HD Joven: Propósitos de año nuevo para una nueva España

Desde que se conocieron los resultados de las elecciones del pasado 20-D, España entera está expectante. Acostumbrados a tener dos grandes partidos políticos –uno que ganaba las elecciones y otro que las perdía-, el actual paisaje político tiene a la mayoría de ciudadanos bastante perplejos. ¿Gobernará Rajoy en minoría cuatro años más?; ¿alcanzarán un acuerdo “las izquierdas” para formar un gobierno alternativo? ¿Habrá un gran pacto o coalición de los dos partidos tradicionales?; ¿volveremos a votar en 2016? En definitiva, máximo grado de incertidumbre.

Salvando matices, tenemos el siguiente panorama parlamentario: (i) dos partidos mayoritarios –PP y PSOE-, con 213 diputados, que en principio desean –salvo prueba en contrario- que todo siga igual, es decir, que continuemos con el sistema de alternancia en el poder que ha venido funcionando desde la Transición; (ii) un partido con 40 diputados –CIUDADANOS- que, según dicen, pretende reformar España respetando las reglas del juego, es decir, reformar el edificio sin derribarlo; (iii) y, por último, los 69 diputados de PODEMOS –y sus franquicias- cuyos planteamientos pasan por echar abajo el edificio de manera rápida y sin demasiados miramientos –aún no sabemos si empleando la bola de demolición o directamente con dinamita- para construir uno nuevo.

Bromas aparte, no es mi intención juzgar aquí cuáles de estas opciones políticas son mejores o peores. Como demócrata, respeto (casi) todos los planteamientos y no valoro los resultados electorales obtenidos por PODEMOS –como equivocadamente hacen algunos- como si de una anomalía democrática se tratase, sino como una simple manifestación de la soberanía nacional expresada en las urnas por más de 5 millones de españoles, a los que debo todos los respetos. Algunos de ellos, además, no son ciudadanos anónimos, sino vecinos, colegas de profesión, familiares o amigos. Los “podemitas” –dicho sea con todo el cariño-, son también nuestros compatriota, como diría el líder del otro partido emergente.

Volviendo a la composición del parlamento, está claro que las diferentes sumas y combinaciones entre varios partidos para formar un gobierno “homogéneo” –desde un punto de vista ideológico-, no salen de ninguna manera. De hecho, parece prácticamente imposible que se pudiera constituir un gobierno mínimamente sólido en el que no estuvieran presentes los dos grandes partidos.

Pues bien, ante este panorama, son muchas las voces que están reclamando un gran gobierno de coalición de los dos grandes partidos –PP y PSOE- o de la suma de aquellos y CIUDADANOS, para poder constituir un Gobierno de España estable durante los próximos cuatro años. En este sentido se han pronunciado varios editoriales y opinadores durante las últimas semanas, algunos de ellos nada sospechosos de formar parte del actual establishment político.

Llegados a este punto, creo modestamente que esta es la opción que más nos conviene a todos, por supuesto, mucho más que unas nuevas elecciones generales en 2016. Pero que nadie se lleve a engaño, no seré yo quien proponga una gran coalición para que todo siga igual. La idea es bien distinta.

Intentaré hacer un ejercicio de idealismo –espero que no de ciencia ficción-, para explicar cuál es mi propuesta para la España de los próximos cuatro años. Propongo que hagamos un stand by de una legislatura, aparquemos momentáneamente las ideologías y sentémonos a hablar sobre qué país queremos para los próximos 50 o 60 años, con el fin de poner en marcha la mayor reforma de nuestras instituciones que se haya conocido desde la Transición.

¿Debe participar también PODEMOS? Aunque siendo prácticos podríamos pensar en excluir a esta formación política de inicio –por lo que han venido diciendo durante las últimas semanas-, no creo que resulte saludable, desde un punto de vista democrático, excluir del debate a más de 5 millones de ciudadanos. Ahora bien, si PODEMOS quiere formar parte de esta nueva etapa política tendrá que acatar las reglas básicas de juego que los españoles nos dimos en el 78. El ejemplo más evidente: la soberanía nacional no puede romperse por medio de un referéndum “de autodeterminación” de los ciudadanos de una comunidad autónoma, con exclusión del resto de españoles (art. 1.2 CE).

¿Y si PODEMOS no acepta las reglas de juego?, la vida sigue y España no puede quedar paralizada al albur de caprichos partidistas. PP, PSOE y C`s representan a la inmensa mayoría de los españoles (más de 16 millones de votantes), podrían dotar de estabilidad al nuevo Gobierno (secundado en el Congreso de los Diputados por 253 escaños), y los tres partidos, dentro de sus discrepancias ideológicas, tienen como denominador común el respeto de las reglas de convivencia.

Pero vayamos a lo importante: ¿Sobre qué presupuestos se debería fundar ese hipotético gran gobierno de coalición?

En primer lugar, los dos grandes partidos que han gobernado España durante los últimos más de treinta años –PP y PSOE- deben asimilar y “digerir” la necesidad de cambio. El mandato de las urnas es claro: los españoles no queremos que todo siga como hasta ahora. Hay unos cuantos aspectos de la vida pública que pueden y deben cambiar, principalmente aquellos que se refieren a la calidad democrática de nuestro sistema político e institucional.

Especialmente relevante resulta la posición del PSOE, pues sin su apoyo parlamentario nada de lo aquí sugerido sería posible. Hay quién dice que sus votantes no verían con buenos ojos ese gran pacto de estado y yo me atrevo a poner en duda esta tesis. Creo que sus votantes situados más a la izquierda ya hace tiempo que se dejaron seducir por “la coleta” y los que aún le siguen votando –al menos con los que yo he hablado- nunca han visto con buenos ojos el carácter rupturista del partido morado ¿Preferirá el PSOE un gran pacto por España o morir devorado en marzo o mayo por otras opciones políticas situadas a su izquierda? Quiero y confío en que opte por la primera opción.

En segundo lugar, necesitaremos altura de miras y generosidad por parte de la dirección de los dos grandes partidos. Concretamente, creo que Rajoy y Sánchez deben hacerse a un lado, dejar de pensar en sus aspiraciones personales o de partido y dar paso a nuevas caras con capacidad de diálogo y consenso. Los tres partidos de la gran coalición deben anteponer los intereses generales de España a los suyos propios.

En tercer lugar, el nuevo Gobierno debe ser liderado por uno o varios estadistas. Para esta misión no sirven hombres de partido o personajes de la vida pública que hayan destacado por desarrollar un discurso altamente ideologizado. No sirven los “forofos” de uno u otro partido. Necesitamos figuras dialogantes, de reconocido prestigio, con alta cualificación técnica y una gran capacidad de negociación.

En esta nueva etapa, desaparecen el real decreto como forma habitual de legislar y la mayoría absoluta de una ideología concreta como medio para implementar las medidas previstas en un programa electoral o en un memorandum of understanding. Ahora toca sentarse a la mesa, dialogar y negociar. En definitiva, nos encontramos ante un nuevo escenario en el que a los españoles no les queda otra opción que buscar un nuevo paradigma de liderazgo político.

Por último, llega lo más importante de todo. La gran coalición no puede tener como objetivo que todo siga igual. Hay que poner sobre la mesa y negociar una agenda ambiciosa de reformas dirigidas a mejorar la calidad de nuestro sistema democrático y la vida de los ciudadanos. Sobre el contenido de esas reformas se ha escrito mucho –y muy bien- en este blog: la reforma de la Ley Electoral y de la Ley de Partidos, el gran pacto por la educación, la separación de poderes para preservar la independencia de los jueces, la definición definitiva del modelo territorial, el adelgazamiento de las administraciones públicas superfluas, etc.

¿Es necesaria una reforma constitucional? Pues éste quizás no sea el debate fundamental, aunque a buen seguro tendrá que modificarse la norma fundamental en la medida en que los cambios pretendidos sean de verdadero calado. Si finalmente tiene lugar ese escenario, supondrá para el conjunto de los ciudadanos una excelente oportunidad para “firmar” un nuevo pacto de convivencia para los próximos treinta, cuarenta o cincuenta años.

En definitiva, hay una idea que necesariamente debe calar en los españoles para que esta nueva etapa culmine con éxito. Los ciudadanos deben percibir que de verdad se está llevando a cabo un cambio en profundidad y no meras actuaciones cosméticas: una verdadera transición política y social. ¿Será posible algo así? Solo el tiempo nos dirá si se obrará el “milagro” o si nos tocará volver a las urnas. Por el momento, como siempre, nos queda ser optimistas y seguir empujando todos juntos.

8 comentarios
  1. De Lege Ferenda
    De Lege Ferenda Dice:

    Por Nicolás García Pedrajas

    George Orwell en su novela 1984 inventó la Neolengua, una forma nueva del inglés que permitía al gobierno totalitario evitar que nadie se le opusiera porque ni siquiera existirían las palabras necesarias para expresar su oposición. La Neolengua también tenía como objetivo tergiversar la realidad de manera que el lenguaje fuera una forma de manipulación desconectada completamente de los hechos.

    La “nueva política” también ha creado su Neolengua aunque con un objetivo parcialmente diferente. Ante el hecho de que la “nueva política” es simplemente una repetición de lo mismo que ya hemos visto en muchas ocasiones, cualquiera que lo recuerde puede comparar las semejanzas enormes de Podemos y el PSOE del 82, o de IU y el PCE de Carrillo, o de Felipe González y Pablo Iglesias, la “nueva política” inventa su Neolengua para tapar sus vergüenzas. Esta Neolengua consiste en la exposición continua de ideas y mensajes vacíos junto con el desprecio más absoluto por la realidad.

    El primer paso fueron esos significantes vacíos de Ernesto Laclau: “una forma de nominación lo suficientemente laxa como para dar cuenta de todas las demandas en conjunto, pero de ninguna en particular”. Es decir, sustituir los conceptos claros que implican hechos concretos por palabras vagas que no significan nada y por tanto pueden ser aceptados por todos. Conceptos como ilusión, repensar, casta, gobernar para la mayoría, sentido común, horizontalidad, los de abajo, ruptura democrática, proyecto constituyente, y un largo etcétera de términos que no significan nada porque lo pueden significar todo. Este tipo de política tiene la ventaja de atraer a mucha gente porque cada uno interpreta el “significante vacío” como quiere y además le permite aceptar un mensaje sin apenas esfuerzo intelectual alguno. Tiene también la ventaja de no comprometer a nada al cargo electo, porque nada concreto ha prometido. Como ya conocemos por la experiencia del PSOE de 1982, el abandono por parte del votante de proyectos así tarda años en ocurrir dando tiempo a la “nueva política” a controlar los resortes de la perpetuación en el cargo. Se trata por tanto del viejo uso de tomar el poder simplemente por el poder en sí, no por tener ningún proyecto de política concreto. Como se suele decir “quítate tú para que me ponga yo”.
    Sigue en
    http://www.agendaroja.org/2016/01/la-neolengua-de-la-nueva-politica/

  2. Dan Evans
    Dan Evans Dice:

    Completamente de acuerdo con el artículo, sin embargo creo que, lamentablemente y como dice el propio autor, probablemente sea más ciencia ficción que idealismo. La verdad es que mi impresión es bastante pesimista. Creo que la noche electoral todos han dicho que los ciudadanos han pedido pacto y negociación pero acto seguido han trazado líneas rojas que no se han movido en dos semanas ni parecen dispuestos a moverlas. Lo que si han mirado todos hasta el momento es por su interés particular y se han posicionado en función del mismo sin ningún tipo de pudor.

    El otro día un comentarista político decía que “el PSOE, al final, estará a la altura como hizo en otras ocasiones”. Veremos.

    Saludos

    • Miguel Fernández Benavides
      Miguel Fernández Benavides Dice:

      Ya veremos que sucede finalmente. Yo croe que el PSOE tiene ante sí una oportunidad única para volver a presentarse ante la ciudadanía como un partido nacional que viene a defender la igualdad de todos los españoles (independientemente del lugar en el que hayan nacido o tengan su residencia habitual). En cualquier caso, todos los demás actores que formasen parte de ese hipotético gran pacto al que me refería en el post, también tendrán necesariamente que negociar y ceder en sus posiciones para alcanzar acuerdos.

      • Miguel Fernández Benavides
        Miguel Fernández Benavides Dice:

        Muchas gracias por tus palabras, Ignacio. Creo, como bien dices apuntas, que solo nos queda pensar en una solución en positivo. Al fin y al cabo, si en otros países han sido capaces de hacerlo, no veo por qué nosotros íbamos a ser menos. En unos meses o semanas, sabremos si nuestros representantes han estado a la altura de las circunstancias.

      • Miguel Fernández Benavides
        Miguel Fernández Benavides Dice:

        Ya veremos que sucede finalmente. Yo croe que el PSOE tiene ante sí una oportunidad única para volver a presentarse ante la ciudadanía como un partido nacional que viene a defender la igualdad de todos los españoles (independientemente del lugar en el que hayan nacido o tengan su residencia habitual). En cualquier caso, todos los demás actores que formasen parte de ese hipotético gran pacto al que me refería en el post, también tendrán necesariamente que negociar y ceder en sus posiciones para alcanzar acuerdos.

  3. Ignacio Gomá Lanzón
    Ignacio Gomá Lanzón Dice:

    Brillante, Miguel, y en la línea de ¿Hay Derecho? de indicar lo que sería deseable, sea o no lo probable, tratando de cumplir una función pedagógica de la que estamos todos necesitados. Mi impresión general no es tan pesimista como la de comentaristas anteriores. Es verdad que podemos pasar por momentos de tribulación, pero es necesario tener fiebre para mejorar más adelante. Bien es cierto que también para morirse, pero creo que no estamos tan graves. Enhorabuena.

    • Miguel Fernández Benavides
      Miguel Fernández Benavides Dice:

      Muchas gracias por tus palabras, Ignacio. Creo, como bien dices apuntas, que solo nos queda pensar en una solución en positivo. Al fin y al cabo, si en otros países han sido capaces de hacerlo, no veo por qué nosotros íbamos a ser menos. En unos meses o semanas, sabremos si nuestros representantes han estado a la altura de las circunstancias.

  4. O'Farrill
    O'Farrill Dice:

    La cuestión Miguel es que no se trata de "buenos propósitos para España" (esa es la visión localista) sino para el mundo, dado que ya pocos países pueden alardear de soberanía y libertad de decisión. Hay demasiados nudos en esa extensa red de compromisos internacionales, acuerdos, tratados, etc. No se trata de nuestro patio donde las posiciones de los viejos partidos y los nuevos formalmente son muy parecidas. Al fin y al cabo han debido ajustarse a la estructura y organización de la ley correspondiente, a la legalidad. Nada nuevo bajo el sol y una decepción que sumar a nuestra exigua esperanza de que nos "tutelen" sabiamente esos nuevos sacerdotes que llamamos "políticos". Mientras nos entretienen con cuestiones como el escrutar el "oráculo" de los enterados, el mundo sigue su curso y, a grandes rasgos, nos encontramos con problemas tan importantes como:
    1.- Luchas geoestratégicas por la hegemonía de nuevos imperios que causan millones de muertos, no sólo en conflictos bélicos, sino por el hambre, la miseria, las enfermedades… donde un sólo artefacto atómico puede hacer saltar todo por los aires.
    2.- Una imposición de políticas, costumbres, religiones y dogmas vendida en aras de una supuesta "seguridad" con la que nos privan de libertades, sometida a control desde los artefactos que previamente nos han vendido.
    3.- Una situación de anomia y letargo social resignados al sometimiento cómodo de ceder nuestra soberanía a los demás y recibir "subvenciones" a cambio.
    4.- Una manipulación informativa e histórica muy lejos de la verdad que intuimos para generar miedo.
    5.- Una situación de colapso económico de la mayor parte de los paises llamados "desarrollados" (se calcula en unos 60 billones de euros) y endeudados (por lo tanto sometidos pero ¿a quien?).
    6.- Un empobrecimiento del conocimiento real (nada que ver con los juguetes infantiles de la tecnología) que impide cualquier proyecto de creación de riqueza real (no confundir con los PIB cocinados) y empleos productivos.
    7.- Una concentración de oligopolios en los sectores más esenciales con clara connivencia de la política con la economía especulativa….
    Podríamos seguir, pero yo aún tengo esperanza de que sepamos reaccionar ante todo ello tomando las riendas del futuro en lugar de seguir "pidiendo" a otros que lo hagan.
    Termino con algunos comentarios del estupendo ensayo de J.K.Galbraith "La economía del fraude inocente" :
    "La apropiación por parte de las corporaciones (económicas) de la iniciativa y la autoridad públicas, es terriblemente visible en lo que se refiere al medio ambiente y extremadamente peligrosa en cuanto a la política militar y exterior. Las guerras representan, no cabe duda, una de las mayores amenazas a la existencia de la sociedad civilizada y la entrega de las corporaciones a la adquisición y empleo de armas, alimenta día a día esta amenaza".
    "La vida civilizada, como la llamamos, es una gran torre blancaque celebra los logros de la humanidad, pero en lo alto de la misma siempre hay una gran nube negra. El progreso humano está dominado por una crueldad inimaginable y por la muerte. Las masacres y asesinatos en masa se han convertido en el logro supremo de la civilización".
    Y un canto a la esperanza: "Los problemas económicos y sociales descritos en este ensayo, así como la pobreza y el hambre, pueden hallar solución mediante el pensamiento y la acción". En eso debemos estar.
    Un saludo.

    • De Lege Ferenda
      De Lege Ferenda Dice:

      Por Nicolás García Pedrajas

      George Orwell en su novela 1984 inventó la Neolengua, una forma nueva del inglés que permitía al gobierno totalitario evitar que nadie se le opusiera porque ni siquiera existirían las palabras necesarias para expresar su oposición. La Neolengua también tenía como objetivo tergiversar la realidad de manera que el lenguaje fuera una forma de manipulación desconectada completamente de los hechos.

      La “nueva política” también ha creado su Neolengua aunque con un objetivo parcialmente diferente. Ante el hecho de que la “nueva política” es simplemente una repetición de lo mismo que ya hemos visto en muchas ocasiones, cualquiera que lo recuerde puede comparar las semejanzas enormes de Podemos y el PSOE del 82, o de IU y el PCE de Carrillo, o de Felipe González y Pablo Iglesias, la “nueva política” inventa su Neolengua para tapar sus vergüenzas. Esta Neolengua consiste en la exposición continua de ideas y mensajes vacíos junto con el desprecio más absoluto por la realidad.

      El primer paso fueron esos significantes vacíos de Ernesto Laclau: “una forma de nominación lo suficientemente laxa como para dar cuenta de todas las demandas en conjunto, pero de ninguna en particular”. Es decir, sustituir los conceptos claros que implican hechos concretos por palabras vagas que no significan nada y por tanto pueden ser aceptados por todos. Conceptos como ilusión, repensar, casta, gobernar para la mayoría, sentido común, horizontalidad, los de abajo, ruptura democrática, proyecto constituyente, y un largo etcétera de términos que no significan nada porque lo pueden significar todo. Este tipo de política tiene la ventaja de atraer a mucha gente porque cada uno interpreta el “significante vacío” como quiere y además le permite aceptar un mensaje sin apenas esfuerzo intelectual alguno. Tiene también la ventaja de no comprometer a nada al cargo electo, porque nada concreto ha prometido. Como ya conocemos por la experiencia del PSOE de 1982, el abandono por parte del votante de proyectos así tarda años en ocurrir dando tiempo a la “nueva política” a controlar los resortes de la perpetuación en el cargo. Se trata por tanto del viejo uso de tomar el poder simplemente por el poder en sí, no por tener ningún proyecto de política concreto. Como se suele decir “quítate tú para que me ponga yo”.
      Sigue en
      http://www.agendaroja.org/2016/01/la-neolengua-de-la-nueva-politica/

    • Dan Evans
      Dan Evans Dice:

      Completamente de acuerdo con el artículo, sin embargo creo que, lamentablemente y como dice el propio autor, probablemente sea más ciencia ficción que idealismo. La verdad es que mi impresión es bastante pesimista. Creo que la noche electoral todos han dicho que los ciudadanos han pedido pacto y negociación pero acto seguido han trazado líneas rojas que no se han movido en dos semanas ni parecen dispuestos a moverlas. Lo que si han mirado todos hasta el momento es por su interés particular y se han posicionado en función del mismo sin ningún tipo de pudor.

      El otro día un comentarista político decía que “el PSOE, al final, estará a la altura como hizo en otras ocasiones”. Veremos.

      Saludos

    • Ignacio Gomá Lanzón
      Ignacio Gomá Lanzón Dice:

      Brillante, Miguel, y en la línea de ¿Hay Derecho? de indicar lo que sería deseable, sea o no lo probable, tratando de cumplir una función pedagógica de la que estamos todos necesitados. Mi impresión general no es tan pesimista como la de comentaristas anteriores. Es verdad que podemos pasar por momentos de tribulación, pero es necesario tener fiebre para mejorar más adelante. Bien es cierto que también para morirse, pero creo que no estamos tan graves. Enhorabuena.

    • O'Farrill
      O'Farrill Dice:

      La cuestión Miguel es que no se trata de "buenos propósitos para España" (esa es la visión localista) sino para el mundo, dado que ya pocos países pueden alardear de soberanía y libertad de decisión. Hay demasiados nudos en esa extensa red de compromisos internacionales, acuerdos, tratados, etc. No se trata de nuestro patio donde las posiciones de los viejos partidos y los nuevos formalmente son muy parecidas. Al fin y al cabo han debido ajustarse a la estructura y organización de la ley correspondiente, a la legalidad. Nada nuevo bajo el sol y una decepción que sumar a nuestra exigua esperanza de que nos "tutelen" sabiamente esos nuevos sacerdotes que llamamos "políticos". Mientras nos entretienen con cuestiones como el escrutar el "oráculo" de los enterados, el mundo sigue su curso y, a grandes rasgos, nos encontramos con problemas tan importantes como:
      1.- Luchas geoestratégicas por la hegemonía de nuevos imperios que causan millones de muertos, no sólo en conflictos bélicos, sino por el hambre, la miseria, las enfermedades… donde un sólo artefacto atómico puede hacer saltar todo por los aires.
      2.- Una imposición de políticas, costumbres, religiones y dogmas vendida en aras de una supuesta "seguridad" con la que nos privan de libertades, sometida a control desde los artefactos que previamente nos han vendido.
      3.- Una situación de anomia y letargo social resignados al sometimiento cómodo de ceder nuestra soberanía a los demás y recibir "subvenciones" a cambio.
      4.- Una manipulación informativa e histórica muy lejos de la verdad que intuimos para generar miedo.
      5.- Una situación de colapso económico de la mayor parte de los paises llamados "desarrollados" (se calcula en unos 60 billones de euros) y endeudados (por lo tanto sometidos pero ¿a quien?).
      6.- Un empobrecimiento del conocimiento real (nada que ver con los juguetes infantiles de la tecnología) que impide cualquier proyecto de creación de riqueza real (no confundir con los PIB cocinados) y empleos productivos.
      7.- Una concentración de oligopolios en los sectores más esenciales con clara connivencia de la política con la economía especulativa….
      Podríamos seguir, pero yo aún tengo esperanza de que sepamos reaccionar ante todo ello tomando las riendas del futuro en lugar de seguir "pidiendo" a otros que lo hagan.
      Termino con algunos comentarios del estupendo ensayo de J.K.Galbraith "La economía del fraude inocente" :
      "La apropiación por parte de las corporaciones (económicas) de la iniciativa y la autoridad públicas, es terriblemente visible en lo que se refiere al medio ambiente y extremadamente peligrosa en cuanto a la política militar y exterior. Las guerras representan, no cabe duda, una de las mayores amenazas a la existencia de la sociedad civilizada y la entrega de las corporaciones a la adquisición y empleo de armas, alimenta día a día esta amenaza".
      "La vida civilizada, como la llamamos, es una gran torre blancaque celebra los logros de la humanidad, pero en lo alto de la misma siempre hay una gran nube negra. El progreso humano está dominado por una crueldad inimaginable y por la muerte. Las masacres y asesinatos en masa se han convertido en el logro supremo de la civilización".
      Y un canto a la esperanza: "Los problemas económicos y sociales descritos en este ensayo, así como la pobreza y el hambre, pueden hallar solución mediante el pensamiento y la acción". En eso debemos estar.
      Un saludo.

  5. albert
    albert Dice:

    Seguimos con el nacionalismo de siglos pasados. Puestos a proponer ¿por qué no pasar a la soberanía nacional europea? ¿Renunciar a banderas e himnos ya demasiado ondeados y escuchados?

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