Cataluña tras el referéndum secesionista (I). Lo que no sirve.

Tras el referéndum que, al margen de la Ley, se ha celebrado en Cataluña da la impresión que ha cundido un cierto desconcierto entre los partidarios de que esta región siga formando parte de España. No sólo porque haya podido celebrarse, en contra de lo que muchos, y en primer lugar muy probablemente el Presidente Rajoy, habían creído. El tancredismo, el obviar el problema que supone un potente movimiento de secesión apoyado por los grandes resortes de poder acumulados por el nacionalismo, ha resultado un tremendo error, y no sólo del actual Gobierno del PP. De ello todos, hasta el indolente Rajoy, parecen hoy ya conscientes. Sin embargo los resultados de la consulta deben propiciar una serena reflexión que evite cualquier respuesta visceral.
 Entre los partidarios de mantener a Cataluña en España las propuestas de reacción ante este desafío son muy variadas.
La propuesta federal.
 Algunos propugnan una reforma constitucional que instaure un tipo de federalismo que, para tener una oportunidad, a su juicio, tendría que ser asimétrico. Esa propuesta supone, en realidad, unas mayores cesiones competenciales a la administración autonómica catalana. Se habla al respecto de “blindajes” en políticas lingüísticas, culturales y educativas. Sin embargo tales blindajes supondrían la quiebra de, nada menos, la soberanía española. Si algo ha demostrado el proceso soberanista en marcha es que la Administración española y su poder real son ya  prácticamente residuales, o casi inexistentes, en Cataluña. El masivo proceso de cesión de competencias que ha tenido lugar durante las últimas décadas y hasta ahora se ha utilizado para montar unas sobredimensionadas y derrochadoras estructuras cuasi estatales y para estimular la desafección hacia el resto de España. Y si además, con ello no se ha conseguido aplacar los afanes soberanistas de los partidos nacionalistas, sino muy al contrario… Los defensores de estas propuestas deberían esforzarse en explicarnos por qué piensan que avanzar en la misma línea con nuevas cesiones iba a dar ahora otro resultado.
 En esa misma línea, otra propuesta es el establecimiento de un nuevo sistema fiscal que supusiera la cesión a la Administración catalana de la recaudación de los impuestos y la limitación de su contribución en favor de las regiones españolas más pobres. A mí, personalmente, no deja de sorprenderme el ver a personas que se declaran de izquierdas (y que probablemente se lo crean) el defender esta forma de limitar un mecanismo básico de solidaridad. Probablemente esto es un resultado más del naufragio ideológico que ha sufrido gran parte de esa izquierda. La que ha querido asumir el nacionalismo, o al menos una mirada comprensiva hacia el mismo, como uno de sus pilares ideológicos, como si pudiera ser compatible con los que tradicionalmente había venido defendiendo.
 Ese planteamiento de soberanía fiscal es cuestionable. Muy probablemente a España no le va a interesar más el mantener así, tan solo formalmente, una región en su seno que con tales blindajes en realidad sería una estructura parasitaria. Y el ejemplo, como ya ha ocurrido, muy probablemente cundiría al menos entre las regiones más ricas.
 Además de no ser deseable, es muy difícil que pudiera ser viable un país organizado conforme a esta estructura, que sería una reunión de entidades soberanas más confederal que federal. La Historia nos ha enseñado que esos intentos han fracasado, y que esas estructuras estatales o bien han acabado por estallar (como el Imperio Austro-húngaro) o bien han evolucionado hacia sistemas federales, con una progresiva asunción por la autoridad central de mayores competencias (caso de Suiza).
 La propuesta federal no es necesariamente solo una. Existen muchos modelos diferentes de federalismo. Y puede tener puntos interesantes. Un modelo federal implicaría el establecimiento a nivel constitucional de un sistema fijo de reparto de competencias que evite el permanente (y lamentable) regateo de transferencias que hemos contemplado estas últimas décadas, en el que lo que menos parecía importar era la eficacia y eficiencia de los servicios ofrecidos a los ciudadanos. Pero es claro que ese nuevo terreno de juego no iba a satisfacer a nuestros nacionalismos disgregadores.
La respuesta inmovilista.
Frente a tales propuestas de innovación la respuesta jurídica de otros, con Mariano Rajoy a la cabeza, parece ser el puro inmovilismo. La defensa a ultranza de nuestro modelo territorial constitucional. Sin embargo esa, en realidad, “no respuesta” también causa cierta perplejidad. Es evidente que ese modelo ha generado una creciente desafección, a mi juicio bien alimentada de victimismo desde el poder conseguido por los nacionalismos. Es evidente, también, que esa desafección ha desembocado en un potente movimiento secesionista que sigue creciendo y que, si ya es hegemónico en los medios de comunicación y en el ambiente político en Cataluña, podría en el futuro llegar a ser también mayoritario, o incluso muy mayoritario en la sociedad catalana.
 Los defensores de este “status quo” tan inestable deberían tratar de explicar si creen que un Estado podría sobrevivir a tal situación. Si podría ser posible el mantener como parte integrante a una región en la que no sólo el verdadero poder sea secesionista, sino también en la que una contundente mayoría compartiera ese proyecto y se sintiera, por tanto, como encerrada y prisionera en un país al que no deseara pertenecer.
 La respuesta ya no podría ser “la Constitución no lo permite”. Es evidente que nuestra norma suprema no puede convertirse en un argumento en este debate. Ni en un muro que pueda desactivar esa situación tan explosiva.
 El movimiento secesionista es el único organizado e intensamente movilizado en Cataluña, el que se escucha allí con más fuerza e insistencia. Ha conquistado la legitimidad esencial en el nuevo orden de corrección política impuesto por el nacionalismo en los medios públicos y privados que domina, que son casi todos. Sin embargo, con todo ello en contra, los resultados del Referéndum nos indican que aún el independentismo no es aún mayoritario en la sociedad catalana. Y ese deslizamiento no tendría que ser necesariamente imparable e irreversible.
Conclusión
Para ello es preciso plantear nuevas soluciones jurídicas a este grave problema. Y superar esa pavorosa falta de ideas que parece atenazar a los partidarios de mantener la integridad territorial española. Soluciones de verdad, no como las antes referidas, que tanto se vienen oyendo. Su planteamiento requiere una nueva posición política, mucho más valiente y abierta.
 No hemos sido el único país del mundo en enfrentar un problema de este tipo. La experiencia internacional nos puede ayudar para ello. Para empezar podemos analizar en el siguiente post las conclusiones que pueden deducirse del resultado del Referéndum a la vista de dicha experiencia internacional.
 
 

31 comentarios
  1. izaskun
    izaskun Dice:

    A mi modo de ver, la vía de avance está en intensificar una cultura española que englobe la diversidad, y no que excluya y rechace al diferente porque no le entiende; sentir la necesidad, y tener la oportunidad, de aprender cultura gallega en cualquier comunidad española; sentirse orgullosos de la cultura catalana como algo intrínseco de la cultura española;… Y no, como he comprobado esta misma mañana, decir a un español de pro al escuchar una conversación en catalán: “no saben hablar en cristiano o qué!”. El españolismo mal explicado (por el sistema educativo y los medios de comunicación) y mal entendido (por la mayoría de la población). Pero llevamos muchos años de retraso, y a lo peor ya es tarde.

    • Fernando Rodríguez Prieto
      Fernando Rodríguez Prieto Dice:

      De acuerdo contigo en ello, Izaskun. El sectarismo y el dogmatismo son características de todo nacionalismo, central o periférico. Y si no queremos vernos arrastrados en el remolino de pasiones que nos atrae con la fuerza de la llamada de la tribu, hace falta siempre una mirada crítica sobre nuestras ideas y comportamiento que es una exigencia de honestidad intelectual. Una visión comprensiva de las diferencias e integradora es la conclusión natural de todo ello.

  2. Lucía de las Heras
    Lucía de las Heras Dice:

    En todos los colegios e institutos españoles debe haber una asignatura llamada “Otras lenguas españolas” donde se enseñen los rudimentos del catalán, el gallego y el euskera. No digo que los alumnos salgan de allí hablando fluidamente estas lenguas, pero sí conociendo sus reglas básicas de gramática y pronunciación, así como algo de su vocabulario. No tiene que ser una enseñanza árida, sino que a los niños pequeños pueden ponérseles dibujos animados en estos idiomas, y a los mayores canciones de Serrat, Amancio Prada, etc.
    El catalán y el gallego, como lenguas neolatinas, son muy fáciles de aprender. El euskera es otro cantar, ciertamente, pero es la única lengua prerromana que se conserva, emparentada probablemente con las que se hablaban en el resto de la Península Ibérica antes de la invasión romana, y por tanto no es absurdo que se aprendan sus rudimentos, al igual que en Irlanda los niños aprenden el gaélico (lengua también prerromana y hablada muy minoritariamente en la propia Irlanda).
    Ahora vendrán las réplicas del tipo “Pues yo prefiero que mi hijo aprenda chino u otra lengua extranjera útil… bla-bla-bla… “. Bien, pues así nos va. Aparte de que el gallego es muy similar al portugués (hablado en varios países del mundo), parece desconocerse que, cuantas más lenguas se conozcan, más fácil es aprender otra-s. Pero sobre todo no es sostenible que las demás lenguas españolas sean vistas por mucha gente como idiomas extraños y foráneos. Para eso quizá sería mejor dejar, sencillamente, que esas regiones se vayan.

    • ENNECERUS
      ENNECERUS Dice:

      Se dieran o no, esos rudimentos existían en los programas de las leyes de educación franquistas.
      Esperanza Aguirre lo reclamó hace un par de años en un discurso que fue bastante criticado por ciertos sectores de su propio partido.
      Recordemos que la Señora Aguirre nació en San Sebastián, siendo bauizada en la Basílica de Nuestra Señora del Coro, que tenía un abuelo catalán y que ofreció la posibilidad de la enseñanza en catalán en la red pública educativa de la Comunidad de Madrid.
      Pero es centralista, facha y liberal, vade retro.
      Lo que no puede ser es una perspectiva de análisis según la cual el problema es siempre “nuestro”, es decir de los “españolistas”, en vez de nuestro, es decir, de los españoles.

  3. Gonzalo García Abad
    Gonzalo García Abad Dice:

    Un análisis muy interesante. Coincido en que una negociación sobre financiación no es factible. Bueno, lo es con dos condiciones: que no suponga ceder las competencias en materia de recaudación a Cataluña y que no suponga una reducción de la financiación del resto. A partir de ahí, se puede negociar un nuevo sistema en el que, por ejemplo, Cataluña pueda tomar decisiones que le lleven a incrementar o reducir su presión fiscal.
    Coincido en que el inmovilismo poco beneficio va a traer. Pero hay un punto muy importante a tener en cuenta. Creo que el sentimiento independentista tiene dos variantes: el verdadero independentismo y el hartazgo. El verdadero independentismo sólo puede encontrar satisfacción con la independencia. Sin embargo, el hartazgo, lejos de ser una “singularidad” de Cataluña está instalado en gran parte de la sociedad española. Queda pendiente una reforma institucional regeneradora. Ahí deben estar sentados a negociar los partidos nacionalistas catalanes y no catalanes, junto con el resto de partidos, para alcanzar un marco mejor.
    La reforma del sistema competencial, también es posible y deseable, pero no es planteable bajo el sistema de renuncia del Estado a una serie de competencias, sino bajo el sistema de reordenación. Pero para plantear una reordenación hay que plantear primero cuáles son los objetivos que se persiguen. En la Constitución de 1978, en cierta medida, se buscó una reducción de la movilidad de personas y capitales, al menos la movilidad que lleva a una persona a fijar definitivamente su residencia en un territorio o la que lleva a una empresa a fijar un establecimiento permanente en él. Una parte de esa movilidad pudo ser forzada por las circunstancias y pudo ser beneficioso que se limitase de algún modo, pero nuestro sistema autonómico está limitando la movilidad voluntaria de personas y capitales, limitando los beneficios del intercambio.
    Creo que una buena orientación del sistema autonómico es la que, buscando algunos aspectos de mínima uniformidad que debe garantizar el Estado con el fin de que la gente se pueda mover libre y voluntariamente por el país, otorgue a las autonomías poder suficiente como para diferenciarse. El sistema de bases-desarrollo ha servido para que las competencias más importantes, salvo los aspectos lingüísticos y culturales de la educación, fuesen excesivamente uniformados por el Estado, mientras que las CCAA conservaban un enorme número de cargos políticos y estructuras gigantescas para ejecutar todas políticas semejantes. Debe darse a las comunidades, a partir de una financiación plenamente solidaria, la posibilidad de diferenciarse, y de este modo, dar la posibilidad al votante de elegir doblemente, votando con las manos en las urnas y votando con los pies, decidiendo si es su voluntad migrar al territorio cuyas políticas más se adapten a sus preferencias.
    Un cordial saludo.

    • Josep Pérez Mellado
      Josep Pérez Mellado Dice:

      Pero, ¿que tiene de malo que se recaude en Catalunya?.
      En cuanto a la financiación del resto, debemos preguntarnos cuáles son los resultados de este sistema de financiación y sacar conclusiones. Apunto una muy clara: las autonomias receptoras no han mejorado, y las más ricas se han empobrecido.
      Es más, ¿es de recibo que una autonomia situada en una determinada posición del ránquing económico, después del reparto baje varias posiciones en dicho ránquing? ¿ y, es comprensible que autonomias receptoras tengan unos servicios de mayor calidad que las otras (p.ej. número de ordenadores por aula, mayor rátio de funcionarios, menores cuotas del IRPF, mejores prestaciones sanitarias, etc)?
      Creo que son elementos que se han de poner en el debate para poder encontrar 1º una explicación del sentimiento catalán y, 2º una solución a la cuestión.

    • Fernando Rodríguez Prieto
      Fernando Rodríguez Prieto Dice:

      Gracias por tu reflexión, Gonzalo. Creo que ambos coincidimos en una cosa esencial: la distribución de competencias ha de tener por objetivo la mejor satisfacción posible de los ciudadanos. Ese objetivo ha si clientelaresdo obviado durante muchos años. Sólo se buscaba la mejor satisfacción de las élites políticas y de sus redes.
      Es hora de llevar el debate a ese otro campo.

  4. Josep Pérez Mellado
    Josep Pérez Mellado Dice:

    Tema complejo donde los haya. Pero empecinarse en buscar una solución jurídica seguramente es, a dia de hoy, la garantia de no solución. Si que, en cambio, se puede situar su origen en una secuencia de errores de tipo político-jurídico que el tiempo ha puesto en valor: la no bien resuelta constitucionalmente cuestión territorial (el mal llamado “café para todos”) y, de manera clamorosa, la interposición del recurso constitucional contra el Estatuto aprobado ya en referéndum, o ¿es que tiene algún sentido, más allá de dejar clara una relación de superior a inferior (casi colonial), el recurso “a posteriori” que se inventó el PSOE?.
    Puede aceptarse un principio del derecho natural que reconoce el derecho de cada generación a organizarse política y socialmente como deseen, y en este sentido es irrebocable que a los catalanes, y de manera muy mayoritaria a las nuevas generaciones, la Constitución de 1978 les resulta inútil para atender su manera de ser y de sentir, quizás no por la propia Constitución, sino por la interpretación y uso que se ha venido haciendo de ella.
    Bien, podría extenderme mucho más, pero prefiero introducir nuevos elementos en este debate, y luego ya continuaremos.

    • Fernando Rodríguez Prieto
      Fernando Rodríguez Prieto Dice:

      Cierto que es asunto complejo, Josep. Por eso hacen falta reflexión e ideas. No estoy de acuerdo, sin embargo, con esa separación que haces entre “lo político” y “lo jurídico”. Lo jurídico da forma a las propuestas políticas y en un Estado de Derecho no se puede prescindir de ello.
      Respecto al Estatuto y su reforma, de lo que se ha hecho tanto victimismo, lo cierto que fue un disparate aprobar algo que era inconstitucional. El PSOE de Zapatero, tan venal, tiene en ello una responsabilidad histórica enorme. Pero a partir de ahí, criticar que el TC corrigiese ilegalidades es como querer matar al mensajero.
      Yo creo que esta Constitución, tal como está, y como concretaré un poco más en el post de mañana, ya no sirve. Y es precisa su reforma. Pero lo que no puede hacer un país que se respete mínimamente a sí mismo es permitir que se viole su norma fundamental, mientras ésta no se reforme.
      Claro que, es bien cierto, eso se ha hecho ya demasiadas veces.

    • Gonzalo García Abad
      Gonzalo García Abad Dice:

      Estimado Josep, si con la situación de deslealtad mutua que se ha acrecentado en los últimos años se recaudase en Cataluña, lo más probable es que el siguiente argumento sería no transferir al Estado su parte. No se trata de sustituir un tipo de injusticias por otro. Quizá si se consigue una lealtad mutua se pueda plantear, pero no creo que sea el momento.
      En cuanto a lo que usted comenta de que la solidaridad no se ha transformado en convergencia, tiene usted razón en parte. Según Eurostat,la dispersión de la renta per cápita entre provincias había disminuido de un 20,6% en el año 2000 a un 18,2% en 2007 y 2008, pero con la crisis las diferencias han crecido a un 19,5% en 2011.Vea el siguiente enlace:
      http://epp.eurostat.ec.europa.eu/tgm/table.do?tab=table&plugin=1&language=en&pcode=tsdec220
      Ha habido desde la Constitución algunos logros, por ejemplo Galicia o Canarias se han ido acercando más a la media, partiendo de posiciones muy desventajosas. Quizá la gran asignatura pendiente sea Extremadura, e incluso Andalucía, Murcia, Castilla-La Mancha y, quizá Valencia, si se sigue descolgando del grupo medio-alto. Queda también mucho por hacer en Ceuta y Melilla. ¿Se puede hacer más por la convergencia?
      Es evidente. ¿Eso significa que el dinero que se destina a la distribución es dinero tirado? No, en ningún caso, porque está ligado al hecho de que las prestaciones son semejantes y que los individuos, que no los territorios, con más renta son los que pagan más. Es un puro y simple principio de equidad.
      ¿Se deben plantear debates sobre qué falla en las CCAA más pobres? Sí, está claro, pero es evidente que en nuestro país existen rigideces importantes que impiden una tendencia, aunque fuese lenta, a la convergencia y, de forma particular en la tasa de paro. No puede ser que la tasa andaluza de paro y la vasca estén separadas en un 20%. En condiciones normales debería haber flujos de capital y de trabajadores que llevasen a esas tasas a una menor diferencia. Por eso digo que es muy importante mejorar las condiciones de movilidad, siempre que sea voluntaria. Eso supone que haya empresarios catalanes, o de otros lugares, que busquen oportunidades de inversión lugares diferentes al de origen. También supone flujos migratorios no tanto más intenso como más permanentes.
      Lo del ranking es fácilmente manipulable, depende de estimaciones de lo que da y recibe cada autonomía, pero sí nos debiese llevar a la reflexión sobre la inercia que ha habido en la política de infraestructuras, la falta de análisis. Quizá no se ha invertido bien en infraestructuras y quizá se han universalizado inversiones con bajo rendimiento social. Quizá hubiese sido mejor buscar otras clases de compensación a los territorios, invertir mejor el dinero.
      Un cordial saludo.

  5. Abogados Madrid
    Abogados Madrid Dice:

    creo que la grandeza de españa esta en la diversidad que hay de culturas dentro del territorio, y que separar dichas culturas o querer abrir una brecha entre ellas no es la solucion
    muchas gracias por el artículo, me ha parecido realmente interesante
    un saludo

    • izaskun
      izaskun Dice:

      A mi modo de ver, la vía de avance está en intensificar una cultura española que englobe la diversidad, y no que excluya y rechace al diferente porque no le entiende; sentir la necesidad, y tener la oportunidad, de aprender cultura gallega en cualquier comunidad española; sentirse orgullosos de la cultura catalana como algo intrínseco de la cultura española;… Y no, como he comprobado esta misma mañana, decir a un español de pro al escuchar una conversación en catalán: “no saben hablar en cristiano o qué!”. El españolismo mal explicado (por el sistema educativo y los medios de comunicación) y mal entendido (por la mayoría de la población). Pero llevamos muchos años de retraso, y a lo peor ya es tarde.

    • Fernando Rodríguez Prieto
      Fernando Rodríguez Prieto Dice:

      De acuerdo contigo en ello, Izaskun. El sectarismo y el dogmatismo son características de todo nacionalismo, central o periférico. Y si no queremos vernos arrastrados en el remolino de pasiones que nos atrae con la fuerza de la llamada de la tribu, hace falta siempre una mirada crítica sobre nuestras ideas y comportamiento que es una exigencia de honestidad intelectual. Una visión comprensiva de las diferencias e integradora es la conclusión natural de todo ello.

    • Lucía de las Heras
      Lucía de las Heras Dice:

      En todos los colegios e institutos españoles debe haber una asignatura llamada “Otras lenguas españolas” donde se enseñen los rudimentos del catalán, el gallego y el euskera. No digo que los alumnos salgan de allí hablando fluidamente estas lenguas, pero sí conociendo sus reglas básicas de gramática y pronunciación, así como algo de su vocabulario. No tiene que ser una enseñanza árida, sino que a los niños pequeños pueden ponérseles dibujos animados en estos idiomas, y a los mayores canciones de Serrat, Amancio Prada, etc.

      El catalán y el gallego, como lenguas neolatinas, son muy fáciles de aprender. El euskera es otro cantar, ciertamente, pero es la única lengua prerromana que se conserva, emparentada probablemente con las que se hablaban en el resto de la Península Ibérica antes de la invasión romana, y por tanto no es absurdo que se aprendan sus rudimentos, al igual que en Irlanda los niños aprenden el gaélico (lengua también prerromana y hablada muy minoritariamente en la propia Irlanda).

      Ahora vendrán las réplicas del tipo “Pues yo prefiero que mi hijo aprenda chino u otra lengua extranjera útil… bla-bla-bla… “. Bien, pues así nos va. Aparte de que el gallego es muy similar al portugués (hablado en varios países del mundo), parece desconocerse que, cuantas más lenguas se conozcan, más fácil es aprender otra-s. Pero sobre todo no es sostenible que las demás lenguas españolas sean vistas por mucha gente como idiomas extraños y foráneos. Para eso quizá sería mejor dejar, sencillamente, que esas regiones se vayan.

    • Gonzalo García Abad
      Gonzalo García Abad Dice:

      Un análisis muy interesante. Coincido en que una negociación sobre financiación no es factible. Bueno, lo es con dos condiciones: que no suponga ceder las competencias en materia de recaudación a Cataluña y que no suponga una reducción de la financiación del resto. A partir de ahí, se puede negociar un nuevo sistema en el que, por ejemplo, Cataluña pueda tomar decisiones que le lleven a incrementar o reducir su presión fiscal.

      Coincido en que el inmovilismo poco beneficio va a traer. Pero hay un punto muy importante a tener en cuenta. Creo que el sentimiento independentista tiene dos variantes: el verdadero independentismo y el hartazgo. El verdadero independentismo sólo puede encontrar satisfacción con la independencia. Sin embargo, el hartazgo, lejos de ser una “singularidad” de Cataluña está instalado en gran parte de la sociedad española. Queda pendiente una reforma institucional regeneradora. Ahí deben estar sentados a negociar los partidos nacionalistas catalanes y no catalanes, junto con el resto de partidos, para alcanzar un marco mejor.

      La reforma del sistema competencial, también es posible y deseable, pero no es planteable bajo el sistema de renuncia del Estado a una serie de competencias, sino bajo el sistema de reordenación. Pero para plantear una reordenación hay que plantear primero cuáles son los objetivos que se persiguen. En la Constitución de 1978, en cierta medida, se buscó una reducción de la movilidad de personas y capitales, al menos la movilidad que lleva a una persona a fijar definitivamente su residencia en un territorio o la que lleva a una empresa a fijar un establecimiento permanente en él. Una parte de esa movilidad pudo ser forzada por las circunstancias y pudo ser beneficioso que se limitase de algún modo, pero nuestro sistema autonómico está limitando la movilidad voluntaria de personas y capitales, limitando los beneficios del intercambio.

      Creo que una buena orientación del sistema autonómico es la que, buscando algunos aspectos de mínima uniformidad que debe garantizar el Estado con el fin de que la gente se pueda mover libre y voluntariamente por el país, otorgue a las autonomías poder suficiente como para diferenciarse. El sistema de bases-desarrollo ha servido para que las competencias más importantes, salvo los aspectos lingüísticos y culturales de la educación, fuesen excesivamente uniformados por el Estado, mientras que las CCAA conservaban un enorme número de cargos políticos y estructuras gigantescas para ejecutar todas políticas semejantes. Debe darse a las comunidades, a partir de una financiación plenamente solidaria, la posibilidad de diferenciarse, y de este modo, dar la posibilidad al votante de elegir doblemente, votando con las manos en las urnas y votando con los pies, decidiendo si es su voluntad migrar al territorio cuyas políticas más se adapten a sus preferencias.

      Un cordial saludo.

    • Josep Pérez Mellado
      Josep Pérez Mellado Dice:

      Tema complejo donde los haya. Pero empecinarse en buscar una solución jurídica seguramente es, a dia de hoy, la garantia de no solución. Si que, en cambio, se puede situar su origen en una secuencia de errores de tipo político-jurídico que el tiempo ha puesto en valor: la no bien resuelta constitucionalmente cuestión territorial (el mal llamado “café para todos”) y, de manera clamorosa, la interposición del recurso constitucional contra el Estatuto aprobado ya en referéndum, o ¿es que tiene algún sentido, más allá de dejar clara una relación de superior a inferior (casi colonial), el recurso “a posteriori” que se inventó el PSOE?.
      Puede aceptarse un principio del derecho natural que reconoce el derecho de cada generación a organizarse política y socialmente como deseen, y en este sentido es irrebocable que a los catalanes, y de manera muy mayoritaria a las nuevas generaciones, la Constitución de 1978 les resulta inútil para atender su manera de ser y de sentir, quizás no por la propia Constitución, sino por la interpretación y uso que se ha venido haciendo de ella.
      Bien, podría extenderme mucho más, pero prefiero introducir nuevos elementos en este debate, y luego ya continuaremos.

    • Josep Pérez Mellado
      Josep Pérez Mellado Dice:

      Pero, ¿que tiene de malo que se recaude en Catalunya?.
      En cuanto a la financiación del resto, debemos preguntarnos cuáles son los resultados de este sistema de financiación y sacar conclusiones. Apunto una muy clara: las autonomias receptoras no han mejorado, y las más ricas se han empobrecido.
      Es más, ¿es de recibo que una autonomia situada en una determinada posición del ránquing económico, después del reparto baje varias posiciones en dicho ránquing? ¿ y, es comprensible que autonomias receptoras tengan unos servicios de mayor calidad que las otras (p.ej. número de ordenadores por aula, mayor rátio de funcionarios, menores cuotas del IRPF, mejores prestaciones sanitarias, etc)?
      Creo que son elementos que se han de poner en el debate para poder encontrar 1º una explicación del sentimiento catalán y, 2º una solución a la cuestión.

    • Fernando Rodríguez Prieto
      Fernando Rodríguez Prieto Dice:

      Gracias por tu reflexión, Gonzalo. Creo que ambos coincidimos en una cosa esencial: la distribución de competencias ha de tener por objetivo la mejor satisfacción posible de los ciudadanos. Ese objetivo ha si clientelaresdo obviado durante muchos años. Sólo se buscaba la mejor satisfacción de las élites políticas y de sus redes.
      Es hora de llevar el debate a ese otro campo.

    • Fernando Rodríguez Prieto
      Fernando Rodríguez Prieto Dice:

      Cierto que es asunto complejo, Josep. Por eso hacen falta reflexión e ideas. No estoy de acuerdo, sin embargo, con esa separación que haces entre “lo político” y “lo jurídico”. Lo jurídico da forma a las propuestas políticas y en un Estado de Derecho no se puede prescindir de ello.
      Respecto al Estatuto y su reforma, de lo que se ha hecho tanto victimismo, lo cierto que fue un disparate aprobar algo que era inconstitucional. El PSOE de Zapatero, tan venal, tiene en ello una responsabilidad histórica enorme. Pero a partir de ahí, criticar que el TC corrigiese ilegalidades es como querer matar al mensajero.
      Yo creo que esta Constitución, tal como está, y como concretaré un poco más en el post de mañana, ya no sirve. Y es precisa su reforma. Pero lo que no puede hacer un país que se respete mínimamente a sí mismo es permitir que se viole su norma fundamental, mientras ésta no se reforme.
      Claro que, es bien cierto, eso se ha hecho ya demasiadas veces.

    • Abogados Madrid
      Abogados Madrid Dice:

      creo que la grandeza de españa esta en la diversidad que hay de culturas dentro del territorio, y que separar dichas culturas o querer abrir una brecha entre ellas no es la solucion
      muchas gracias por el artículo, me ha parecido realmente interesante

      un saludo

  6. teofiloserrano
    teofiloserrano Dice:

    Me deja un poco perplejo. Me parece un poco el discurso Unamuniano de ” contra esto y aquello” . Como decía Azaña, cito libremente ” no sabría uno que hacer con esos planteamientos”.
    Salvo que un nuevo post me arroje luz sobre las nuevas soluciones jurídicas que se anuncian y que espero con interés

  7. Anónimo XXL
    Anónimo XXL Dice:

    Comparto la visión del artículo, siendo independentista. Pero creo que las soluciones para mantener a Cataluña dentro de España ya no son, hoy por hoy posibles, y el autor se acaba moviendo entonces en la utopía. El movimiento secesionista cuenta con un apoyo de alrededor del 50%: las encuestas del Institut de Ciències Polítiques i Socials hablan de un 45-50% a favor, 25-30% en contra y el resto de abstención (y las hacen desde hace años, incluso cuando el independentismo era minoritario).
    No es que la sociedad catalana no confíe en la sociedad española o que se crea imposible un acuerdo político-social real. La sociedad catalana, en lo que no confía es en la política española, ni en los políticos españoles, sobre todo en una derecha intransigente que gobierna y en una izquierda taciturna que consiente. Pensadores tan poco proclives que incluso menosprecian al independentismo, como Antonio García-Trevijano, dan para mí en la clave, señalando que en España no hay separación de poderes real y que el sistema político es estructuralmente corrupto. Cataluña no es menos, pues comparte este sistema constitucional, lo que conlleva su parte de corrupción.
    Voy a poner un ejemplo muy claro tomando una noticia de prensa:
    El Periódico:
    Monago impulsa una reforma fiscal para que Extremadura sea la comunidad con menos impuestos
    “Prefiere que el dinero esté en el bolsillo de los extremeños, en lugar de montar circuitos de Formula 1 o infraestructuras independentistas”, afirma su partido
    http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/monago-impulsa-reforma-fiscal-extremadura-sea-comunidad-con-menos-impuestos-3520756
    Esto es lo que tendría que hacer morir de vergüenza a toda España, incluso a Cataluña por ser aún parte de ella. Declaraciones como las precedentes son el problema. Que se permitan estas afirmaciones destructivas por una mezcla de puro electoralismo, sentimiento de impunidad, esencialismo y menosprecio nos demuestran qué fue realmente la transición y qué son realmente sus herederos. Hay que mirar a los padres de la Constitución, Solé i Tura y Miquel Roca incluidos, para entender la génesis del problema.
    Un sistema más equilibrado de poder, con políticos más moderados, con incentivos al pacto, hubiera implicado que hoy no estaríamos hablando de esto.

  8. Alcides Bergamota
    Alcides Bergamota Dice:

    el asunto no es demasiado complejo. Una sociedad libre requiere el respeto y el cumplimiento de la ley. Mucho antigranquismo pero aquí, a la hora de la verdad, en la libertad no cree nadie. Hay una incultura política y jurídica pasmosa. Hay cinco o seis millones de españoles en Cataluña abandonados a su suerte por las instituciones, la clase política, la justicia, el Estado en definitiva. Sólo hay un agresor, el nacionalismo, que se siente impune -de hecho lo es- y se rie de los demás. El jueves en Lérida cominos cinco personas, salió este tema y los de Madrid tuvimos que separar a los catalanes que casi llegan a las manos unos con otros. Es lo que acabará por ocurrir por anomia y desaparición en esa región del estado de derecho. En lugar de aplicar la ley, utilizar los cauces establecidos, los señoritos estos que nos gobiernan mandan a unos negociadores en secreto y claro se ríen de ellos. Eso ocurre por no creer ni en el derecho ni en las instituciones que encarnan.

    • nicofiro
      nicofiro Dice:

      Su relato deja de lado que en Cataluña hay un par de millones de personas que han votado opciones claramente catalanistas e incluso independentistas. Si le tiene un mínimo de aprecio a la unidad de España, lo peor que puede hacer es tachar su opción política (perfectamente legítima) de “agresora”. Con esa mentalidad… mal vamos.

  9. nicofiro
    nicofiro Dice:

    El tema es que España lleva intentando capear la tormenta independentista con el inmovilismo desde hace cuatro años. Y viendo las encuestas, la cosa no amaina, sino todo lo contrario. Al contrario de lo que sugiere el autor, no creo que el problema de la escalada en las demandas catalanistas se deba a que se hayan ido cediendo competencias sino a la mezcla entre la crisis, el fiasco zapateril del estatuto y la llegada de un gobierno más hostil. Por ello en mi humilde opinión el inmovilismo actual, que incluye algún que otro “acto hostil” como el tema de la inmersión lingüistica, está condenado a llevar tarde o temprano a una ruptura definitiva. Eso sí que sería malo para la soberanía española. Partiendo de la base de que el modelo actual está agotado, debemos tener clara una cosa: o se le ofrece a Cataluña un encaje atractivo o el problema crecerá y crecerá y tarde o temprano se acaben yendo. Y eso solo ocurrirá cediendo mucho en puntos “identitarios” como la lengua y seguramente cediendo un poco/bastante en temas económicos. Como decía un compañero alemán que conoce bastante el país: hace falta un poco de “Umarmungstaktik” (táctica del abrazo). En este sentido no veo tan negativo que se ceda también la recaudación a las Autonomías (a todas las que quieran). En NEG se ha escrito mucho sobre el absurdo sistema de financiación autonómica actual y las ventajas de organizarse según el principio de “que gaste quién recaude”. Esto se practica así en EEUU o Suiza. Y en Alemania si bien los tributos están casi todos unificados, la administración tributaria es cosa de los estados. Vamos, que no se va a hundir el país por ir en esta dirección (de hecho bien implementado creo que puede mejorar la disciplina presupuestaria de las CCAA). Eso sí, personalmente mi línea roja sería un concierto a la vasco-navarra por ser injusto (aunque ojo, reírse de alguien que pida esto diciéndose de izquierdas es peligroso, porque aunque parezca mentira hay países más pobres que España con los quién suele esgrimir este argumento no suele plantearse compartir nada). Finalmente, no entiendo por qué el blindaje del modelo educativo que los catalanes desean y que hoy por hoy asegura unas competencias en lengua castellana más que aceptables, sea tan terrible para la soberanía española.

    • Fernando Rodríguez Prieto
      Fernando Rodríguez Prieto Dice:

      Reclama usted más competencia para las autoridades regionales catalanas, pero no responde a esa pregunta básica: puede ser alguna vez suficiente para el nacionalismo? No creo que honrstamente pueda uno imaginarse una respuesta positiva.
      En esto hay también un límite a considerar: el que los los demás españoles estén dispuestos a admitir. Para mí, personalmente, un tener adherido un país confederado (blindado) con todas las competencias recaudatorias no me interesa. Para eso, mejor que se independicen. Pero en realidad eso no es tan sencillo para los secesionistas cuando tienen que aplicarse ellos lo que exigen a los demás. Para eso veremos la segunda parte.

    • nicofiro
      nicofiro Dice:

      Para preservar la unidad de España no hace falta convencer al nacionalista-independentista, sino a los muchos catalanes digamos “de centro”. Aquellos que hace cinco años ni hartos de vino se habrían puesto detrás de una pancarta por un “nou estat”. Es a ellos a quien España debe ofrecer un modelo atractivo. Y creo que si, un ordenamiento territorial mas racional, organizado y con blindaje a ciertas cuestiones básicas podría ser suficiente. En Gran Bretaña es lo que están probando
      En este sentido el discurso que acusa adoctrinamiento, totalitarismo, agresión, el discurso que habla de limpieza étnica y exiliados es pegarse un tiro en el pie. (Y estas expresiones en parte las he leído aquí ellas leídas también aquí por autores del blog, a los que unos supondría una formación mínima).
      Y si los españoles no quieren admitir esto, perfecto. Pero que entonces no se sorprendan si la bola de nieve acaba en una lavina llevándose todo por delante.
      Finalmente reiterar que recaudación propia no significa necesariamente concierto vasvo-navarro.

  10. nicofiro
    nicofiro Dice:

    El tema es que España lleva intentando capear la tormenta independentista con el inmovilismo desde hace cuatro años. Y viendo las encuestas, la cosa no amaina, sino todo lo contrario. Al contrario de lo que sugiere el autor, no creo que el problema de la escalada en las demandas catalanistas se deba a que se hayan ido cediendo competencias sino a la mezcla entre la crisis, el fiasco zapateril del estatuto y la llegada de un gobierno más hostil. Por ello en mi humilde opinión el inmovilismo actual, que incluye algún que otro “acto hostil” como el tema de la inmersión lingüistica, está condenado a llevar tarde o temprano a una ruptura definitiva. Eso sí que sería malo para la soberanía española. Partiendo de la base de que el modelo actual está agotado, debemos tener clara una cosa: o se le ofrece a Cataluña un encaje atractivo o el problema crecerá y crecerá y tarde o temprano se acaben yendo. Y eso solo ocurrirá cediendo mucho en puntos “identitarios” como la lengua y seguramente cediendo un poco/bastante en temas económicos. Como decía un compañero alemán que conoce bastante el país: hace falta un poco de “Umarmungstaktik” (táctica del abrazo). En este sentido no veo tan negativo que se ceda también la recaudación a las Autonomías (a todas las que quieran). En NEG se ha escrito mucho sobre el absurdo sistema de financiación autonómica actual y las ventajas de organizarse según el principio de “que gaste quién recaude”. Esto se practica así en EEUU o Suiza. Y en Alemania si bien los tributos están casi todos unificados, la administración tributaria es cosa de los estados. Vamos, que no se va a hundir el país por ir en esta dirección (de hecho bien implementado creo que puede mejorar la disciplina presupuestaria de las CCAA). Eso sí, personalmente mi línea roja sería un concierto a la vasco-navarra por ser injusto (aunque ojo, reírse de alguien que pida esto diciéndose de izquierdas es peligroso, porque aunque parezca mentira hay países más pobres que España con los quién suele esgrimir este argumento no suele plantearse compartir nada). Finalmente, no entiendo por qué el blindaje del modelo educativo que los catalanes desean y que hoy por hoy asegura unas competencias en lengua castellana más que aceptables, sea tan terrible para la soberanía española.

  11. Fernando
    Fernando Dice:

    Vaya por delante que considero que es un tema extremadamente complicado. Soy andaluz, llevo ya unos años residiendo en Barcelona y lo que realmente me llama la atención es la falta de autocrítica y el victimismo del nacionalismo catalán. Se les llena la boca con la corrupción en el PP (caso Bárcenas) o en el PSOE (caso ERE) mientras que el hecho de que CIU tenga su sede embargada por la financiación ilegal de su partido, el caso Palau, el caso ITV, el caso Pretoria o el caso Pujol (reconociendo ser evasor de impuestos) pareciera que pasa por alto. Personalmente todos los casos condenables sin distinción alguna. Otro tema; ¿ahora resulta que el problema es que los niños del resto de España no aprenden catalán, euskera o gallego?… y ¿por qué no hablamos del grado de afección que transmiten en Ikastolas o escuelas públicas catalanas hacia el resto de España? ¿Por qué en todos los medios de comunicación nacionalistas y en los partidos nacionalistas se habla de la “nación” vasca o catalana como realidad histórica y del “estado español” como realidad jurídica?. ¿Por que se dice que la “normalización” lingüística es usar en todos los ámbitos el catalán o el vasco dando a entender que lo “anormal” es hablar el español? ¿Por que la Guerra de Sucesión o el “franquismo” se presenta institucionalmente como un conflicto entre Cataluña y el resto de España cuando fue una fracaso social de todos los españoles?. ¿Por qué se conmemoran los hechos del 1714 con un simposio organizado por la Generalitat llamado “Espanya contra Catalunya?¿Todos estos planteamientos generan afección o desafección con el resto de España? Evidentemente algo falla en el proyecto de España como nación, pero por favor, hay que dejar de mirarse el ombligo, levantar la cabeza y mirar más allá de un palmo para ver que ni unos son tan buenos, ni los otros tan malos y viceversa.

  12. Fernando
    Fernando Dice:

    Vaya por delante que considero que es un tema extremadamente complicado. Soy andaluz, llevo ya unos años residiendo en Barcelona y lo que realmente me llama la atención es la falta de autocrítica y el victimismo del nacionalismo catalán. Se les llena la boca con la corrupción en el PP (caso Bárcenas) o en el PSOE (caso ERE) mientras que el hecho de que CIU tenga su sede embargada por la financiación ilegal de su partido, el caso Palau, el caso ITV, el caso Pretoria o el caso Pujol (reconociendo ser evasor de impuestos) pareciera que pasa por alto. Personalmente todos los casos condenables sin distinción alguna. Otro tema; ¿ahora resulta que el problema es que los niños del resto de España no aprenden catalán, euskera o gallego?… y ¿por qué no hablamos del grado de afección que transmiten en Ikastolas o escuelas públicas catalanas hacia el resto de España? ¿Por qué en todos los medios de comunicación nacionalistas y en los partidos nacionalistas se habla de la “nación” vasca o catalana como realidad histórica y del “estado español” como realidad jurídica?. ¿Por que se dice que la “normalización” lingüística es usar en todos los ámbitos el catalán o el vasco dando a entender que lo “anormal” es hablar el español? ¿Por que la Guerra de Sucesión o el “franquismo” se presenta institucionalmente como un conflicto entre Cataluña y el resto de España cuando fue una fracaso social de todos los españoles?. ¿Por qué se conmemoran los hechos del 1714 con un simposio organizado por la Generalitat llamado “Espanya contra Catalunya?¿Todos estos planteamientos generan afección o desafección con el resto de España? Evidentemente algo falla en el proyecto de España como nación, pero por favor, hay que dejar de mirarse el ombligo, levantar la cabeza y mirar más allá de un palmo para ver que ni unos son tan buenos, ni los otros tan malos y viceversa.

  13. Luis Lapiedra Frias
    Luis Lapiedra Frias Dice:

    Voy a limitarme a comentar la entrada en lo que se refiere al federalismo:
    1.- Personalmente no tengo ninguna preferencia ni por el federalismo ni por el centralismo, me conformo con un estado que funcione, y que me moleste lo menos posible; ahora bien la realidad española es la del Estado de las Autonomías, realidad irreversible salvo acontecimiento extraordinario que no deseo; y esa realidad no me gusta por ineficiente y despilfarradora.
    2.- Y como la realidad del Estado de las Autonomías es irreversible, me parece que la única opción para que funcione nuestro estado es ir a un estado de tipo federal, lo llamemos como lo llamemos, en el que se deslinden claramente las competencias que corresponden a la federación y las que corresponden a los estados o autonomías, de esa forma los ciudadanos sabrán quien les presta el servicio y a donde tienen que mirar cuando no funcionen; y la mejor forma de deslindar las competencias es determinar claramente las que corresponden al estado central, y el resto serían competencia de las autonomías, que podrían ejercerlas o dejar que parte de ellas las continuase ejerciendo el estado central; por supuesto con una disposición imperativa de salvaguardia de la libertad de comercio dentro de la federación al modo de la ‘Commerce Clause’ de EEUU.
    3.- Ese Estado ‘Federal’ debería ser asimétrico, pues es evidente que no es lo mismo Cataluña que Murcia o Castilla-La Mancha, etc.
    4.- En cuanto al tema fiscal, lo mejor es que ‘cada palo aguante su vela’; es decir que el estado central establezca los tributos que considere necesarios para ejercer sus competencias y prestar los servicios que le correspondan, y que cada autonomía o estado pueda también establecer sus propios impuestos para financiar sus servicios; el sistema podría ser engorroso sobe todo para los ciudadanos que tendríamos por ejemplo dos impuestos de la renta, etc. Pero hay países donde funcionan así y no les va mal; este sistema tiene para mi la evidente ventaja que cuando paguemos nuestros impuestos seremos conscientes de quien nos los cobra y a que se dedican, no como ahora que básicamente recauda el Estado Central y gastan, alegremente sea dicho, las Autonomías; y esta (co)responsabilidad fiscal llevaría aparejada necesariamente la certeza para las Autonomías de que el Estado Central no va a rescatarlas cuando alegremente gasten, como ahora, lo que no tienen; evidentemente soy consciente que este sistema acaba, por fin, con los Conciertos Vasco y Navarro.
    Estas ideas no tienen nada que ver con el problema catalán, mas bien tienen que ver con el problema español; aunque bien podrían servir para solucionar la cuestión catalana; y si no se resuelve pues votemos.

  14. ENNECERUS
    ENNECERUS Dice:

    En mi opinión, un sistema de federalismo asimétrico es absolutamente inviable. ¿Quienes serían las asimétricas? Para sus defensores, serían Cataluña, País Vasco y Galicia. Pero meterían de rondón a Andalucía, como ya pasó en 1980 y de nuevo tendríamos el follón montado. Aparte de que seguiríamos teniendo problemas irresueltos como Navarra más las pretensiones pancatalanistas sobre Baleares, Comunidad Velanciana y la Franja Oriental de Aragón.
    De hecho, el sistema español ya presenta unas asimetrías evidentes y no parece que gracias a ellas el sistema funcione bien, sino todo lo contrario.
    Lo que se pretende en realidad es un reconocimiento de soberanía al margen de la que corresponde al conjunto del pueblo español, es decir, su parcelación para su ejercicio de forma compartida. Y si no es esto, que lo expliquen, porque sería más de lo mismo.
    El único federalismo posible sería un sistema en el cual hubiera menos regiones federadas de un tamaño similar

    • Luis Lapiedra Frias
      Luis Lapiedra Frias Dice:

      Voy a limitarme a comentar la entrada en lo que se refiere al federalismo:
      1.- Personalmente no tengo ninguna preferencia ni por el federalismo ni por el centralismo, me conformo con un estado que funcione, y que me moleste lo menos posible; ahora bien la realidad española es la del Estado de las Autonomías, realidad irreversible salvo acontecimiento extraordinario que no deseo; y esa realidad no me gusta por ineficiente y despilfarradora.
      2.- Y como la realidad del Estado de las Autonomías es irreversible, me parece que la única opción para que funcione nuestro estado es ir a un estado de tipo federal, lo llamemos como lo llamemos, en el que se deslinden claramente las competencias que corresponden a la federación y las que corresponden a los estados o autonomías, de esa forma los ciudadanos sabrán quien les presta el servicio y a donde tienen que mirar cuando no funcionen; y la mejor forma de deslindar las competencias es determinar claramente las que corresponden al estado central, y el resto serían competencia de las autonomías, que podrían ejercerlas o dejar que parte de ellas las continuase ejerciendo el estado central; por supuesto con una disposición imperativa de salvaguardia de la libertad de comercio dentro de la federación al modo de la ‘Commerce Clause’ de EEUU.
      3.- Ese Estado ‘Federal’ debería ser asimétrico, pues es evidente que no es lo mismo Cataluña que Murcia o Castilla-La Mancha, etc.
      4.- En cuanto al tema fiscal, lo mejor es que ‘cada palo aguante su vela’; es decir que el estado central establezca los tributos que considere necesarios para ejercer sus competencias y prestar los servicios que le correspondan, y que cada autonomía o estado pueda también establecer sus propios impuestos para financiar sus servicios; el sistema podría ser engorroso sobe todo para los ciudadanos que tendríamos por ejemplo dos impuestos de la renta, etc. Pero hay países donde funcionan así y no les va mal; este sistema tiene para mi la evidente ventaja que cuando paguemos nuestros impuestos seremos conscientes de quien nos los cobra y a que se dedican, no como ahora que básicamente recauda el Estado Central y gastan, alegremente sea dicho, las Autonomías; y esta (co)responsabilidad fiscal llevaría aparejada necesariamente la certeza para las Autonomías de que el Estado Central no va a rescatarlas cuando alegremente gasten, como ahora, lo que no tienen; evidentemente soy consciente que este sistema acaba, por fin, con los Conciertos Vasco y Navarro.
      Estas ideas no tienen nada que ver con el problema catalán, mas bien tienen que ver con el problema español; aunque bien podrían servir para solucionar la cuestión catalana; y si no se resuelve pues votemos.

    • nicofiro
      nicofiro Dice:

      Para preservar la unidad de España no hace falta convencer al nacionalista-independentista, sino a los muchos catalanes digamos “de centro”. Aquellos que hace cinco años ni hartos de vino se habrían puesto detrás de una pancarta por un “nou estat”. Es a ellos a quien España debe ofrecer un modelo atractivo. Y creo que si, un ordenamiento territorial mas racional, organizado y con blindaje a ciertas cuestiones básicas podría ser suficiente. En Gran Bretaña es lo que están probando
      En este sentido el discurso que acusa adoctrinamiento, totalitarismo, agresión, el discurso que habla de limpieza étnica y exiliados es pegarse un tiro en el pie. (Y estas expresiones en parte las he leído aquí ellas leídas también aquí por autores del blog, a los que unos supondría una formación mínima).

      Y si los españoles no quieren admitir esto, perfecto. Pero que entonces no se sorprendan si la bola de nieve acaba en una lavina llevándose todo por delante.

      Finalmente reiterar que recaudación propia no significa necesariamente concierto vasvo-navarro.

    • ENNECERUS
      ENNECERUS Dice:

      En mi opinión, un sistema de federalismo asimétrico es absolutamente inviable. ¿Quienes serían las asimétricas? Para sus defensores, serían Cataluña, País Vasco y Galicia. Pero meterían de rondón a Andalucía, como ya pasó en 1980 y de nuevo tendríamos el follón montado. Aparte de que seguiríamos teniendo problemas irresueltos como Navarra más las pretensiones pancatalanistas sobre Baleares, Comunidad Velanciana y la Franja Oriental de Aragón.

      De hecho, el sistema español ya presenta unas asimetrías evidentes y no parece que gracias a ellas el sistema funcione bien, sino todo lo contrario.

      Lo que se pretende en realidad es un reconocimiento de soberanía al margen de la que corresponde al conjunto del pueblo español, es decir, su parcelación para su ejercicio de forma compartida. Y si no es esto, que lo expliquen, porque sería más de lo mismo.

      El único federalismo posible sería un sistema en el cual hubiera menos regiones federadas de un tamaño similar

    • nicofiro
      nicofiro Dice:

      Yo plantearía la asimetría como algo opcional.
      Es decir, si los murcianos quisiesen optar a todo el catálogo competencial, obviamente no voy a ser yo quién se lo niegue.
      Por otro lado los problemas de España no creo que se deban a la asimetría en sí misma, sino al mal diseño del sistema en general. Por ejemplo que los que gastan no puedan ajustar los ingresos es disfuncional y que se les liquide la financiación con dos años de retraso ni te cuento. Y por supuesto a la pésima calidad de nuestras instituciones y gobernantes, que es algo de lo que adolecen (casi?) todas las CCAA y también el estado central.

Los comentarios están desactivados.