La puerta trasera del Consejo de Estado
Una de las primeras cosas de las que se preocupó el señor Rodríguez Zapatero al llegar al Gobierno fue la de asegurarse su futuro económico, incrementando lo que le correspondería como ex Presidente del Gobierno con un confortable sillón bien remunerado en el Consejo de Estado. Al efecto se promovió una ley-medida, la Ley Orgánica 3/2004, por la que se modificó el artículo 8.1 de la Ley del Consejo de Estado:
“Quienes hayan desempeñado el cargo de Presidente del Gobierno adquirirán la condición de Consejeros natos de Estado con carácter vitalicio, y en cualquier momento podrán manifestar al Presidente del Consejo de Estado su voluntad de incorporarse a él.
Además de formar parte del Pleno del Consejo de Estado, podrán desempeñar las funciones y cometidos que se prevean en el reglamento orgánico, el cual incluirá las disposiciones pertinentes respecto de su eventual cese, renuncia o suspensión en el ejercicio efectivo del cargo de Consejero nato.
Su estatuto personal y económico será el de los Consejeros permanentes, sin perjuicio del que les corresponda como ex Presidentes del Gobierno”.
El Consejo de Estado, según el artículo 107 de la Constitución Española, es el supremo órgano consultivo del Gobierno. Es de suponer que para ser miembro del mismo deba tenerse un acreditado historial de servicios relevantes a la Nación.
La incorporación del ex Presidente al Consejo supondría una auténtica burla a los cientos de miles de españoles que lo están pasando económicamente muy mal precisamente por las malas políticas y decisiones adoptadas por el todavía Presidente del Gobierno en funciones. Qué no decir de los funcionarios que, lejos de contar con dos cuantiosos sueldos contra las arcas públicas, ven rebajada su remuneración.
Es costumbre que el Consejo de Estado de la bienvenida a los nuevos miembros de la institución. Me pregunto quién será el tiralevitas que asuma las funciones de padrino y pase el mal trago de tener que redactar una laudatio en la que se de cuenta de los “méritos” del ex Presidente para ocupar el cargo. Por lo general, se suelen silenciar los deméritos, pero en este caso son de mucho peso y de una notoriedad deslumbrante. Tanto que sus actuaciones más relevantes han llevado a la ruina económica y al descrédito internacional de España, y a la vergüenza nacional de tener que realizar una enmienda a la Constitución “ordenada” por las instituciones europeas, para escarnio de todos los españoles.
Creo que debería promoverse cuanto antes una derogación del artículo 8.1 de la Ley Orgánica del Consejo de Estado. Mientras tanto, el pundonor debería llevar al Sr. Zapatero a elegir la opción de no incorporarse al Consejo, como servicio a la Patria. Los dos ex presidentes anteriores así lo hicieron, pues parece ser que saben ganarse la vida sin un comportamiento parasitario a costa de las ubres del Estado.
Abogado. Tiene varios másteres oficiales y otros títulos de posgrado en Derecho Procesal Civil, Administración Concursal, Derecho Tributario y Derecho empresarial. Ha publicado varios libros jurídicos y ha participado en otros de carácter colectivo. Ha publicado más de 400 artículos en las principales revistas jurídicas y en los principales diarios de información económica.