Historias de “mafia siciliana” en Mallorca: el caso Ca´n Domenge

Hace escasos días ha quedado visto para sentencia en la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca el juicio contra la cúpula del partido Unió Mallorquina, comandada por la inefable María Antonia Munar,  por el sonado caso conocido como “Ca’n Domenge”. En un post publicado hace un año en este mismo blog (María Antonia Munar como paradigma) a raíz de la condena de esta misma señora por un caso anterior, ya expliqué las peculiaridades de una figura política que, presidiendo un partido minúsculo que obtenía no más 30.000 votos en cada una de las elecciones celebradas en la isla, se convirtió en ama y señora de la política mallorquina durante más de quince años, coaligándose alternativamente con uno u otro de los dos grandes partidos mayoritarios. Voy a contarles ahora una más de las hazañas de este irrepetible personaje, en un caso que ha saltado a los medios de comunicación de toda España porque el Fiscal Anticorrupción de Baleares Juan Carrau, en sus conclusiones en el juicio oral recién celebrado, comparó a Munar y a su partido con la delincuencia organizada propia de la mafia siciliana, haciendo  referencia en su alegato a figuras legendarias como el Juez Falcone y el capo Totó Riina, que fue capturado gracias a la colaboración de arrepentidos, como ha sucedido, en cierto modo, en el caso que nos ocupa.
 
Ca’n Domenge era probablemente, en el año 2005, el solar de titularidad pública más valioso de la isla de Mallorca. Sus 52.200 metros urbanos situados junto al casco de Palma, al lado de la Vía de Cintura y con acceso directo por una de las arterias principales de la ciudad, le convertían en la joya de la corona de las propiedades del Consell de Mallorca, la antigua Diputación Provincial, presidida entonces por Doña María Antonia Munar. Además de su excelente ubicación, su calificación urbanística permitía la edificación de casi 600 viviendas de lujo, lo que hacía de él, en aquellos años dorados, un más que jugoso bocado. Pues bien, estando tasado el solar por la Agencia Tributaria en 57,8 millones de euros, la Sra. Munar y sus lugartenientes Miquel Nadal (Vicepresidente del Consell de Mallorca), Bartomeu Vicens (Conseller de Territorio), y Miquel Angel Flaquer (Conseller de Economía y Hacienda) elaboraron un concurso público para su venta, que se publicó el 3 de enero de 2006 (en plenas fiestas navideñas), y concedieron un breve plazo de 15 días (de los cuales sólo 10 fueron laborables) para presentar una propuesta de compra que debía incluir un proyecto arquitectónico para la edificación de las 600 viviendas. Terminado ese limitadísimo plazo, adjudicaron el solar a la UTE formada por Sacresa (empresa de la familia Sanahuja) y la mallorquina Ferrá Tur, que presentaba un proyecto del afamado arquitecto francés Jean Nouvel y había ofrecido sólo 30 millones de euros, desechando otras ofertas como la del ex Presidente del Fútbol Club Barcelona José Luis Núñez, que había ofrecido 60 millones en el mismo concurso. Para vestir la peculiar adjudicación, idearon el artificio de poner un “precio máximo” a la venta, cosa inaudita en un concurso público, alegando que lo importante de verdad era el proyecto arquitectónico para la ciudad de Palma. Por supuesto, y como después se supo, lo “importante de verdad” era otra cosa, bastante más inconfesable. Evidentemente, las entidades adjudicatarias fueron más que “generosas” con los jefes políticos del Consell de Mallorca, a los que regaron con, por lo menos, 4 millones de euros en dinero negro, tal como, tras varios años “macerándose” en prisión por otro asunto menor, se encargó de contar a la Fiscalía el “arrepentido” ex Conseller de Territorio Bartomeu Vicens.
 
Hasta aquí la penosa historia del concurso de Ca’n Domenge, que está siendo tratada con profusión por todos los medios de comunicación locales, y que ha saltado a la prensa nacional dados los llamativos calificativos empleados por el Fiscal en el juicio oral recientemente finalizado, comparando a la banda de UM con la mafia siciliana, y defendiendo la escasa pena de 8 meses de prisión solicitada para el “arrepentido” Vicens equiparándole a los pentiti sicilianos, cuyo testimonio permitió la captura del despiadado capo Salvatore “Totó” Riina.
 
Pero una vez contado esquemáticamente lo anterior, que es lo que han hecho estos días con mayor o menor fortuna la mayoría de medios de comunicación, no puedo dejar de ser fiel al ideario de este blog y tengo que añadirles a ustedes algo más, una triste y preocupante “intrahistoria”, sólo narrada públicamente por unos pocos, que ha discurrido en forma paralela al desarrollo e investigación de este escándalo inmobiliario de primera magnitud. Congraciándome sobremanera, como ciudadano de mi tierra, por el enjuiciamiento de la cúpula de Unió Mallorquina, por los contundentes alegatos del Fiscal Carrau, y por la más que previsible condena de quienes han dilapidado en beneficio propio el patrimonio público de todos los mallorquines, tengo que decirles, con indudable preocupación, que el éxito de esta concreta investigación no se debe, en absoluto, a quienes se han pavoneado estas semanas frente a los acusados y ante el Tribunal de la Audiencia de Palma dando sonoros titulares a los medios. Este asunto ha llegado a juicio por el empeño y valor de unos pocos héroes casi anónimos que, contra viento y marea, y con la postura de perfil del Ministerio Público hasta hace escasos meses, osaron y persistieron en denunciar e investigar a la hasta hace muy poco intocable y poderosa“Presidenta de Mallorca”.
 
La denuncia pública del nauseabundo amaño del concurso de Ca’n Domenge no la hizo la Fiscalía Anticorrupción de Baleares, tan activa y contundente durante los últimos años en temas que afectaban a otros políticos de un partido diferente, sino que la fue haciendo, casi en tiempo real, desde principios del año 2006, un solo medio de comunicación, de los bastantes que tenemos en Baleares. Los demás medios, sometidos al generoso chorro subvencionador de Doña María Antonia o de sus aliados políticos, callaron vergonzosamente durante casi siete años. La querella no fue interpuesta por el implacable Fiscal Anticorrupción Carrau, ni por el Fiscal Jefe Barceló, quien preguntado varias veces nunca veía “nada extraño” en este tema, sino ya en el año 2007 y por uno de los promotores perdedores del concurso, al que después “obsequió” la Sra. Munar con la increíble protección de un edificio que tenía que derribar en primera línea de Palma para edificar una costosa promoción de pisos de lujo en unos terrenos que ya tenía adquiridos y proyectados con todos los pronunciamientos legales a su favor. Y la investigación judicial del escándalo, limitada en principio a sus subalternos, sólo alcanzó de lleno a la Presidenta Munar, cerebro del asunto, gracias al valor y sabiduría jurídica de un Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Baleares, a quien se encomendó la instrucción del caso tras ser imputados los aforados Nadal y Vicens por la Jueza de Instrucción que se estaba encargando de la investigación. Este Magistrado ordenó, en noviembre de 2009, el registro de la sede de la empresa adjudicataria Sacresa  en Barcelona, y encontró la documentación manuscrita que probaba el amaño del concurso.
 
Por todo ello, en nombre de todos los mallorquines y también de los españoles de bien, gracias a El Mundo de Baleares, a Don José Luis Núñez, a Doña María del Carmen González y a Don Francisco Javier Muñoz. Así se llaman los verdaderos héroes de este caso.