RTVE, ¿la última oportunidad?

En campaña electoral todos los partidos políticos parecían muy preocupados por la situación de RTVE. El propio Mariano Rajoy hablaba de un modelo deseable para RTVE similar al de la BBC.

Costó conseguir los apoyos para conformar Gobierno y finalmente un acuerdo de investidura alumbró el nuevo mandato de Rajoy. En el acuerdo con Ciudadanos se recogía expresamente la necesidad del cambio en la forma de elección de los órganos de gobernanza de RTVE (Punto 130). Fue una de las conquistas del partido naranja para la regeneración democrática y de las instituciones, se decía. El PSOE se abstuvo en el debate de investidura facilitando con ello ese Gobierno y junto a Unidos Podemos clamaban también por un cambio de rumbo en la empresa pública.

La criatura, en forma de Ley, tardó en gestarse “solamente” nueve meses desde la conformación del nuevo Gobierno (4 de noviembre de 2016). Parecía que la voluntad política de los cuatros grandes grupos parlamentarios y prácticamente toda la cámara, conseguía un consenso inédito. Parecía.

Cuando han transcurrido más de dos meses desde la aprobación del nuevo sistema de elección del Presidente y Consejo de Administración de RTVE y más de un año de la conformación del Gobierno, voces de alarma alertan sobre la buena salud de esa voluntad política. El parlamento, dicen algunas fuentes, se encuentra enfangado, sin apenas actividad legislativa y la poca que tiene, lastrada por la falta de celeridad en la toma de decisiones, es decir, falta de voluntad política.

El 31 de diciembre próximo termina el plazo acordado por sus Señorías para conformar el Comité de Expertos que debería dirigir el proceso de selección, por concurso público, de los nuevos máximos dirigentes de RTVE. Pues bien, a menos de un mes para agotar ese plazo no parece que los implicados demuestren demasiada prisa en cumplir con la Ley que ellos mismos aprobaron. ¿Si realmente no querían un concurso por qué lo aceptaron? ¿Si preferían “solamente” volver al consenso de la anterior forma de elección, por qué no votaron esa opción?

Algunos piensan que lo del concurso es un “lío” y que bastante “lío” tienen en Cataluña. ¿Todo un país parado por la crisis de Cataluña?. Mas bien se trata de una excusa, poco creíble, para justificar una marcha atrás en el consenso alcanzado.

Para emprender el camino de una regeneración democrática verdadera no hacen falta declaraciones grandilocuentes o leyes y acuerdos de investidura que se incumplen, se necesitan hechos ciertos y parece que nuestros representantes han olvidado demasiado pronto la palabra dada.

La regeneración democrática necesita de unos medios públicos independientes, plurales, rigurosos, diversos y alejados de toda interferencia de los poderes políticos y económicos, para ello sus gestores, a todos los niveles, deben gozar de un prestigio e independencias alejados del juego político. Si el consenso alcanzado en septiembre se viese frustrado en las próximas semanas los partidos políticos tendrán muy difícil explicar el porqué. Cataluña no puede ser la excusa. Ellos mismos se enorgullecen al decir que la situación en Cataluña ha vuelto a la “normalidad”, pues bien, llevemos a RTVE a la normalidad democrática europea. Sin dilaciones tácticas, sin juegos al escondite, de forma transparente, sin los “pasteleos” del pasado.

¿Queremos una democracia del siglo XXI? La regeneración de RTVE es el primer paso, necesario pero no suficiente, para emprender ese camino. Si la democratización de RTVE continuase empantanada y sin una solución rápida, algunos habrán traicionado su palabra y también a los ciudadanos que les apoyamos.

RTVE está dirigida desde 2012 por presidentes propuestos por el PP y sin consenso con la oposición. El actual presidente, José Antonio Sánchez, fue votado en solitario por su partido. El Sr. Sanchez se ha jactado en sede parlamentaria de votar al PP. El Consejo de Administración tiene mayoría de miembros del PP. Desde entonces, casi seis años, el recurso presentado por el PSOE ante el Tribunal Constitucional sobre el uso de un Real Decreto Ley para la reforma del sistema de elección anterior, por consenso (mayoría de 2/3), sigue pendiente de resolución. ¿Tanta celeridad entonces y tanta parsimonia ahora?

Algo nos estamos perdiendo. Cataluña, la crisis de Cataluña lo inunda todo. ¿No será una cortina de humo que sirve para tapar otras muchas cuestiones? ¿Son incapaces 700 parlamentarios de sacar adelante un reglamento? ¿O será que esa voluntad política regeneradora no era tal? ¿Será que algunos quieren repetir la experiencia de Telemadrid?  Un año y medio para nombrar a un director general elegido previamente por PP y Cs y que pasó un concurso por puro trámite con la aquiescencia del PSOE? Flaco favor sería ese a la democracia española.

Resulta insultante escuchar al Ministro Montoro de quien depende RTVE. En primer lugar es algo completamente inaudito que un medio de comunicación del Estado dependa del Ministerio de Hacienda. Cultura y Educación sería la dependencia deseable y solo a efectos administrativos que nunca políticos, como la BBC. Decir en sede parlamentaria que “RTVE ya es independiente, ya es plural y ya tiene un gran rigor en sus contenidos”  es simplemente faltar a la verdad y a la mínima ética exigible a un político.

Recordemos que el Sr. Montoro, con la aquiescencia del Sr. Rajoy, recortaron el presupuesto de RTVE hasta un 25% los ejercicios 2012, 2013 y 2014 y solo abrieron la mano en los años 2015, 2016 y 2017 (que hubiera elecciones generales en el horizonte o la debacle a la que habían sometido a RTVE tuvieron bastante que ver). Es obvio que otra forma de control de rtve es su presupuesto. Le invito a conversar con su mano derecha en RTVE,  Enrique Alejo, Director General Corporativo que gracias a los fondos públicos de RTVE ha visitado algunas corporaciones públicas europeas y la UER (Unión Europea de Radiodifusión), donde efectivamente se cumplen los principios de independencia, pluralidad, rigor y diversidad.

Por último, una propuesta.

La Constitución española debe incorporar un nuevo estatus para RTVE, blindándola de posibles usos partidarios y asegurando una financiación estable y suficiente para el cumplimiento de sus funciones de servicio público. Cuando los legisladores afronten la reforma de la Constitución de 1978 que esta semana cumplió  39 años, deberían asegurar la estricta neutralidad de los medios públicos, de esa forma se aseguraría la igualdad de oportunidades de acceso a dichos medios para todas las diferentes opciones de vida, creencias, políticas, religiosas, etc…existentes en la sociedad.