conducta de riesgo incentivándola se actuase sobre esa población por lo menos para que conociese el riesgo?

    No nos preocupemos: hay muchísima gente que vive de dividir y enfrentar a los sexos –los mal llamados "géneros" por los ideólogos sistémicos.

    Y a propósito de violencia entre parejas jóvenes….vean este trabajo.

    http://gacetasanitaria.org/es/percepcion-etiquetado-experiencia-violenta-las/articulo/S0213911114002039/

    En fin que –además de las enfermedades mentales que no hemos de tener en cuenta– hay mucho estereotipo falso y mucha gente viviendo a cuenta de dicha falsedad.

    Mi muy querida suegra, que en gloria esté, odiaba el cinturón de seguridad y cuando la Benemérita le explicaba que el 35% de los muertos en accidente de tráfico no lo llevaban puesto, respondía: "Lo que usted diga, agente. Pero el otro 65% se ha muerto por llevarlo puesto".

    Contra un número casi siempre es posible producir otro igual o mejor.

    Saludos cordiales y muchas gracias por traer asuntos que es necesario repasar.

  10. Manu Oquendo
    Manu Oquendo Dice:

    Me alegro de que la intervención de Manuel Conthe hable de la correlación estadística que, –sin establecer causalidades–, explica muy bien probabilidades y riesgos.
    Era uno de los temas pendientes sobre el interesante artículo de Ana Isabel Gutiérrez.

    La cuestión es: Si hay poblaciones y casuísticas de riesgo concretas ¿Por qué no se actúa sobre ellas y suelen pagar justos por pecadores?

    ¿Será porque el sistema no admite que existan el bien y el mal independientemente de lo que el Poder establezca Oficialmente? –uso el término "Oficial" al modo de Bourdieu.

    ¿Puede el Poder admitir que una Instancia Exógena le diga lo que está bien y lo que está mal?

    A mi modo de ver No Puede. Incompatibilidad radical.

    Así lo resolvió Federico Guillermo de Prusia a la muerte de Kant –que lo había puesto en cuestión– y lo hizo contratando a Hegel para que enseñase la filosofía que…….."se debe enseñar".
    Y así seguimos si bien ya en todas las ramas de las ciencias sociales. Progresamos.

    Pero el caso es que hay poblaciones y conductas de riesgo y que "selectivamente" resulta políticamente incorrecto actuar sobre ellas.

    De hecho el Sistema Represivo aprovecha la conducta de las poblaciones de riesgo para acogotar a todos.
    Ya han convertido los Aeropuertos en lugares a evitar porque "no se puede discriminar" ergo…..
    ¿Por qué? Sencillo, porque la gente traga lo que haga falta.
    Lo siento, acabo de volar tras prometerme que no lo haría.

    Sucede en muchos aspectos de nuestras vidas y sin que ningún estamento ponga el grito en el cielo aunque solo sea por lo profundamente injusto de la situación.

    Otro ejemplo: la incidencia de violencia doméstica con resultado de muerte de la mujer es DOCE veces superior en parejas no casadas civil o religiosamente (cualquier religión). Doce es mucho Riesgo Incremental. Es el 1200%.

    Dato silenciado "comme il faut"–y como sugiere el inicio del segundo párrafo del artículo de Ana Isabel en un buen ejemplo de cómo condicionar la libertad de ideas y de expresión– y del mismo modo que se silencian los Suicidios. Recordemos 7 hombres al día y 3 mujeres.

    Qué casualidad porque hay quien sostiene que unos cientos de esos suicidas al año, cada año, lo son por haber sido falsamente denunciados por los letrados de sus parejas.

    Esto quiere decir que si ya España es el país de Europa con menos muertes domésticas por Millón (de tres a cuatro veces menos que la reverenciada Finlandia) ………………….¿Qué lugar ocuparíamos si en vez de subvencionar dicha conducta de riesgo incentivándola se actuase sobre esa población por lo menos para que conociese el riesgo?

    No nos preocupemos: hay muchísima gente que vive de dividir y enfrentar a los sexos –los mal llamados "géneros" por los ideólogos sistémicos.

    Y a propósito de violencia entre parejas jóvenes….vean este trabajo.

    http://gacetasanitaria.org/es/percepcion-etiquetado-experiencia-violenta-las/articulo/S0213911114002039/

    En fin que –además de las enfermedades mentales que no hemos de tener en cuenta– hay mucho estereotipo falso y mucha gente viviendo a cuenta de dicha falsedad.

    Mi muy querida suegra, que en gloria esté, odiaba el cinturón de seguridad y cuando la Benemérita le explicaba que el 35% de los muertos en accidente de tráfico no lo llevaban puesto, respondía: "Lo que usted diga, agente. Pero el otro 65% se ha muerto por llevarlo puesto".

    Contra un número casi siempre es posible producir otro igual o mejor.

    Saludos cordiales y muchas gracias por traer asuntos que es necesario repasar.

  11. Carlos Javier Galán
    Carlos Javier Galán Dice:

    Respecto a la interesante cuestión que plantea Manuel Conthe, yo creo que la autora sí deja claro que puede haber relación entre el trastorno mental y los hechos en algunos casos: "Sólo <b>en contados casos la enfermedad mental tiene que ver con el delito cometido</b>, por ello, es extremadamente necesario ser cauteloso en su tratamiento informativo" . O por ejemplo: "En el caso Germanwings habrá que buscar los <b>motivos que provocaron los hechos</b>, y <b>de probarse un trastorno determinar si los controles psicológicos han sido los adecuados en una profesión en la que muchas vidas están bajo el control de un reducido equipo humano<b>".

    Respecto al ejemplo de las hemorroides, recuerda, Manuel, que en uno de tus artículos sobre la cuestión de los expolíticos que acaben de consejeros, la comparación que tú estableces es con cumplir 50 años, desayunar en su casa o disfrutar de vacaciones en Semana Santa. Cuestiones todas ellas que, efectivamente, no son determinantes en la elección de consejeros de compañías eléctricas, mientras que la condición de expolítico -y sólo eso- sí ha sido determinante de la elección en numerosos casos.

    Creo que finalmente estamos de acuerdo en que <i>"debemos evitar la injusta estigmatización de algunos colectivos, debemos admitir algunos supuestos de “discriminación estadística”, cuando la relación estadística entre cierto rasgo de una persona y cierta situación está objetivamente acreditada, y permitir que la sociedad se proteja a priori frente a ciertos riesgos"</i>.

    Y añado yo: sean riesgos físicos que pueden poner en peligro nuestra vida o integridad, o riesgos sociales que dañan la salud democrática y los controles contra la corrupción.

  12. Carlos Javier Galán
    Carlos Javier Galán Dice:

    Respecto a la interesante cuestión que plantea Manuel Conthe, yo creo que la autora sí deja claro que puede haber relación entre el trastorno mental y los hechos en algunos casos: "Sólo <b>en contados casos la enfermedad mental tiene que ver con el delito cometido</b>, por ello, es extremadamente necesario ser cauteloso en su tratamiento informativo" . O por ejemplo: "En el caso Germanwings habrá que buscar los <b>motivos que provocaron los hechos</b>, y <b>de probarse un trastorno determinar si los controles psicológicos han sido los adecuados en una profesión en la que muchas vidas están bajo el control de un reducido equipo humano<b>".

    Respecto al ejemplo de las hemorroides, recuerda, Manuel, que en uno de tus artículos sobre la cuestión de los expolíticos que acaben de consejeros, la comparación que tú estableces es con cumplir 50 años, desayunar en su casa o disfrutar de vacaciones en Semana Santa. Cuestiones todas ellas que, efectivamente, no son determinantes en la elección de consejeros de compañías eléctricas, mientras que la condición de expolítico -y sólo eso- sí ha sido determinante de la elección en numerosos casos.

    Creo que finalmente estamos de acuerdo en que <i>"debemos evitar la injusta estigmatización de algunos colectivos, debemos admitir algunos supuestos de “discriminación estadística”, cuando la relación estadística entre cierto rasgo de una persona y cierta situación está objetivamente acreditada, y permitir que la sociedad se proteja a priori frente a ciertos riesgos"</i>.

    Y añado yo: sean riesgos físicos que pueden poner en peligro nuestra vida o integridad, o riesgos sociales que dañan la salud democrática y los controles contra la corrupción.

  13. Carlos Javier Galán
    Carlos Javier Galán Dice:

    Respecto a la interesante cuestión que plantea Manuel Conthe, yo creo que la autora sí deja claro que puede haber relación entre el trastorno mental y los hechos en algunos casos: "Sólo en contados casos la enfermedad mental tiene que ver con el delito cometido, por ello, es extremadamente necesario ser cauteloso en su tratamiento informativo" . O por ejemplo: "En el caso Germanwings habrá que buscar los motivos que provocaron los hechos, y de probarse un trastorno determinar si los controles psicológicos han sido los adecuados en una profesión en la que muchas vidas están bajo el control de un reducido equipo humano".

    Respecto al ejemplo de las hemorroides, recuerda, Manuel, que en uno de tus artículos sobre la cuestión de los expolíticos que acaben de consejeros, la comparación que tú estableces es con cumplir 50 años, desayunar en su casa o disfrutar de vacaciones en Semana Santa. Cuestiones todas ellas que, efectivamente, no son determinantes en la elección de consejeros de compañías eléctricas, mientras que la condición de expolítico -y sólo eso- sí ha sido determinante de la elección en numerosos casos.

    Creo que finalmente estamos de acuerdo en que "debemos evitar la injusta estigmatización de algunos colectivos, debemos admitir algunos supuestos de “discriminación estadística”, cuando la relación estadística entre cierto rasgo de una persona y cierta situación está objetivamente acreditada, y permitir que la sociedad se proteja a priori frente a ciertos riesgos".

    Y añado yo: sean riesgos físicos que pueden poner en peligro nuestra vida o integridad, o riesgos sociales que dañan la salud democrática y los controles contra la corrupción.

  14. Carlos Javier Galán
    Carlos Javier Galán Dice:

    Respecto a la interesante cuestión que plantea Manuel Conthe, yo creo que la autora sí deja claro que puede haber relación entre el trastorno mental y los hechos en algunos casos: "Sólo en contados casos la enfermedad mental tiene que ver con el delito cometido, por ello, es extremadamente necesario ser cauteloso en su tratamiento informativo" . O por ejemplo: "En el caso Germanwings habrá que buscar los motivos que provocaron los hechos, y de probarse un trastorno determinar si los controles psicológicos han sido los adecuados en una profesión en la que muchas vidas están bajo el control de un reducido equipo humano".

    Respecto al ejemplo de las hemorroides, recuerda, Manuel, que en uno de tus artículos sobre la cuestión de los expolíticos que acaben de consejeros, la comparación que tú estableces es con cumplir 50 años, desayunar en su casa o disfrutar de vacaciones en Semana Santa. Cuestiones todas ellas que, efectivamente, no son determinantes en la elección de consejeros de compañías eléctricas, mientras que la condición de expolítico -y sólo eso- sí ha sido determinante de la elección en numerosos casos.

    Creo que finalmente estamos de acuerdo en que "debemos evitar la injusta estigmatización de algunos colectivos, debemos admitir algunos supuestos de “discriminación estadística”, cuando la relación estadística entre cierto rasgo de una persona y cierta situación está objetivamente acreditada, y permitir que la sociedad se proteja a priori frente a ciertos riesgos".

    Y añado yo: sean riesgos físicos que pueden poner en peligro nuestra vida o integridad, o riesgos sociales que dañan la salud democrática y los controles contra la corrupción.

  15. EB
    EB Dice:

    Hoy, lunes 6, en relación a una situación muy distinta pero con el elemento común de nuestras limitaciones físicas y mentales, un viejo colega escribe

    Indeed, there is a larger theme here, one that goes well beyond memory. Researchers often find that human decision making and behavior are constrained, if not determined, by a multitude of bodily and mental limitations (say, genes or the size of the brain), as well as external conditions (say, neighborhood and income). Many of these researchers suggest, on that basis, that people's wayward behaviors can be largely excused, with the implied message: "The offenders are not responsible and not to blame." Many scientists and memory researchers conclude that consequences (or incentives and disincentives) for behaviors will have little or no effect. They too readily conclude that physiological and environmental limitations on people's control of their own behavior (e.g., passing off flawed memories as truth) imply that people are unable to respond to consequences (and have only imagined "free will"). But the economic way of thinking–thinking about incentives, in particular–is relevant here. Even flawed human beings, if they face consequences for their actions–especially harsh ones–will change their behavior. Incentives work.

    http://www.econlib.org/library/Columns/y2015/McKenziefalsememory.html

    Recomiendo leer el artículo completo. Muy apropiado para hipócritas que fingen simpatía y empatía hacía otros a quienes quieren engañar. Esta hipocresía es muy común en políticos y en sus cómplices (periodistas, escribientes, intelectuales, pero también empresarios y profesionales), además de sus siervos (en particular jueces y burócratas).

  16. EB
    EB Dice:

    Hoy, lunes 6, en relación a una situación muy distinta pero con el elemento común de nuestras limitaciones físicas y mentales, un viejo colega escribe

    Indeed, there is a larger theme here, one that goes well beyond memory. Researchers often find that human decision making and behavior are constrained, if not determined, by a multitude of bodily and mental limitations (say, genes or the size of the brain), as well as external conditions (say, neighborhood and income). Many of these researchers suggest, on that basis, that people's wayward behaviors can be largely excused, with the implied message: "The offenders are not responsible and not to blame." Many scientists and memory researchers conclude that consequences (or incentives and disincentives) for behaviors will have little or no effect. They too readily conclude that physiological and environmental limitations on people's control of their own behavior (e.g., passing off flawed memories as truth) imply that people are unable to respond to consequences (and have only imagined "free will"). But the economic way of thinking–thinking about incentives, in particular–is relevant here. Even flawed human beings, if they face consequences for their actions–especially harsh ones–will change their behavior. Incentives work.

    http://www.econlib.org/library/Columns/y2015/McKenziefalsememory.html

    Recomiendo leer el artículo completo. Muy apropiado para hipócritas que fingen simpatía y empatía hacía otros a quienes quieren engañar. Esta hipocresía es muy común en políticos y en sus cómplices (periodistas, escribientes, intelectuales, pero también empresarios y profesionales), además de sus siervos (en particular jueces y burócratas).

  17. Manu Oquendo
    Manu Oquendo Dice:

    Es curioso, apreciado EB, que la consecuencia más importante de todas las falsedades reportadas sobre las guerras de Iraq sea si el helicóptero de Brian Williams recibió un impacto de bala o llegó cuando todo había pasado para hacer las fotos.

    El castigo a Williams tiene además la función catártica de sacralizar todo el resto del "reporting" no castigado.

    Un castigo ejemplar que el público americano –tan reactivo a la mentira de sus figuras públicas– necesita de vez en cuando como reafirmación de la fe. Nosotros perdonamos fácilmente a los mentirosos cuando son de los nuestros. A fin de cuentas parece que se debe mentir a los enemigos ¿no?. Lo del Pecado también tiene sus perspectivas.

    Por otra parte lo de la Memoria es tremendo. Lo difícil que nos resulta recordar correctamente las cosas. Especialmente aquellas que creemos recordar con nitidez y cómo cualquier cosa debidamente contada es susceptible de irse vistiendo del ropaje de la verdad.

    Consejo Práctico: Es buenísimo ir guardando notas a lo largo de la vida. Breves y puntuales apuntes son de gran valor incluso a cortísimo plazo en el trabajo. Cuesta poco hacerlo y ayuda mucho a todos porque si la memoria individual es frágil la colectiva es de traca.

    Hay un experimento que conocen psicólogos, policías y jueces y es la fragilidad del testimonio de eventos pasados.
    Si un acontecimiento no deja huella traumática o no se hace un esfuerzo deliberado e intenso por memorizarlo (por ejemplo escribiéndolo o estudiándolo) a los 18 segundos ya no podemos reproducirlo con precisión.
    La memoria no traumática decae muy rápidamente y se esfuma.
    Y a veces los traumas inducen el olvido total.

    Buen artículo el de su conocido.
    Saludos

    • EB
      EB Dice:

      Hola Manu,

      Se equivoca fuerte en su primer párrafo. La guerra de Irak ha tenido muchas consecuencias, la principal que Obama haya sido elegido presidente (alguien a quien ni usted ni yo le encargaríamos trabajo alguno por inútil).

      También se equivoca cuando habla de las reacciones del pueblo americano. Se equivoca porque el pueblo americano no existe, como tampoco existe el pueblo español. Jamás yo caracterizaría lo que ocurre en el territorio de un país como una respuesta colectiva. No. El gran desafío de quienes quieren entender lo que ocurre en cualquier territorio, por pequeño o grande que sea, es primero identificar grupos de acción colectiva (a la Mancur Olson). Tome cualquier tema de interés público en EEUU y verá que pronto se forman grupos de acción colectiva con posiciones opuestas (por lo general estos grupos no están relacionados con los partidos políticos sino con valores, creencias o intereses compartidos por grupos inicialmente pequeños) y entonces el problema es cómo esa diversidad (en cuestiones de interés nacional el número de grupos puede ser alto) se traduce en una competencia por políticas públicas. Y si saltamos al País Vasco, los dos sabemos bien que ni siquiera en ese territorio tan pequeño las diferencias sobre la institucionalidad de su política y su gobierno (y por lo tanto sobre cualquier política pública) se limitan a los partidos que compiten en elecciones con posiciones opuestas y que muchos siguen viviendo y actuando al margen de esos partidos. Yo jamás hablaría del pueblo vasco (y le aseguro que conozco bien la investigación antropológica e histórica para construir la identidad de un pueblo vasco).

  18. Manu Oquendo
    Manu Oquendo Dice:

    Es curioso, apreciado EB, que la consecuencia más importante de todas las falsedades reportadas sobre las guerras de Iraq sea si el helicóptero de Brian Williams recibió un impacto de bala o llegó cuando todo había pasado para hacer las fotos.

    El castigo a Williams tiene además la función catártica de sacralizar todo el resto del "reporting" no castigado.

    Un castigo ejemplar que el público americano –tan reactivo a la mentira de sus figuras públicas– necesita de vez en cuando como reafirmación de la fe. Nosotros perdonamos fácilmente a los mentirosos cuando son de los nuestros. A fin de cuentas parece que se debe mentir a los enemigos ¿no?. Lo del Pecado también tiene sus perspectivas.

    Por otra parte lo de la Memoria es tremendo. Lo difícil que nos resulta recordar correctamente las cosas. Especialmente aquellas que creemos recordar con nitidez y cómo cualquier cosa debidamente contada es susceptible de irse vistiendo del ropaje de la verdad.

    Consejo Práctico: Es buenísimo ir guardando notas a lo largo de la vida. Breves y puntuales apuntes son de gran valor incluso a cortísimo plazo en el trabajo. Cuesta poco hacerlo y ayuda mucho a todos porque si la memoria individual es frágil la colectiva es de traca.

    Hay un experimento que conocen psicólogos, policías y jueces y es la fragilidad del testimonio de eventos pasados.
    Si un acontecimiento no deja huella traumática o no se hace un esfuerzo deliberado e intenso por memorizarlo (por ejemplo escribiéndolo o estudiándolo) a los 18 segundos ya no podemos reproducirlo con precisión.
    La memoria no traumática decae muy rápidamente y se esfuma.
    Y a veces los traumas inducen el olvido total.

    Buen artículo el de su conocido.
    Saludos

  19. Ana Isabel Gutiérrez Salegui.
    Ana Isabel Gutiérrez Salegui. Dice:

    “Los Psicólogos Penitenciarios solo detectaron que era "un tanto frío y narcisista". Los "forenses". Es decir, el Sistema de Evaluación Psicológica, –probablemente dominado hoy día por "conductistas/cognoscitivos" con toda probabilidad "del Sur", desconocedores de la Guipúzcoa nacionalista — es incapaz de valorar nada que resulte políticamente incorrecto o se salga del dogma.”

    En respuesta a Manu Oquendo:

    Siendo como soy de esa Guipuzcoa profunda de la que habla, veo el caso que ha puesto como ejemplo, desde una perspectiva absolutamente distinta. Supongo que no desconoce que los años 80 fueron muchísimo más duros en los pequeños pueblos que en las ciudades, desde el punto de vista de posicionamiento ideológico.

    La presión era mucha para quienes estaban relacionados con la Guardia Civil, sí claro, se lo digo yo, bisnieta de carabinero, sobrina y prima de Guardias Civiles, pero en esa situación había muchas personas y, aunque sufrieron el miedo, la desconfianza, sólo se rompieron “hacia dentro”: depresiones, insomnio, ansiedad, desconfianza, estados constantes de hiperalerta, patologías psicosomáticas y enfermedades oportunistas secundarias al deterioro del sistema inmunitario por el exceso de cortisol provocado por el estrés…..pero no acabaron convirtiéndose en asesinos, en este caso en masa y en serie, ambas tipologías a la vez.

    A lo mejor cree usted que el mío era un pueblo tranquilo, lamento decepcionarle, en mi mismo edificio tenía como vecinos a Jokin Gorostidi Artola y a Itziar Aizpurua, parientes, además de algunos miembros de mi propia cuadrilla. Es verdad que a mi nunca nadie me dijo nada, pero tambien es verdad que aunque uno de mis apellidos sea del sur, yo soy vasca y a mi abuelo sólo se le conocía en el pueblo con el nombre de su caserío de origen, no por el suyo propio.

    Y sí fui testigo de que muchos jóvenes sin identidad, “vascos en sus lugares de origen, emigrantes en Euskadi, exiliados de pertenecer a ninguno de los dos lados”, se radicalizaban para demostrar a los demás que ellos se sentían más de allí que nadie, para intentar reforzar su pertenencia al grupo, para fomentar la aceptación en el lugar en el que, a fin de cuentas, tenían que vivir.

    Muchos de ellos no pasaban de engrosar las filas de la Kale Borroka pero también, entre tanto cachorro violento hay otros perfiles, y esto, no tiene nada que ver con el sur ni con el norte, un sociópata, psicópata o trastorno antisocial de la personalidad, llámelo usted como quiera, es igual aquí y en Helsinki.

    De Juana Chaos tiene todos los rasgos que configuran un trastorno de personalidad, coincido con los “forenses”, a lo mejor porque yo lo soy. Y si no, lean los criterios diagnósticos del DSM IV-TR ( Manual Diagnostico y Estadistico de los Trastornos Mentales). Ya entenderá usted que a la Asociación de Psiquiatras Americana le queda un poco lejos esto como para tener ningún tipo de sesgo “norte” o “sur”.

    Criterios para el diagnóstico de
    F60.2 Trastorno antisocial de la personalidad (301.7)
    A. Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde la edad de 15 años, como lo indican tres (o más) de los siguientes ítems:
    1. fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención
    2. deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer
    3. impulsividad o incapacidad para planificar el futuro
    4. irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones
    5. despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás
    6. irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas
    7. falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado, maltratado o robado a otros
    B. El sujeto tiene al menos 18 años.
    C. Existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de la edad de 15 años.
    D. El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia o un episodio maníaco.
    No obstante para fundar aun más mi afirmación, más allá de mi poco científica “experiencia personal” le copio algunos fragmentos de una investigación de Fernando Reinares, titular de la cátedra Jean Monnet de Estudios Europeos en la UNED, Reserch Fellow de la OTAN y profesor en el Instituto Universitario Ortega y Gasset, tras estudiar los datos de unos 600 terroristas (casi uno de cada tres detenidos), en una investigación financiada por la Fundación Harry Frank Guggenheim, de Nueva York.

    “El perfil sociológico de los jóvenes reclutados por ETA en los años setenta es muy distinto al de quienes han sido captados en los ochenta. Mucho más joven y urbano, inmigrante con mucha frecuencia, el etarra tipo de hoy se aproxima a los radicales europeos de su generación.
    La inmensa mayoría de los etarras aceptaron ingresar en la organización terrorista, normalmente tras algunos años de inmersión en el entorno inmediato de los violentos, durante su juventud, cuando mayor es la disponibilidad en términos de tiempo y de responsabilidades personales. Algunos antropólogos han considerado que la voluntad de aterrorizar ha sido siempre un producto de la hybris juvenil, de la falta de medida a que es propensa la edad que sigue a la niñez.
    Desde la segunda mitad de los años ochenta se han invertido los datos, de manera que, aproximadamente, el 60% carece ahora de apellidos autóctonos o tiene solamente uno.
    Algunos de estos etarras, hijos de inmigrantes pero residentes en zonas donde la implantación del nacionalismo vasco radical es intensa, se vieron acuciados durante su adolescencia por afirmar una fuerte identidad colectiva en la que reconocerse a sí mismos y ser reconocidos por los demás”

    No creo que pueda entenderse el caso De Juana desde la sociología, sí sirve para explicar cómo algunos cachorros “kaleborrokistas” acabaron metiéndose en ETA apellidándose López, García o Sánchez y procediendo de Jaén, Badajoz o Écija, pero desde mi punto de vista hay que explicarlo desde la necesidad de búsqueda de identidad, no desde una fractura en la salud mental.

    Ana Isabel Gutiérrez Salegui
    Psicóloga. Nº Col: M-20963
    http://www.gutierrezsalegui.com/

  20. Ana Isabel Gutiérrez Salegui.
    Ana Isabel Gutiérrez Salegui. Dice:

    En respuesta a Manuel Conthe:

    “Ahora bien, me pregunto si, en tu esfuerzo por evitar la estigmatización social de quien sufre algún trastorno psicológico, no te pasas al otro extremo y niegas –al menos de forma implícita- que existan algunos síndromes o patologías psicológicas –solo algunos, no todos los que ha mencionado la prensa y tú señalas en tu pos- que aumenten la probabilidad de que quien las padece albergue pensamientos suicidas. Mis conocimientos de Psiquiatría y Psicopatología son prácticamente nulos, pero, a tales efectos, ¿son absolutamente todos equiparables a las hemorroides (es decir, carentes de todo efecto sobre la tendencia al suicidio)?”

    Por supuesto que hay poblaciones más proclives al suicidio. Y de hecho cada vez se presta más atención al desarrollo de Guías de prevención del mismo y a la creación de protocolos, yo misma formé parte del equipo que diseñó el Protocolo de Suicidio del Hospital Central de la Defensa, cuando colaboraba con el Tte Coronel Perez-Iñigo. Y le aseguro que ante el mínimo atisbo de síntoma que indique un posible suicidio se realiza un ingreso, voluntario o judicial, pero ingreso, nuestra labor siempre es proteger la vida del paciente y la de los demás.

    Una de las cosas que intento explicar es que el caso Lubitz no es un suicidio exactamente, es un asesinato-suicidio, al estilo de los fanáticos inmolados o los asesinos en masa americanos que tras abatir a decenas de compañeros de instituto se suicidan.

    Hablo de componente de venganza, de la necesidad de reconocimiento social, aunque sea a través del terror, de la maldad, de la ausencia absoluta de empatía con esas victimas a las que se va a arrebatar la vida sin saber ni quienes son, del nulo pensamiento hacia los cientos de familiares que van a quedar arrasados. Todo eso no pertenece ni a las características de la depresión ni al perfil del suicida. Estadísticamente, etiológicamente y clínicamente hablando, el suicida SE mata, NO mata. ( Excepto en las tipologías que especifiqué en el post).

    Estos rasgos no son de enfermedades mentales, son de trastornos de personalidad y si bien son perfiles estudiados y cuyas característiscas conocemos son mucho más difíciles de detectar al no ser enfermedades mentales como tal. La maldad se esconde.
    ¿Cuántas veces el psicópata asesino es serie ha resultado el “perfecto vecino”? Vamos a crear como grupo de riesgo y control a los “perfectos vecinos que suben la compra y saludan”? Como ve, es mucho mas difícil de lo que parece.

    Muchisimas gracias por el comentario señor Comthe y lamento haber tardado tanto en poder contestar.
    Saludos cordiales.
    Ana Isabel Gutiérrez Salegui
    Psicóloga. Nº Col: M-20963
    http://www.gutierrezsalegui.com/

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