Las ventajas de la trampa Sandbox

El término «Sandbox» identifica en el ámbito de la tecnología financiera (Fintech) la posibilidad de probar las innovaciones sin someterse a la disciplina sectorial. Actúa de puerto seguro para la industria, que puede operar sin el riesgo legal de incumplir las normas y verse sancionado. Es un régimen de exención, útil para que las autoridades puedan comprender Fintech y sus riesgos con el fin de poder adaptar la regulación financiera a las finanzas digitales. Surge en el Reino Unido, de la colaboración entre las autoridades de la competencia y financieras. Pronto se extiende a las jurisdicciones anglosajonas más abiertas a la industria y se generaliza como mecanismo amigo de la innovación. La Unión Europea encuadra Sandbox entre los «facilitadores de innovación financiera» junto a los foros de innovación (Innovation Hubs). Estos facilitadores crean puentes entre la industria Fintech y los supervisores. A través de estas iniciativas, los innovadores se familiarizan con la regulación financiera y los supervisores aprenden los desarrollos tecnológicos.

Sandbox es el mecanismo elegido en muchas jurisdicciones para trasladar el mensaje de ofrecer un mercado abierto a la innovación. Así ha ocurrido en España, donde la Ley 7/2020, de 13 de noviembre, para la transformación digital del sistema financiero que implanta el Sandbox, se utiliza como banderín de enganche con el fin de atraer inversiones. De hecho, según un estudio del Banco Internacional de Pagos, la incorporación al Sandbox incrementa en un 50% la probabilidad de captar inversiones. Como decimos en un reciente comentario, la Ley 7/2020 configura un nuevo procedimiento administrativo que permite a cualquier persona que cumpla unos requisitos probar innovaciones financieras en un «Espacio Controlado de Pruebas». Un Espacio que se sitúa entre las actividades financieras de libre ejercicio y actividades sometidas a reserva legal, cuyo ejercicio se condiciona a la obtención de una autorización administrativa.

La Ley Sandbox supone una modificación estructural, con sus ventajas e inconvenientes. Bajo el pretexto de facilitar la innovación no podemos desmantelar la regulación financiera, protectora el ahorro y de la estabilidad del sistema. Se trata de garantizar una «innovación responsable». Es un régimen de excepción que afecta al mandato de los supervisores. Se convierten en monitores de proyectos empresariales. En cualquier caso, el «Espacio Controlado de Pruebas» ya es una pieza más del sistema financiero. Pero no va a resultar fácil integrarla en el sistema. La Ley 7/2020 es una Ley mal redactada, repleta de remisiones que dificultan su comprensión. Se nota la falta de dictamen del Consejo de Estado.

Estamos ante una opción de política legislativa, presentada como algo necesario, por la que se traslada al sector financiero la experiencia de los ensayos clínicos del ámbito de la salud. Dicha opción amplía el mandato de los supervisores a la evaluación y tutela de proyectos empresariales. La regulación y supervisión pasa a ser participativa. Es un cambio estructural que impone un cambio de cultura y una necesaria reorganización de los supervisores. Es un experimento regulatorio que pretende facilitar la transformación digital. Puede ser una buena herramienta para desarrollar unas finanzas orientadas por datos y dar paso a una supervisión basada en los datos. Así lo considera la Comisión Europea que anuncia un proyecto piloto para infraestructuras financieras basadas en tecnologías de registros distribuidos más conocidas por Blockchain.

Una vez en la arena, aprovechemos la oportunidad que nos ofrece Sandbox para abrir el mercado y su regulación a las nuevas tecnologías. Dotemos de recursos al nuevo organismo. Integremos Sandbox en un gran portal de innovación financiera. Coordinemos las actuaciones de las autoridades financieras con las de la Agencia Española de Protección de Datos y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Demos paso a infraestructuras basadas en Blockchain bajo los estándares de Alastria, asociación española de Blokchain. Hay que saber salir con provecho de la trampa Sandbox.