Reseña de las Jornadas sobre el estado de la Justicia en la prensa digital

Un resumen amplio de las Jornadas se ha publicado en la web www.diariojuridico.com y puede consultarse aquí

1 comentario
  1. escribano
    escribano Dice:

    Información publicada en el diario La Opinión de Málaga con la que estoy de acuerdo salvo que la Nueva Oficina Judicial haya constituido un fracaso
    JOSÉ ANTONIO SAU
    La reforma de la Nueva Oficina Judicial (NOJ) ha sido un fracaso allá donde se ha puesto en marcha. Eso es un hecho objetivo. Los jueces quieren cargarse la reforma –que suprime los juzgados y crea macroservicios comunes de gestión, tramitación o notificación, por ejemplo–, porque les relega a dos funciones: juzgar y hacer cumplir lo juzgado, desposeyéndoles de su posición de cabezas visibles de la oficina, o eso creen algunos secretarios judiciales. Por eso, siempre que se informa de la oficina judicial, o eso opina esencialmente el colectivo de fedatarios –es su impresión–, se ofrece una perspectiva negativa, porque se asume el punto de vista que tendrían las asociaciones profesionales de magistrados.

    Pero los secretarios creen que la Oficina Judicial no ha salido adelante allá donde se ha implementado por falta de medios, y no por un mal diseño. El PP, más proclive a la judicatura, pretende repensar esa reforma empantanada, pero los secretarios creen que la criatura está bien parida; sólo hacen falta medios materiales y humanos para echarla a andar en condiciones.

    Entre otras cosas, las reformas de las leyes procesales que preludiaban la llegada de la oficina judicial dieron un papel más destacado a los secretarios judiciales, juristas como los que más, que ahora, por ejemplo, hacen los señalamientos de los juicios, deciden, en la jurisdicción civil, sobre la admisión o no de la demanda o presiden el acto de conciliación, amén de tramitar la ejecución de sentencia.

    El hecho de que el señalamiento pasara a depender del secretario se hizo con un fin político, dijeron algunos, pues el juez es independiente y el secretario depende del Ministerio de Justicia, pero en la práctica los fedatarios han seguido señalando allá donde lo hacían y, donde antes fijaban los juicios los jueces, la cosa ha seguido igual.

    La llegada del PP al Gobierno puede suponer, por tanto, que estalle una nueva polémica entre dos colectivos judiciales condenados a entenderse. El pensamiento de la mayor parte de los secretarios es el siguiente: el modelo ha fallado por la mala ejecución y la falta de dinero; es obvio que los jueces quieren cargarse ese modelo, que es el correcto, porque la especialización siempre procura eficacia y eficiencia; los togados deben dedicarse a juzgar y a hacer ejecutar lo juzgado; y los secretarios, hasta ahora, han demostrado que pueden ser, no sólo los gerentes del juzgado, sino juristas con capacidad de decisión en determinados trámites del proceso. Eso es lo que opinan los fedatarios. Ahora queda saber cómo se lo toman los jueces, y si en el escenario que está por venir en enero vendrá preñado de una nueva pelea.

  2. escribano
    escribano Dice:

    Información publicada en el diario La Opinión de Málaga con la que estoy de acuerdo salvo que la Nueva Oficina Judicial haya constituido un fracaso
    JOSÉ ANTONIO SAU
    La reforma de la Nueva Oficina Judicial (NOJ) ha sido un fracaso allá donde se ha puesto en marcha. Eso es un hecho objetivo. Los jueces quieren cargarse la reforma –que suprime los juzgados y crea macroservicios comunes de gestión, tramitación o notificación, por ejemplo–, porque les relega a dos funciones: juzgar y hacer cumplir lo juzgado, desposeyéndoles de su posición de cabezas visibles de la oficina, o eso creen algunos secretarios judiciales. Por eso, siempre que se informa de la oficina judicial, o eso opina esencialmente el colectivo de fedatarios –es su impresión–, se ofrece una perspectiva negativa, porque se asume el punto de vista que tendrían las asociaciones profesionales de magistrados.

    Pero los secretarios creen que la Oficina Judicial no ha salido adelante allá donde se ha implementado por falta de medios, y no por un mal diseño. El PP, más proclive a la judicatura, pretende repensar esa reforma empantanada, pero los secretarios creen que la criatura está bien parida; sólo hacen falta medios materiales y humanos para echarla a andar en condiciones.

    Entre otras cosas, las reformas de las leyes procesales que preludiaban la llegada de la oficina judicial dieron un papel más destacado a los secretarios judiciales, juristas como los que más, que ahora, por ejemplo, hacen los señalamientos de los juicios, deciden, en la jurisdicción civil, sobre la admisión o no de la demanda o presiden el acto de conciliación, amén de tramitar la ejecución de sentencia.

    El hecho de que el señalamiento pasara a depender del secretario se hizo con un fin político, dijeron algunos, pues el juez es independiente y el secretario depende del Ministerio de Justicia, pero en la práctica los fedatarios han seguido señalando allá donde lo hacían y, donde antes fijaban los juicios los jueces, la cosa ha seguido igual.

    La llegada del PP al Gobierno puede suponer, por tanto, que estalle una nueva polémica entre dos colectivos judiciales condenados a entenderse. El pensamiento de la mayor parte de los secretarios es el siguiente: el modelo ha fallado por la mala ejecución y la falta de dinero; es obvio que los jueces quieren cargarse ese modelo, que es el correcto, porque la especialización siempre procura eficacia y eficiencia; los togados deben dedicarse a juzgar y a hacer ejecutar lo juzgado; y los secretarios, hasta ahora, han demostrado que pueden ser, no sólo los gerentes del juzgado, sino juristas con capacidad de decisión en determinados trámites del proceso. Eso es lo que opinan los fedatarios. Ahora queda saber cómo se lo toman los jueces, y si en el escenario que está por venir en enero vendrá preñado de una nueva pelea.

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