Ser docente en España

Hace unas semanas un amigo nos remitió una carta contándonos su experiencia como aspirante a docente en la universidad española. Al leerla nos han venido a la mente recuerdos de nuestra experiencia en la Facultad de Derecho. Ese entrañable profesor que te obligaba a leer el libro del catedrático en voz alta y por turno; ese otro que pese a que la Constitución llevaba unos años en vigor insistía en enseñarte las Leyes Fundamentales; esos otros expedientados por las más variadas razones que continuaban años en su puesto como si nada hubiera pasado; o incluso a aquellos que daban un aprobado general (un cinco a los de la mañana y un siete a los de la tarde) sin aparecer, lógicamente, por clase. Acompañados, por supuesto, de unos cuantos de nivel internacional que no se sabía muy bien qué hacían por ahí pero cuyas magníficas clases compensaban el esfuerzo de levantarse por la mañana. Nos comentan que comparado con lo que ocurre hoy aquella era una época de competencia y rigor.  Quizás, para mejorar un poco la calidad de nuestra enseñanza universitaria, habría que facilitarles las cosas a los buenos y complicárselas a los malos. Pero en España eso parece muy difícil.
Ahí va la carta de Joel:
“A continuación expongo mi experiencia tratando de encontrar trabajo como profesor de matemáticas en España. No ha sido una experiencia positiva, y  ahora que llevo varios años trabajando fuera del mundo académico, me pregunto, y os pregunto si “¿es normal?”.
Primero, me doctoré en matemáticas en diciembre de 2002, en el prestigioso (aunque no va del todo por ahí el tema) departamento de matemáticas de UCLA. Mi tesis fue bien recibida y saqué dos publicaciones de ella. Durante los cuatro primeros años como estudiante de doctorado en UCLA fui un ayudante a profesor, dando clases, corrigiendo deberes, exámenes y manteniendo tutorías. También di varias clases particulares durante esta etapa. En junio de 2004 me invitaron a un congreso internacional en la Memorial University St. Johns (Canada) sobre el tema “Nielsen Theory and Related Topics”.
Por razones de salud me vine a España, ya que aquí vive mi familia, después de dejar un buen trabajo como investigador operativo para el ejército de tierra de EEUU. Ya recuperado me puse a buscar trabajo como profesor de matemáticas, me “limité” al territorio Español.
Primer obstáculo: acreditación por parte de la ANECA. Incluye un CV, por cada invitación a un congreso incluye la carta de invitación, por cada artículo la primera página, y la revista, índice de impacto etc…, por cada experiencia laboral algo que la certifique, fotocopias de título de doctor y licenciatura, con las notas para todos las asignaturas recibidas…. todo ello traducido por un traductor jurado.
Indica para qué categorías te gustaría acreditarte. La más baja no requiere ni siquiera el título de doctor, las demás sí.
Indiqué todas las demás.
Me contestaron diciendo, en un español bastante rebuscado, y donde se podría quizás interpretar un poco de sarcasmo (pero por lo menos dirigida expresamente a mí) que no tenía la suficiente experiencia docente y que no tenía las suficientes publicaciones, presentaciones, y que no había dirigido ninguna tesis doctoral.
Entonces había dado 4 años de clases en UCLA, clases particulares a todos los niveles, había participado en el seminario de topología de UCLA, había sido invitado a una conferencia internacional y había publicado 4 artículos.
Ahora bien, sin la ANECA no me podían considerar siquiera (por ley) para ningún trabajo como profesor universitario de matemáticas, ni en la pública, ni por lo visto, en la privada, donde siempre me la pedían… Salvo en el campus Madrileño de Saint Louis University, donde tuve la suerte de poder hacer una sustitución durante un semestre y el verano. Obviamente Saint Louis University no es una universidad española.
Sigo publicando artículos y dando presentaciones en conferencias internacionales pero como “amateur”.
Me siento excluido. Aunque me acreditasen ahora, llevo demasiados años fuera del mundo académico para luego poder competir con las demás candidaturas.
Tampoco he podido homologar mi licenciatura en matemáticas de la Universidad de Chicago. Sólo pude conseguir una homologación por una licenciatura genérica.
No di todas las asignaturas que se dan aquí, ni tan siquiera incluyendo las del doctorado, sin embargo di otras…  Curiosamente, tengo convalidado mi doctorado por la Universidad Complutense de Madrid.
Sin esta homologación no puedo presentarme para una oposición a  profesor de instituto.
Y esta ha sido mi experiencia.
Conclusión: no sirve de nada estudiar fuera y luego venir a buscar trabajo como profesor de matemáticas en España.
Gracias por escucharme.
Un saludo.
Joel Better Alonso”