Entrevista a los autores del libro ¿Hay Derecho?(I)

Transcribimos aquí la primera parte de la entrevista que iAhorro hizo a los autores del libro ¿Hay Derecho?

Entrevista a los autores de ¿Hay derecho?: no hay verdadera Democracia sin Estado de Derecho
Fernando Gomá Lanzón (notario experto en iAhorro.com), coautor del libro ¿Hay Derecho? junto a Elisa de la Nuez (abogado del Estado), Ignacio Gomá Lanzón (notario), Fernando Rodríguez Prieto (notario) y Rodrigo Tena Arregui (notario), han aceptado contestar a una entrevista colectiva, algo que sin duda supondrá una información muy valiosa de lo que piensa este elenco de profesionales de primer nivel de la calidad de nuestra democracia.
Dada la extensión y máxima calidad de las respuestas, vamos a dividir en tres partes la entrevista, que publicaremos hoy y en los sucesivos días.
Además de la importancia de conocer lo que piensan que funciona mal en nuestro país, en relación a temas tan importantes como la aplicación real de la Constitución en España, la necesaria independencia del Tribunal Constitucional y del Supremo, o los efectos de la burbuja normativa en nuestra economía, su labor de divulgación nos ayudará a conocer qué cambios se necesitarían aplicar para llegar a tener, algún día, una democracia de máxima calidad, y no una cupulocracia ineficiente que no trabaja por el interés general, sino por los suyos propios.
Sin más dilación, empecemos con este viaje al centro del sistema ejecutivo, legislativo y judicial patrio.
Autores del libro ¿Hay derecho?
1.- El autor del libro ¿Hay derecho? que figura en la portada es Sansón Carrasco, ¿nos podríais explicar quién es este personaje y por qué lo habéis elegido como representante del grupo de autores?
Respuesta:
Razones editoriales hacían que no se pudiera comercializar el libro con el nombre de los cinco autores en la portada, de modo que había que ofrecer un nombre colectivo, y elegimos Sansón Carrasco, el cual es un personaje del Quijote, el bachiller que en la primera parte de la novela realiza un escrutinio de la biblioteca del Quijote, y en la parte final le derrota en “singular combate” y le obliga a dejar las armas –y su locura- y volver a casa. Nos pareció un nombre sonoro, muy español y con un cierto simbolismo, y por eso lo escogimos.
Valoración de partidos tipo Podemos
2.- Desde el primer momento habláis de la responsabilidad personal de cada uno y de la importancia de votar con una buena cultura democrática, dejando de ejercer el derecho al voto solo en base a la afinidad ideológica, castigando la corrupción y la mala gestión de los recursos públicos. ¿Qué valoración hacéis de la irrupción de un partido claramente ideológico pero de fuera del sistema político tradicional como Podemos? ¿Notáis un cambio real en la importancia que da el ciudadano a la política?
R: La irrupción de Podemos es, sin duda, un síntoma de que muchos ciudadanos están tomando en consideración la situación política y de que se encuentran muy en desacuerdo con ella y con la corrupción y demás males que denunciamos en el blog y también de que están dispuestos a movilizarse, incluso con opciones no tradicionales. Pero, dicho ello, es preciso simultáneamente alertar del peligro que tienen aquellos planteamientos políticos que proponen, más o menos abiertamente, una ruptura con el sistema político bajo el reclamo de la Democracia participativa que, en realidad esconde una democracia sin Estado de Derecho. Esto es lo que tantas veces repetimos en el blog y en el libro: no hay verdadera Democracia sin Estado de Derecho porque aunque podamos votar, el poder sin control, sin igualdad y sin procedimiento abocan a la corrupción y al abuso.
Eso significa que debemos luchar con las armas del Estado de Derecho, por mucho que ciertamente estas hayan sido en buena medida “confiscadas” por el sistema. Y ello significa también que se nos exige un esfuerzo suplementario como ciudadanos, pues hoy serlo implica responsabilidades que van más allá de votar cada cuatro años: es preciso informarse, participar, reclamar, asociarse, exigir transparencia y, por supuesto, no votar por una simple y presunta afinidad ideológica que en realidad supone comulgar también con todas las malas prácticas que ese partido u opción pueda haber tenido.
No decimos que haya que votar o no a uno o a otro partido: simplemente que juzguemos con la razón y no con el corazón y menos con la historia o la tradición y no toleremos a los políticos lo que no toleraríamos a nuestros, amigos, nuestros familiares, nuestros jefes o subordinados. Nos va mucho en ello, más de lo que parece.
Reformar la Constitución
3.- La Constitución es la Ley de Leyes cuyo texto determina el resto de nuestro ordenamiento jurídico. En el libro se cuestiona tanto la vigencia de lo establecido en el Carta Magna como su aplicación real. ¿Deberíamos cambiar la Constitución y, además, el funcionamiento del Tribunal Constitucional que vela por su aplicación?
R: Empezando por lo fácil, para mejorar el funcionamiento del TC bastaría con despolitizar el nombramiento de los magistrados (no olvidemos que el actual Presidente ha tenido carnet del PP, lo que se le “olvidó” comentar en el Congreso por cierto) y devolverle la profesionalidad y la neutralidad que caracterizó a sus mejores años de funcionamiento. Debería también potenciarse la selección objetiva y neutral de los letrados del Tribunal Constitucional. No puede ser tampoco que los recursos de inconstitucionalidad se resuelvan antes o después en función de los intereses del Gobierno de turno (caso reciente recurso sobre la reforma laboral vs recurso contra la ley del aborto vigente).
La Constitución tiene, a nuestro juicio, dos problemas: de incumplimiento en muchos de sus artículos, particularmente por parte de quienes son los principales garantes y responsables de su cumplimiento que son los Poderes Públicos (el caso del gobierno catalán es quizá el más flagrante, pero hay muchos más) y de falta de adecuación a la realidad puesto que España es, en el 2014, un país y una sociedad muy distintos al que era en 1978. No hay que tener miedo a abordar una reforma constitucional, máxime cuando ya se está haciendo “de facto” por la puerta trasera. Si somos serios, tenemos que tener una Constitución que se cumpla. Propondríamos empezar a estudiar desde un punto de vista jurídico las cuestiones que habría que reformar para que no haya que improvisar “sobre la marcha” aunque por supuesto lo más importante sería alcanzar un consenso político lo más amplio posible para ver qué tipo de país queremos para los siguientes 40 años.
El Rey
4.- ¿Cuál es vuestra opinión sobre la figura del Rey en España y sus prerrogativas ante la Justicia?
R: Si te refieres a don Juan Carlos, pensamos que ha hecho contribuciones muy importantes al país, especialmente durante la Transición. Pero la forma de agradecérselo no es facilitarle por la puerta de atrás una aforamiento universal para todo tipo de cuestiones civiles y penales, que en su caso particular, además, no se justifica desde el momento en que no desempeña cargo público alguno. Esa medida habla mal del legislador (que desconfía de los jueces no controlados o influidos por el poder político) transmitiendo así un mensaje nefasto al país, y, lamentablemente, también del propio ex monarca, que una vez perdida su inviolabilidad parece necesitar urgentemente la ultra protección que proporcionan nuestros altos tribunales politizados y de la que no disfruta ningún ex Jefe de Estado de ningún país democrático.
Demasiados aforados
5.- ¿Hay demasiados aforados en España? ¿Qué sentido tiene el aforamiento?
R: Sin duda los hay. Más de diez mil parece muchos, cuando no debería haber ninguno, o como máximo uno: el Presidente del Gobierno. Así ocurre en la mayoría de los países de nuestro entorno. El aforamiento pretende justificarse con una serie de argumentos que no resisten el más mínimo análisis, como hemos intentado demostrar en el blog. Si en nuestro país al que interpone querellas injustificadas no le pasa nada, la respuesta no consiste en salvar de la quema a unos cuantos privilegiados, sino resolver el problema. En España existe la acusación popular, a diferencia de otros países, sin duda, pero aparte de que en estos la fiscalía goza de mucha mayor autonomía política, los intentos de acabar con aquella institución en España no se han visto acompañados de medidas tendentes a terminar con los aforamientos, precisamente. No seamos ingenuos, el sentido del aforamiento en nuestro país es rentabilizar al máximo el control político del Consejo General del Poder Judicial por nuestra partitocracia. Cuando uno controla de manera indirecta los nombramientos de jueces en los tribunales superiores, tiene una previsible tendencia a desear que sus causas particulares sean instruidas por esos mismos jueces, cuya comprensión de “los condicionamientos de la política” es sin duda alguna superior a la media.
El equipo de iAhorro.com agradece a los autores de ¿Hay derecho? esta exclusiva entrevista colectiva, que continuará en los próximos días.

10 comentarios
  1. Gonzalo García Abad
    Gonzalo García Abad Dice:

    Siendo todas las cuestiones interesantes, me parece que una cuestión de especial trascendencia es la de la despolitización del tribunal constitucional. En un ámbito me parece esencial, en el de los recursos de amparo. Un volumen muy grande de recursos de amparo, de los que muchos se basan en el derecho a la tutela judicial efectiva del artículo 24, puede llamar a una reforma de la justicia en aquellos aspectos donde se vea necesidad de mayores garantías, pero no al colapso del Tribunal Constitucional. Quizá sería mejor que se ocupase de este tipo de recursos una sala especializada del Tribunal Supremo, porque en ese campo, un órgano político como el Tribunal Constitucional, poco más creo que pueda aportar que un órgano jurisdiccional.
    En otros ámbitos como los recursos y cuestiones de inconstitucionalidad y los conflictos constitucionales de competencia, la labor del Tribunal Constitucional es una labor con un aspecto doble, jurídico y político. No creo que pueda eliminarse su naturaleza política, ya que al juzgar si se cumplen las reglas del juego político dadas por la Constitución Española, su actuación entra de lleno en el ámbito político. Las sentencias del Tribunal Constitucional han delimitado hasta dónde puede llegar el juego político sin una reforma constitucional. Se dice, y creo que con razón, que una Constitución debe ser lo suficientemente abierta como para permitir la alternancia política sobre la base de diferentes proyectos que quepan en ella. Pero, para ello, se necesita un inevitablemente alto grado de indeterminación en la redacción que otorga un protagonismo especial al Tribunal Constitucional en las posibilidades de reforma política. Creo que un Tribunal Constitucional formado por reconocidos juristas con un perfil político identificable, que no seguidista, es una buena opción si hay una buena representación de ideas diferentes, puede servir para realizar transacciones políticas que faciliten espacios de convivencia sin necesidad de recurrir a la reforma constitucional. Aunque pueda ser un buen sistema creo que está sujeto a amenazas, por lo que creo que existen posibilidades de mejora. Debería darse mayor acogida a las minorías, para evitar una reforma encubierta de la Constitución; cuando ocurra, debería lucharse contra la perversión del seguidismo político y contra la manipulación de los procedimientos; y creo que sería muy conveniente promover mucho más la independencia de los magistrados, independencia en todos los sentidos, desde el político al material.
    Reciban un cordial saludo.

  2. Gonzalo García Abad
    Gonzalo García Abad Dice:

    Siendo todas las cuestiones interesantes, me parece que una cuestión de especial trascendencia es la de la despolitización del tribunal constitucional. En un ámbito me parece esencial, en el de los recursos de amparo. Un volumen muy grande de recursos de amparo, de los que muchos se basan en el derecho a la tutela judicial efectiva del artículo 24, puede llamar a una reforma de la justicia en aquellos aspectos donde se vea necesidad de mayores garantías, pero no al colapso del Tribunal Constitucional. Quizá sería mejor que se ocupase de este tipo de recursos una sala especializada del Tribunal Supremo, porque en ese campo, un órgano político como el Tribunal Constitucional, poco más creo que pueda aportar que un órgano jurisdiccional.

    En otros ámbitos como los recursos y cuestiones de inconstitucionalidad y los conflictos constitucionales de competencia, la labor del Tribunal Constitucional es una labor con un aspecto doble, jurídico y político. No creo que pueda eliminarse su naturaleza política, ya que al juzgar si se cumplen las reglas del juego político dadas por la Constitución Española, su actuación entra de lleno en el ámbito político. Las sentencias del Tribunal Constitucional han delimitado hasta dónde puede llegar el juego político sin una reforma constitucional. Se dice, y creo que con razón, que una Constitución debe ser lo suficientemente abierta como para permitir la alternancia política sobre la base de diferentes proyectos que quepan en ella. Pero, para ello, se necesita un inevitablemente alto grado de indeterminación en la redacción que otorga un protagonismo especial al Tribunal Constitucional en las posibilidades de reforma política. Creo que un Tribunal Constitucional formado por reconocidos juristas con un perfil político identificable, que no seguidista, es una buena opción si hay una buena representación de ideas diferentes, puede servir para realizar transacciones políticas que faciliten espacios de convivencia sin necesidad de recurrir a la reforma constitucional. Aunque pueda ser un buen sistema creo que está sujeto a amenazas, por lo que creo que existen posibilidades de mejora. Debería darse mayor acogida a las minorías, para evitar una reforma encubierta de la Constitución; cuando ocurra, debería lucharse contra la perversión del seguidismo político y contra la manipulación de los procedimientos; y creo que sería muy conveniente promover mucho más la independencia de los magistrados, independencia en todos los sentidos, desde el político al material.

    Reciban un cordial saludo.

  3. Alfonso
    Alfonso Dice:

    Muy interesante, y estoy de acuerdo con casi todas las conclusiones. Echo de menos propuestas concretas, por ejemplo, ¿cómo piensan que se debería reformar el TC?
    Por ejemplo, el sr. González Abad en su respuesta intenta profundizar, pero sigue sin decir concretamente cómo prevendría los problemas de politización. Y se le olvida el problema de la endogamia, que no se si consideran que existe o puede existir.
    Voy a proponer algo más radical: si para interpretar (o aplicar, pero aplicar es interpretar) la Constitución necesitamos gente con conocimientos jurídicos pero además con sentido común y honestidad ¿por qué no elegimos democráticamente a los jueces del TC entre candidatos de la carrera judicial? Hagamos sus mandatos mucho más largos y no coincidentes con los ciclos del poder político. Así tengamos un poder que de verdad pueda servir de equilibrador de los otros dos.
    No sería perfecto, nada lo es, y no evitaría la politización, pero quizá ésta es inevitable, al fin y al cabo todos tenemos ideas y opiniones sobre temas subjetivos coincidentes con una u otra ideología o partido. De forma que si un candidato se quiere presentar y decir abiertamente que simpatiza con un partido, adelante, que sea el electorado el que decida si cree que esta persona puede ser garante de la Constitución o no.
    Aunque quizá como sociedad no se si tendríamos la suficiente madurez. Mirando alrededor y poniendo la televisión o abriendo un periódico, la verdad me entran dudas.
    En cuanto al coste de hacer esto, creo que quitando unos cuantos consejeros a dedo de aqui y allá nos lo podríamos permitir. Ahí lo dejo para que me digan que es una barbaridad, pero no veo por qué no puede funcionar.
    Y un matiz que espero no se tomen a mal: no intenten innovar en el género periodístico. Una “entrevista” a cinco personas donde las cinco responden colectivamente con una respuesta a una pregunta no es una “entrevista a los autores del libro”. Llámenlo de cualquier otra manera, pero no “entrevista a los autores del libro”.

  4. Alfonso
    Alfonso Dice:

    Muy interesante, y estoy de acuerdo con casi todas las conclusiones. Echo de menos propuestas concretas, por ejemplo, ¿cómo piensan que se debería reformar el TC?

    Por ejemplo, el sr. González Abad en su respuesta intenta profundizar, pero sigue sin decir concretamente cómo prevendría los problemas de politización. Y se le olvida el problema de la endogamia, que no se si consideran que existe o puede existir.

    Voy a proponer algo más radical: si para interpretar (o aplicar, pero aplicar es interpretar) la Constitución necesitamos gente con conocimientos jurídicos pero además con sentido común y honestidad ¿por qué no elegimos democráticamente a los jueces del TC entre candidatos de la carrera judicial? Hagamos sus mandatos mucho más largos y no coincidentes con los ciclos del poder político. Así tengamos un poder que de verdad pueda servir de equilibrador de los otros dos.

    No sería perfecto, nada lo es, y no evitaría la politización, pero quizá ésta es inevitable, al fin y al cabo todos tenemos ideas y opiniones sobre temas subjetivos coincidentes con una u otra ideología o partido. De forma que si un candidato se quiere presentar y decir abiertamente que simpatiza con un partido, adelante, que sea el electorado el que decida si cree que esta persona puede ser garante de la Constitución o no.

    Aunque quizá como sociedad no se si tendríamos la suficiente madurez. Mirando alrededor y poniendo la televisión o abriendo un periódico, la verdad me entran dudas.

    En cuanto al coste de hacer esto, creo que quitando unos cuantos consejeros a dedo de aqui y allá nos lo podríamos permitir. Ahí lo dejo para que me digan que es una barbaridad, pero no veo por qué no puede funcionar.

    Y un matiz que espero no se tomen a mal: no intenten innovar en el género periodístico. Una “entrevista” a cinco personas donde las cinco responden colectivamente con una respuesta a una pregunta no es una “entrevista a los autores del libro”. Llámenlo de cualquier otra manera, pero no “entrevista a los autores del libro”.

  5. O,Farrill
    O,Farrill Dice:

    Sólo aportar una precisión sobre “Podemos”. Creo que la única forma de hablar de esta organización, partido o lo que sea, con conocimiento de causa es desde dentro. Ya pasó con el movimiento 15M cuando se intentó desacreditarlo “desde fuera” e impedir su estructuración organizativa “desde dentro”. Resulta muy difícil y nos solemos equivocar al tratar de encasillar (empobrecer) el pensamiento crítico o diferente a lo conocido. Más vale empezar a pensar en que el batacazo de la representación política en todo el mundo occidental no se arregla con más leyes por muy “de transparencia” que sean, sino con nuevas formas de entender la convivencia social y política en el siglo XXI.

    • Fernando Rodríguez Prieto
      Fernando Rodríguez Prieto Dice:

      Podemos mucho me temo que no sea una “nueva forma de entender la convivencia social y política”, sino una bastante vieja de acabar con ella. Lo único que es nuevo en ese nuevo populismo/caudillismo es su envoltorio.
      No puede tener credibilidad alguna quien se proclama bolivariano, admirador de un sátrapa como Chavez y defensor de un régimen represor y que conduce a la miseria como el venezolano.
      Es curioso que en los años 30 los movimientos fascistas también tenían en muchos lugares ese aire posmoderno y pseudointelectual, y también se ofrecían como la superación de modelos caducos, las democracias parlamentarias, que permitían una explotación social con la que ellos iban a acabar.
      No puede sorprendernos que Iglesias ya haya abogado por mecanismos de control público de los medios de comunicación si vemos lo que ha ocurrido en Venezuela.
      Podemos es un engendro de nuestra crisis institucional y política. Puede acabar con nuestras libertades. Y ya ha engañado a demasiada gente que ingenuamente considera que puede ser una solución.

  6. O,Farrill
    O,Farrill Dice:

    Sólo aportar una precisión sobre “Podemos”. Creo que la única forma de hablar de esta organización, partido o lo que sea, con conocimiento de causa es desde dentro. Ya pasó con el movimiento 15M cuando se intentó desacreditarlo “desde fuera” e impedir su estructuración organizativa “desde dentro”. Resulta muy difícil y nos solemos equivocar al tratar de encasillar (empobrecer) el pensamiento crítico o diferente a lo conocido. Más vale empezar a pensar en que el batacazo de la representación política en todo el mundo occidental no se arregla con más leyes por muy “de transparencia” que sean, sino con nuevas formas de entender la convivencia social y política en el siglo XXI.

  7. misnotas
    misnotas Dice:

    planteamientos políticos que proponen, más o menos abiertamente, una ruptura con el sistema político bajo el reclamo de la Democracia participativa que, en realidad esconde una democracia sin Estado de Derecho. Esto es lo que tantas veces repetimos en el blog y en el libro: no hay verdadera Democracia sin Estado de Derecho porque aunque podamos votar, el poder sin control, sin igualdad y sin procedimiento abocan a la corrupción y al abuso.
    esa idea esencial, nuclear y genética para la soberanía popular no será fácil venderla entre los votantes. Exige esfuerzo y compromiso más intenso que la fácil repetición de consignas y comunión con el manual de campaña orquestado por expertos en marketin y manipulación social
    Muchos aplausos y elogios merece HAY DERECHO? por su encomiable labor educativa divulgativa.

  8. misnotas
    misnotas Dice:

    planteamientos políticos que proponen, más o menos abiertamente, una ruptura con el sistema político bajo el reclamo de la Democracia participativa que, en realidad esconde una democracia sin Estado de Derecho. Esto es lo que tantas veces repetimos en el blog y en el libro: no hay verdadera Democracia sin Estado de Derecho porque aunque podamos votar, el poder sin control, sin igualdad y sin procedimiento abocan a la corrupción y al abuso.

    esa idea esencial, nuclear y genética para la soberanía popular no será fácil venderla entre los votantes. Exige esfuerzo y compromiso más intenso que la fácil repetición de consignas y comunión con el manual de campaña orquestado por expertos en marketin y manipulación social

    Muchos aplausos y elogios merece HAY DERECHO? por su encomiable labor educativa divulgativa.

  9. Alfonso
    Alfonso Dice:

    No soy votante de Podemos, ni creo que lo sea, pero ¿podrían dejar de compararlo con Venezuela? ¿podrían centrarse en qué planteamientos de Podemos simplemente NO son posibles ni realistas?
    Populismos hay muchos, escoger Venezuela porque el que es ahora líder en algún momento pensara que era lo mejor para España es un error por tres razones: la primera, porque ese señor hoy día simplemente dice que ya no le parece así. La segunda porque puede que haya parte del electorado que escuche al líder de Podemos cuando dice eso, y le crea, sobre todo si el mensaje viene de la trinchera de la prensa conservadora. Y la tercera porque si uno se pone a mirar con paciencia podría encontrar algo en el régimen Chavista, no todo ni mucho menos, que valiera la pena copiar.
    Podemos tiene suficientes planteamientos imposibles (¿deuda ilegítima?, ¿jubilarse antes? ¿vivienda social? ¿nacionalización?) como para que sin recurrir a argumentos tan simplistas se pueda desmontar con facilidad el castillo en el aire que son las promesas de Podemos. Dejen de hablar de Venezuela, que les están haciendo un favor.

    • Fernando Rodríguez Prieto
      Fernando Rodríguez Prieto Dice:

      Estimado Alfonso, de Podemos hay mucho que hablar, y hablaremos. Pero creo que es muy interesante hablar de Venezuela y de la estrategia chavista de toma del poder, y posterior ejercicio del mismo, porque supone una interesante prueba de realidad y porque hay notables parecidos, según se va a ver pronto en este foro.
      En este blog, en todo caso, no se censura ningún argumento. No creo que vaya usted a conseguir que se haga por mucho que lo pida.

  10. Alfonso
    Alfonso Dice:

    No soy votante de Podemos, ni creo que lo sea, pero ¿podrían dejar de compararlo con Venezuela? ¿podrían centrarse en qué planteamientos de Podemos simplemente NO son posibles ni realistas?

    Populismos hay muchos, escoger Venezuela porque el que es ahora líder en algún momento pensara que era lo mejor para España es un error por tres razones: la primera, porque ese señor hoy día simplemente dice que ya no le parece así. La segunda porque puede que haya parte del electorado que escuche al líder de Podemos cuando dice eso, y le crea, sobre todo si el mensaje viene de la trinchera de la prensa conservadora. Y la tercera porque si uno se pone a mirar con paciencia podría encontrar algo en el régimen Chavista, no todo ni mucho menos, que valiera la pena copiar.

    Podemos tiene suficientes planteamientos imposibles (¿deuda ilegítima?, ¿jubilarse antes? ¿vivienda social? ¿nacionalización?) como para que sin recurrir a argumentos tan simplistas se pueda desmontar con facilidad el castillo en el aire que son las promesas de Podemos. Dejen de hablar de Venezuela, que les están haciendo un favor.

  11. O,Farrill
    O,Farrill Dice:

    Estimado Fernando: No era mi intención polemizar sobre “Podemos” sino precisar información. Ocurrió durante el 15M. Una importante organización política dedicó una conferencia al análisis del movimiento. Cuando pregunté al conferenciante cuales eran sus informaciones me indicó que las de los medios de comunicación. Efectivamente su charla estuvo llena de “haber oído” y, por lo tanto, de inexactitudes. No se trata de fijarse en una persona para descalificar una organización. Si así lo hiciéramos seríamos injustos con el resto. Tampoco los historiales de muchos resistirían una revisión en el tiempo. “Podemos” es algo nuevo y por lo tanto genera ilusión y, por lo que veo, mucho miedo. ¿No sería mejor hacer propuestas políticas alternativas? Yo lo vengo proponiendo para este blog desde hace tiempo.

    • Fernando Rodríguez Prieto
      Fernando Rodríguez Prieto Dice:

      Muy cierto. Es preciso ofrecer alternativas frente a lo que se siente crecientemente como un sistema agotado. El éxito de Podemos se funda en esa sensación de que es alternativa. En la convicción de que no hay otra salida. Es preciso señalarlas.

  12. O,Farrill
    O,Farrill Dice:

    Estimado Fernando: No era mi intención polemizar sobre “Podemos” sino precisar información. Ocurrió durante el 15M. Una importante organización política dedicó una conferencia al análisis del movimiento. Cuando pregunté al conferenciante cuales eran sus informaciones me indicó que las de los medios de comunicación. Efectivamente su charla estuvo llena de “haber oído” y, por lo tanto, de inexactitudes. No se trata de fijarse en una persona para descalificar una organización. Si así lo hiciéramos seríamos injustos con el resto. Tampoco los historiales de muchos resistirían una revisión en el tiempo. “Podemos” es algo nuevo y por lo tanto genera ilusión y, por lo que veo, mucho miedo. ¿No sería mejor hacer propuestas políticas alternativas? Yo lo vengo proponiendo para este blog desde hace tiempo.

  13. O,Farrill
    O,Farrill Dice:

    Muy cierto Fernando. Fijemos día y hora para empezar a trabajar. Propongo a los editores una convocatoria de las personas que venimos colaborando en el blog para formar grupos de trabajo específicos: desde la organización del Estado a su financiación y organización administrativa; desde políticas sociales a políticas exteriores; desde sistemas económicos a políticas monetarias; desde educación y cultura hasta el sistema sanitario….. Con una media de seis personas por grupo que se comprometan a trabajar en la medida de su capacidad o conocimiento se habrá creado una estructura suficiente para empezar a funcionar. Más tarde, si el ejemplo cunde, puede ser ampliado en extensión y organización.

  14. O,Farrill
    O,Farrill Dice:

    Muy cierto Fernando. Fijemos día y hora para empezar a trabajar. Propongo a los editores una convocatoria de las personas que venimos colaborando en el blog para formar grupos de trabajo específicos: desde la organización del Estado a su financiación y organización administrativa; desde políticas sociales a políticas exteriores; desde sistemas económicos a políticas monetarias; desde educación y cultura hasta el sistema sanitario….. Con una media de seis personas por grupo que se comprometan a trabajar en la medida de su capacidad o conocimiento se habrá creado una estructura suficiente para empezar a funcionar. Más tarde, si el ejemplo cunde, puede ser ampliado en extensión y organización.

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