HD Joven: Primer aniversario: una razón para seguir adelante

En nombre de los Editores de HD Joven:

Hace menos de un mes, los Editores de este blog anunciaban su quinto aniversario (aquí). Tuvimos la ocasión de felicitarles y, desde luego no para que nos devuelvan la felicitación, sino, al contrario, para aprovechar la oportunidad para agradecérselo, hoy hace un año que ellos nos propusieron crear esta sección, que, desde entonces, nos ha mantenido ocupados publicando artículos de gente, ideas y preocupaciones jóvenes todos los viernes.

Afortunadamente, hemos contado con colaboradores muy buenos y comprometidos, que siempre han estado dispuestos a participar y que han escrito artículos de actualidad y de magnífica calidad técnica. En particular, nos gustaría agradecer especialmente la colaboración de José Luis Caballero Gutiérrez y de Miguel Fernández Benavides, excelentes abogados y amigos. Asimismo, hemos tenido la ocasión de colaborar con juristas y estudiantes extranjeros, que nos han contado, de primera mano, sus experiencias, entre otras, con el referéndum de Grecia (aquí), los ataques terroristas en París (aquí) o el referéndum de Montenegro (aquí). Hemos publicado, en tres idiomas distintos, temas eminentemente jurídicos (aquí, aquí o aquí), otros de corte más político (aquí, aquí o aquí), otros sobre educación (aquí o aquí) y otros sobre tecnología (aquí, aquí, aquí o aquí); desde la regeneración y los pactos (aquí y aquí) hasta la política internacional (aquí, aquí y aquí) e incluso artículos de temática exclusivamente joven y hasta cómica (véase aquí el post “HD Joven: ¿Erasmus u Orgasmus?”, de dos de los editores). Tanto escribir sobre dichos temas, como leer los que nos mandaban nuestros colaboradores, ha sido tremendamente educativo para todos nosotros.

Y no podríamos dejar pasar la oportunidad de este aniversario para agradecer, con la máxima sinceridad de la que buenamente sabemos hacer gala, a los lectores que nos han acompañado en esta aún breve travesía, pero que, gracias a sus comentarios, han ayudado a enriquecer aquélla enormemente.

Pese a todo, pese a la ayuda de los Editores, de los colaboradores y de los lectores, lo cierto es que nos ha costado un gran esfuerzo cumplir el compromiso de publicar cada semana un artículo del tono y estilo del blog, pero, de momento, estamos contentos con los resultados. Y, cuando hablamos de resultados, no nos referimos sólo a los que al blog conciernen, sino también a la satisfacción personal y, por qué no mezclarlo, a los que, gracias a la población española, están siendo posibles a nivel nacional.

Por una parte, en cuanto a la satisfacción personal y respecto al blog, es innegable que hemos aprendido mucho en este pequeño periodo de tiempo; involucrarse en el espíritu y el rigor de ¿Hay Derecho? nos hace crecer, poco a poco, día a día, como profesionales y como personas, mientras que, a la vez, aquél nos va impregnando lentamente de un gran sentido de Estado, que todos los Editores, sin duda, llevan dentro.

Y, por otro lado, respecto a los resultados nacionales desde el inicio de nuestra andadura en la sección, también nos sentimos afortunados, porque hemos sido testigos de una encomiable transformación de nuestro país, que hemos seguido atentamente todo el año. Empezamos en una era en la que un bipartidismo absoluto e irremediable lo dominaba todo, gracias a que sus tentáculos enormes e insaciables abordaban cualquier resquicio de poder, o al menos esa sensación es la que entonces percibían los españoles (digo “entonces”, pero no fue hace tanto, aunque a nosotros, hoy, nos parezca un abismo en el tiempo). En enero, efectivamente, uno sentía que apenas algo había cambiado en los últimos años, desde el comienzo de la crisis. No había retos, ni oportunidades, ni proyectos. Tan sólo una insuperable recesión económica y un diminuto, tímido y tenue afán de cambio, disipado las más de las veces ante el inmovilismo político del establishment, nuestra tendencia aprendida al conformismo y la dificultad práctica de llevar una idea distinta al mismo lugar de siempre, sin ser vapuleado en el camino. En cambio, hoy se avecina una etapa distinta, que hemos tratado de plasmar, siquiera mínimamente, cada viernes en este blog.

Es verdaderamente curioso comparar las noticias de los principales periódicos del país el 16 de enero de 2015 (día en la que publicamos nuestro primer artículo), con las que se publican en la fecha en la que el presente se escribe, el 13 de enero de 2016. De la primera fecha pueden escogerse al azar tres titulares de un mismo periódico (sepan los lectores que elegimos El País porque es el que más rápido encuentra noticias de un año de antigüedad a través de Google, y no por otra razón): un primero, “Santamaría afirma que Mas es incapaz de Gobernar” (aquí); un segundo, “El debate de las detenciones dividirá otra vez el Parlamento en dos bloques” (aquí); y un tercero, “Cargos políticos ampararon a policías corruptos en Palma” (aquí). No cabe duda: no puede afirmarse ni que el independentismo ni que la corrupción se han extinguido en España, pero sí puede notarse que ya no se habla –o no se hablará más-, valga la redundancia, de Mas, ni de un Parlamento dividido en dos, ni de, y tal vez nos aventuremos demasiado en esto, una corrupción tan campante y tan poco sancionada.

Sólo con cinco de los titulares del mismo periódico, pero casi un año después, puede corroborarse lo que decíamos: un primero, “Rajoy ofrece a PSOE y Ciudadanos un acuerdo para los grandes temas” (aquí); un segundo, “El Congreso escenifica el inicio de una nueva era política” (aquí); un tercero, “Un Congreso huérfano de diputados históricos: La nueva legislatura supone una renovación del 62% del hemiciclo. Desaparecen personajes clásicos de la institución como Alfonso Guerra o Gaspar Llamazares” (aquí); un cuarto, “Iglesias responsabiliza al PSOE de frustrar una alternativa a Rajoy” (aquí); y un quinto, “Gómez de la Serna pide la baja del Partido Popular” (aquí). Es obvio, puede leerse: en los tres primeros se mascan el cambio y la ilusión. Incluso el cuarto es positivo, pues también demuestra pluralismo, pactos y, de nuevo, cambio, mejora. Pierden protagonismo los partidos de siempre, la división del país en dos y las mayorías absolutas. También pierde fuerza la corrupción o, si se prefiere, gana terreno la dignidad y el ejemplo político (aunque sin mucha prisa todavía); el quinto enlace muestra cómo, hoy mismo, un conocido diputado del Partido Popular ha pedido la baja en el partido por haberse visto involucrado en un escándalo de corrupción. Y así es: en un solo año, las noticias han cambiado radicalmente. Ninguno de los acontecimientos de hoy era ligeramente imaginable el año pasado. Y, sin embargo, han ocurrido.

No queremos extendernos mucho sobre lo que ya hemos insistido durante un año, y sobre lo que deseamos escribir durante muchos más, sino sólo llamar la atención sobre una realidad que acaso pocos perciban, pues ser consciente de ella es importante tanto para ser justos y honestos con nosotros mismos, en nuestra calidad de ciudadanos, como para mantener viva la ilusión por seguir adelante; ilusión ésta que, a su vez, es la que nos mantiene alertas y la que nos da la fuerza para seguir luchando.

Nuestra participación en este blog ha comenzado en un momento crucial, desde el punto de vista político y democrático –si es que ambos términos siguen sin ser intercambiables aún- y el año venidero se presenta cargado de retos, que acogeremos con ilusión y con aún más trabajo. Como dice el mismo título de este artículo, gracias a nuestra gestión en la sección HD Joven, hemos sido testigos activos de la progresiva transformación que acontece estos días en España y ello nos ha permitido valorar con más criterio y optimismo su contexto jurídico, social y político. Celebrar hoy nuestro aniversario no sólo nos hace conscientes de ello, sino que nos da una razón para seguir adelante.