¿Por qué no hay Derecho?

Desde que hace un año y medio lanzamos este blog con el  nombre ¿Hay Derecho? hemos publicado casi 700 posts con miles de comentarios. Cada uno de los post es un intento de contestar, a su modo y de forma particular, a la pregunta del título. Pero, al mismo tiempo, todos ellos contribuyen a formar un mosaico que proporciona una visión de conjunto del estado actual de la sociedad española, el cual indica, a nuestro juicio, que en estos momentos, en España, no hay Derecho. No hay un Estado de Derecho suficientemente digno de tal nombre.

 

PORQUE todas las instituciones, que deberían controlarse unas a otras, están sometidas al pacto político y no cumplen con su función.

PORQUE es constitucional o no lo que decide la mayoría parlamentaria y no lo que indica el sentido común y la propia Constitución.

PORQUE la confluencia de intereses entre política y poder financiero es tal, que ambos se han colocado al margen de cualquier exigencia de responsabilidades.

PORQUE, después de cinco años de crisis, nosotros nos hemos recortado, pero cuando es el Estado el que tiene que recortar, no se atreve o no puede.

PORQUE no tenemos dinero y seguimos pagamos diecisiete miniestados que hacen lo mismo y que se rebelan cuando se les intenta tocar.

PORQUE se suben los impuestos a los que cumplen y se los bajan a los que incumplen y se dice así, tranquilamente.

PORQUE, pese a que ya no hay dinero, la clase política sigue pensando que la política es su medio de vida y no está dispuesta a renunciar a él.

PORQUE no es democrático presentarse a unas elecciones con un programa electoral y después tirarlo a la basura al día siguiente “porque las circunstancias nos obligan”.

PORQUE no se puede mentir todos los días a los ciudadanos, tratarlos como a idiotas y contar las cosas en inglés a los inversores, dado que los ciudadanos somos bastante más espabilados y hablamos bastante mejor inglés que nuestros políticos.

PORQUE tenemos representantes políticos elegidos en listas cerradas que no entrarían ni de becarios en una pyme y que cuando abren la boca producen sonrojo.

PORQUE no queremos una “democracia formal” donde solo nos quieren para votar y luego ellos se lo guisan y ellos se lo comen y luego nos mandan callar.

PORQUE se está legislando por Real Decreto-ley todos los días, en ocasiones con muy dudosa base constitucional.

PORQUE en otros países el Gobierno informa continuamente sin cortapisas, y la prensa no comulga con ruedas de molino.

 

Y así podríamos seguir.

 

En estos días de manifestaciones, protestas ciudadanas, manifiestos, proclamas e indignación general en el que los ciudadanos nos seguimos preguntando qué podemos hacer, recordemos los cauces que sí están abiertos para todos y que son básicamente los de la opinión pública y la presión canalizada a través de los medios que todavía nos quedan.  Frente a los exabruptos de unos políticos –o sus corifeos mediáticos- que mandan callar a ciudadanos que expresan su desconcierto, su indignación, su decepción o de forma más constructivas sus propuestas y deseos de cambio, incluida la petición de un referéndum previsto en nuestra Constitución, los políticos son sólo unos representantes de los ciudadanos, por lo menos mientras esto siga siendo una democracia, por muy defectuosa que sea. Así que hay que seguir hablando y diciendo lo que pensamos. Si los medios de comunicación de masas no quieren hacerse eco de la voz de los ciudadanos, no se preocupen que ya lo harán las redes sociales u otros medios, incluidos los extranjeros que están bastante interesados por saber como funciona de verdad el Estado español. Se lo decimos de buena tinta.

 

Creemos que la democracia española necesita fijarse una serie de líneas fundamentales de actuación, líneas no rojas, sino verdes, porque de lo que se trata es de traspasarlas,  de superar una situación como la actual, de enorme desgaste y deterioro. No pretendemos ser originales al señalarlas, son conceptos básicos en los que todos podemos estar de acuerdo:

.- Una efectiva separación de poderes, lo que incluye que el ejecutivo y el partido mayoritario de la oposición no quieran controlar al poder judicial por medio del legislativo, aduciendo para ello que “representa la soberanía popular”

.- Una verdadera responsabilidad de los cargos políticos. En España, cuando se dice “asumo la responsabilidad del cargo”, se está queriendo decir “asumo el poder sin responsabilidad”. La impunidad es muy mala consejera.

.- Un Estado Autonómico adaptado a nuestras verdaderas necesidades. El que surge de la Constitución del 78 está hoy agotado. Hay que reestructurarlo, sin complejos, sin reparto generalizado de café y sin más objetivo que la eficiencia y el servicio al ciudadano.

.- Unos partidos políticos verdaderamente democráticos que puedan ofrecer una mínima resistencia al poder oligárquico de su élites, y una ley electoral que verdaderamente facilite la exigencia de responsabilidades a los políticos individualmente considerados.

.- Los organismos reguladores (Banco de España, CNMV) así como los cuerpos encargados de vigilar y controlar (interventores, inspectores de Hacienda) deben ser independientes y ejercer su labor de control  de los poderes y de protección al ciudadano, frente a los abusos del poder sea político o económico.

 

Pero no basta con proponer lo obvio, es necesario implicarse activamente en su consecución, cada uno en la medida de sus posibilidades. En los comentarios al post de ayer de nuestro colaborador José María Pérez se criticaba a los funcionarios por haber estado demasiado tiempo callados sin haber denunciado los abusos de los que han sido testigos.

 

Pues bien, este blog se creó con la finalidad de analizar la realidad española desde el punto de vista social, jurídico, político y ético, criticar y denunciar lo que se considere criticable y hacer propuestas de mejora. Estamos abiertos a los manifiestos, sugerencias, propuestas, denuncias, que ustedes quieran difundir a través del blog  en relación con casos concretos que ustedes conozcan. Se pueden hacer a través del correo electrónico,  pero deben de firmarlas ustedes con su nombre y apellidos. No es necesario que escriban ustedes un post, podemos hacerlo nosotros, pero necesitamos saber quien nos envía la información, aunque no le daremos difusión a su identidad si ustedes nos lo piden.  Intentaremos serles de utilidad y darles la mayor difusión posible, pero recuerden que no somos perfectos y podemos cometer errores.

 

Esta es nuestra obligación moral como ciudadanos. Sabemos que es difícil, pero eso no es excusa. Como decía Hanna Arendt, los malos siempre ganan por el desistimiento de los buenos.  Recuerda Norman Manea una preciosa anécdota (que recoge Aurelio Arteta en su libro ya recomendado en este blog “Tantos tontos tópicos”):  “¿Por qué continuar predicando si sabes que no puedes cambiar a los malvados?”, le preguntaron a un rabino. “Para no cambiar yo”, fue su respuesta.