La ANC y Omnium: diferentes medios, mismo fin.

 

La Assamblea Nacional de Catalunya (ANC) y Ómnium Cultural son las dos organizaciones de la sociedad civil catalana que han sido el motor de las principales movilizaciones y manifestaciones que se han producido en los últimos años a favor de la independencia de Cataluña.

Si leemos el informe que la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ha remitido al Tribunal Supremo, a ambas asociaciones no se las debería considerar solo como meras movilizadoras. La jueza en su informe describe la existencia de “una compleja y heterogénea organización unida por el propósito de lograr la secesión de la Comunidad Autónoma de Cataluña y su proclamación como República independiente” y señala además que “los integrantes de la organización han elaborado una premeditada estrategia perfectamente coordinada, con reparto de papeles entre autoridades gubernamentales, parlamentarias y civiles, principalmente a través de asociaciones independentistas, como ANC y Òmnium.”

Asimismo el recientemente fallecido Fiscal General del Estado, Jose Manuel Maza, en unas declaraciones que realizó en el programa Informe Semanal de TVE, indicó sobre ANC y Òmnium que “es tan íntima la colaboración y la identificación que hay miembros del gobierno que son miembros de estas asociaciones privadas y hay un dato determinante y revelador y es que asistían a reuniones del Gobierno catalán. Yo no sé si con voz, con voto, sin voz, sin voto, pero asistían a las reuniones los propios responsables de estas dos asociaciones”.

Aunque su finalidad y protagonismo dentro del proceso independista parecen estar a la par, observamos diferencias en la organización y financiación de ambas asociaciones.

Una de ellas, Òmnium Cultural, es una asociación con más de 55 años de historia (surge en 1961), creada inicialmente para el fomento de la lengua y cultura catalana, si bien en los últimos años ha centrado sus esfuerzos en el apoyo al proceso de independencia catalán. Sus cuentas (auditadas) están disponibles en su página web, las últimas correspondientes al año 2016: la cifra de ingresos supera los 4,47 millones de euros, de los cuales destacan los casi 3,7 millones que proceden de las cuotas de los socios y los 144.000 euros de subvenciones públicas.

Es decir, en las últimas cuentas disponibles de la asociación, se aprecia que la cuantía de las subvenciones públicas supone un porcentaje muy reducido de sus ingresos. Pero no siempre ha sido así, de hecho según el análisis realizado por el diario ABC, desde 2005 a 2016 las subvenciones públicas recibidas por Òmnium superaron los 12 millones de euros (procedentes de la Generalitat y ayuntamientos principalmente).

La otra asociación, la Assamblea Nacional Catalana, es una asociación creada en marzo de 2012 y ha estado ligada desde sus inicios al proceso independista.

La transparencia no es su fuerte porque en su página web no ofrece ningún detalle sobre sus cuentas, las únicas cifras que conocemos es gracias a lo que se ha publicado en diferentes medios de comunicación.

En El Confidencial tuvieron acceso a las cuentas de 2016 de la ANC, donde el total de ingresos superó 3,87 millones de euros, destacando las siguientes partidas: 1,69 millones de euros por las cuotas de socios, 1,06 millones por donaciones, 813.560 euros por ‘merchandising’ (camisetas, gorras, etc) y 308.959 euros por autocares (para la asistencia a manifestaciones o actos). Para tener una referencia de la magnitud de las cifras, podemos destacar por ejemplo que la ANC ingresó más por la venta de merchandising que lo que obtuvo el RCD Espanyol en la temporada 2015 por ese mismo concepto (813.560 € vs 745.226 €). De todos modos el 2016 fue un buen año desde el punto de vista económico para la asociación, ya que para este año 2017 la previsión de ingresos de la ANC no llega a los 1,9 millones de euros.

Si comparamos ambas asociaciones, observamos que las aportaciones de los socios tienen una cuantía y un peso superior en Òmnium que en la ANC (sin embargo la ANC supera en número de socios a Òmnium actualmente). Por otra parte, la ANC tiene una serie de fuentes de ingresos ligados a las movilizaciones y actos a favor del proceso de independencia que Òmnium no tiene (nos referimos por ejemplo a la venta de camisetas, gorras y demás prendas con motivos favorables a la independencia). La otra gran diferencia reseñable es que la ANC declara no recibir ningún tipo de subvención pública mientras que Òmnium sí, como hemos visto anteriormente.

La capacidad recaudatoria entre particulares y empresas de las dos asociaciones está fuera de toda duda, pero no solo para financiar sus propias actividades como hemos visto hasta ahora, sino también para otras causas, siendo su máximo exponente la denominada caja de solidaridad, creada en mayo de este año para dar respuesta a las “represalias del Estado” contra el patrimonio de los condenados por el proceso soberanista.

Hasta noviembre, la recaudación de la citada caja superaba los 4,5 millones de euros, de los cuales llevan gastados más de 3 millones que han servido para pagar íntegramente las fianzas de Carme Forcadell y los cuatro miembros de la Mesa del Parlament y parcialmente, las fianzas de Artur Mas, Joana Ortega, Francesc Homs e Irene Rigau.

En definitiva, la ANC y Òmnium Cultural son dos asociaciones que se organizan y financian de forma diferente pero que comparten el mismo fin (la proclamación de la República Catalana) y su protagonismo dentro del proceso de independencia catalán está fuera de toda duda (así como su capacidad de recaudación).